"La adopci¨®n deber¨ªa estar controlada por el Estado"
?La adopci¨®n es una soluci¨®n final, l¨ªmite para aquellos ni?os abandonados que no cuentan con otra posibilidad. Si las madres solteras, de las que s¨®lo se habla bien en un plano te¨®rico, tuvieran en la pr¨¢ctica una protecci¨®n estatal y una consideraci¨®n social justa, estoy seguro de que la mayor¨ªa preferir¨ªa criar a sus hijos.? Con estas palabras el presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola para la Protecci¨®n de la Adopci¨®n (AEPA), Gregorio Guijarro, manifest¨® a EL PAIS su deseo de salir al paso de algunas informaciones err¨®neas aparecidas en la prensa respecto a los fines de su asociaci¨®n, intermediaria ante los tribunales.
?Cuando empezarnos a trabajar en AEPA, en 1970, nuestro ¨²nico prop¨®sito era el de asesorar a los adoptantes en materia jur¨ªdica y proteger la adopci¨®n. Nosotros nos hemos venido encargando de muchos casos de tramitaci¨®n de adopciones de ni?os de la maternidad de Santa Cristina o del Patronato de Protecci¨®n a la Mujer, y, en estos casos lo ¨²nico que hemos exigido era estar de acuerdo con la elecci¨®n de padres. Cuando ¨¦stos no nos han parecido adecuados, nos hemos negado a llevar adelante la adopci¨®n, pero ellos han podido utilizar los servicios de cualquier abogado.?Mil doscientos expedientes de adopci¨®n en ocho a?os han proporcionado a AEPA una experiencia considerable en este tipo de papeleos. ?Esto ha hecho, adem¨¢s, que muchas parejas vengan a pedirnos incluso ni?os para adoptar y que algunas madres solteras que no desean cuidar a sus hijos nos hayan pedido ayuda. Pero repito una vez m¨¢s: nosotros somos una asociaci¨®n que ve en la adopci¨®n una soluci¨®n final en esta sociedad cuando los mecanismos de encuadramiento del ni?o en el ¨¢mbito familiar propio no se han logrado, porque siempre es mejor que el internamiento en un establecimiento que adem¨¢s no puede reunir las condiciones necesarias para un desarrollo normal del peque?o, especialmente en los primeros meses de vida.?
Mucho se ha especulado, sin embargo, con un posible mercado negro de la adopci¨®n, d¨¢ndose incluso cifras fabulosas que corresponder¨ªan al precio de un ni?o. ?Esta teor¨ªa la potencian muchas veces los propios padres adoptantes con su temor a que se conozca la situaci¨®n familiar nueva que crea la adopci¨®n, aunque actualmente ¨¦sta empieza a perder su antiguo car¨¢cter vergonzante. Pero lo cierto es que estos padres, temerosos de que se sepa que su hijo es un ni?o adoptado, llegan a l¨ªmites tales como simular un embarazo falso e inscribir al ni?o adoptado como hijo legal. Para ello cuentan en algunas ocasiones con la colaboraci¨®n de gente que les pone en contacto con una madre embarazada dispuesta a ceder su hijo. Ellos pagan los gastos de alumbramiento y se quedan con el reci¨¦n nacido. Se han dado algunos casos de gente sin escr¨²pulos que se ha aprovechado de ese temor de los adoptantes, cobrando dinero por establecer esos contactos. Esto es muy lamentable, porque en realidad no es cierto que la adopci¨®n sea cuesti¨®n de mucho papeleo como la gente cree y todos los gastos deber¨ªan ser gratuitos. Nuestra asociaci¨®n, que acaba de ser considerada de utilidad nacional, ha propuesto en el ¨²ltimo Seminario de Protecci¨®n a la Infancia, celebrado en Madrid, la creaci¨®n de un servicio o instituto nacional de adopciones para que el Estado tenga una intervenci¨®n efectiva en las adopciones que se tramitan y sobre las que hoy no existe ninguna clase de datos.?
Las cifras de parejas que solicitan un ni?o en adopci¨®n superan con creces el n¨²mero de peque?os disponibles; ello hace que se produzcan algunos de los problemas arriba mencionados y obliga a las instituciones a una selecci¨®n de padres que en el caso concreto de AEPA se realiza a trav¨¦s de un equipo de asesores jur¨ªdicos, psic¨®logos y asistentes sociales que realizan un trabajo de investigaci¨®n sobre las condiciones de vida que el nuevo hogar puede ofrecerle al ni?o adoptado. ?Son baremos subjetivos, desde luego -aclara el se?or Guijarro-, pero toda actividad humana tiene estos l¨ªmites.?
Lo cierto es que en Espa?a las estad¨ªsticas de adopci¨®n no existen en absoluto, ni tampoco ning¨²n estudio sociol¨®gico de los niveles sociales m¨¢s propensos a adoptar ni?os. Se sabe que en los ¨²ltimos a?os el n¨²mero de las mismas ha aumentado considerablemente y que existe un firme prop¨®sito de agilizar los tr¨¢mites legales actuales. A pesar de la aparente simplicidad de los misnios, que se basan en una solicitud enviada al juzgado correspondiente, lo cierto es que las encuestas a los padres solicitantes y el estudio de su situaci¨®n psiqui¨¢trica, social, econ¨®mica, etc¨¦tera, hacen en ocasiones muy largo este proceso.
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