"Los polic¨ªas que actuaron en Renter¨ªa hicieron un flaco servicio a la causa del orden"

La Comisi¨®n de Interior del Congreso conoci¨® ayer, en una sesi¨®n nocturna, el prometido informe del ministro del departamento sobre los ¨²ltimos sucesos del Pa¨ªs Vasco. Seis informes se facilitaron previamente a los diputados, y el se?or Mart¨ªn Villa manifest¨® que los polic¨ªas que actuaron en Renter¨ªa hicieron un flaco servicio a la causa del orden y anularon en gran medida el esfuerzo singular que viene haciendo la Polic¨ªa Armada para dar a conocer en identidad real.

La sesi¨®n de la Comisi¨®n de Interior del Congreso se inici¨® con la lectura por parte del ministro del Interior, Rodolfo Mart¨ªn Villa, de un informe de veintis¨¦is folios, en el que se recog¨ªan los diversos documentos recabados por el Ministerio del Interior en tomo a los ¨²ltimos sucesos de Pamplona, San Sebasti¨¢n y Renter¨ªa. El se?or Mart¨ªn Villa dijo, en s¨ªntesis, lo siguiente:

Rodolfo Mart¨ªn Villa (ministro del Interior). El Gobierno, desde su responsabilidad, no pod¨ªa en los momentos siguientes a los hechos dar una informaci¨®n veraz y objetiva de los mismos. Pese a todo, lo cierto es que de los informes obtenidos por el Ministerio del Interior, el resultado es una descripci¨®n equ¨ªvoca de los hechos, lo que demuestra la dificultad de esclarecer toda la problem¨¢tica de los hechos. Los sucesos de Pamplona tienen como causa pr¨®xima la exhibici¨®n de una pancarta en la plaza de toros pidiendo la libertad de unos detenidos. La magnitud de los sucesos posteriores fue desproporcionada, as¨ª como la entrada de la polic¨ªa en el ruedo, de la que, en mi criterio, son responsables los mandos que dieron dicha orden y no los miembros de las fuerzas de orden p¨²blico (FOP), que se limitaron a ejecutarla.

En cuanto a los sucesos de San Sebasti¨¢n, se pudo comprobar posteriormente que los hechos no ocurrieron como reflejaban las notas difundidas por el Gobierno Civil de Guip¨²zcoa, al no haber existido asalto al cuartel, aun cuando algunos manifestantes s¨ª hubieran podido efectuar disparos de arma de fuego. Se comprob¨® la inexistencia de incontrolados y s¨ª la presencia de dos polic¨ªas armados de paisano que regresaban de prestar un servicio de protecci¨®n a unos compa?eros heridos.

En relaci¨®n con los hechos de Renter¨ªa, una secci¨®n de la reserva general de polic¨ªa, con sede en Miranda de Ebro, procedi¨®, de forma incomprensible, a causar destrozos y da?os materiales en comercios y edificios de Renter¨ªa. ?Por qu¨¦ se producen estos sucesos? ?Eran evitables? C¨®mo se corrigen? Nadie puede negar que la situaci¨®n en aquellas provincias norte?as estaba cargada de tensiones y conflictos violentos. Hay un clima de latente peligro porque en cualquiera de los cotidianos enfrentamientos callejeros existe el riesgo de accidente mortal.

En todos estos casos ha habido errores como el de la entrada a la plaza de toros o la escasez de efectivos policiales, o la defectuosa informaci¨®n, tambi¨¦n censurable, sobre los sucesos del cuartel de San Sebasti¨¢n. Pero en ambos casos es innegable que tanto la herida mortal de Germ¨¢n Rodr¨ªguez como la de Ignacio Barandiar¨¢n se produjeron cuando en las calles se hostigaba violentamente a las FOP.

Ambos hechos, que lamento, no se hubieran producido si las causas emocionales no pesaran tanto. Porque cuando a un polic¨ªa que est¨¢ al servicio de la ley y de la sociedad libre se le trata por algunos como a un delincuente al que hay que atacar, cuando a sus familias se les condena al ostracismo, cuando son v¨ªctimas de agresiones y amenazas, algunos que debieran ser servidores de la serenidad pierden la serenidad.

Tengo que lamentar, lo ocurrido porque todos sabemos c¨®mo se pueden rentabilizar las v¨ªctimas, y soy consciente del tremendo error y la enorme torpeza, m¨¢s grave que la indisciplina de Renter¨ªa, porque los polic¨ªas armados que all¨ª actuaron han hecho un flaco servicio a la causa del orden y anularon en gran manera el esfuerzo singular que la Polic¨ªa Armada ven¨ªa haciendo para dar a conocer su identidad real de servidores de los ciudadanos.

Uno de nuestros primeros objetivos ha sido el de acomodar la visi¨®n del orden p¨²blico y el comportamiento de sus servidores a las exigencias de un r¨¦gimen pol¨ªtico en libertad. Este proceso no se puede hacer en un d¨ªa ni est¨¢ exento de fallos. El Ministerio del Interior y su titular no van a dudar lo m¨¢s m¨ªnimo en corregir los errores de algunos. La pol¨ªtica del Gobierno en esta materia es la de inmediata exigencia de las responsabilidades que se deriven del caso y no la de inhibirse ni la de tolerar que los cuerpos a sus ¨®rdenes se inhiban. Quede esto claro de una vez para siempre. El Ministerio del Interior no va a tolerar la m¨¢s m¨ªnima alteraci¨®n del orden ni la va a agravar con lo que ser¨ªa indisculpable permisividad ante determinados excesos que puedan producirse.