Vapuleada en el parque del Oeste

El otro d¨ªa, mientras le¨ªa al sol con mi perro, en pleno centro del parque del Oeste, me asalt¨® un pseudo-paran¨®ico-demente-agresivo, que nos vapule¨® a mi perro y a m¨ª, casi a partes iguales, delante de la expectaci¨®n de la gente. Y ahora, si escribo estas l¨ªneas no es para denunciar al loco, que locos hay muchos y encuentran terreno abonado entre las mujeres, que nos encontramos siempre a expensas de las agresiones verbales y f¨ªsicas de locos y no tan locos; sino porque lo que yo no pod¨ªa suponer era la indiferencia de la gente, siempre curiosa, pero con una curiosidad, por supuesto, a distancia, que pudo perfectamente ver lo que vio y ni siquiera intent¨® detenerle. De haber ido armado el ?se?or agradable? me hubieran visto morir veinte o treinta personas. ?Siempre es un alivio!Tambi¨¦n podr¨ªa decir que la actitud de la polic¨ªa fue de una dejadez grande. que deb¨ªa encontrar el caso poco interesante como para darse el paseo hasta la comisar¨ªa de turno.

Y una vez en la comisar¨ªa, y ya para colmo de los colmos, el ?se?or agradable? que no llevaba ning¨²n tipo de documentaci¨®n fue puesto en libertad nada m¨¢s que hubo prestado declaraci¨®n, cuando simplemente, antes cualquier estudiante, sin ir m¨¢s lejos, se pod¨ªa encontrar con 72 horas en la DGS por hechos mucho menos delictivos...

En fin, sobre todo, atenci¨®n ustedes, se?oras, siempre con cuidado, incluso en cosas tan simples como la de sacar a mear a su perro, porque ya se sabe que cualquier hombre en cualquier momento puede ser un agresor en potencia, porque es que son muy valientes, lo malo es que cuando ellos se topan con un loco-loco se ponen muy nerviosos y salen todos corriendo. Sufrirlo para creerlo.