La exposici¨®n excesiva al sol es causa de tumores
El doctor Enr¨ªquez de Salamanca, jefe de la unidad de grandes quemados de la residencia sanitaria de La Paz, declaraba recientemente que, ante las graves quemaduras, resulta conveniente ?sumergirse en agua fr¨ªa o tirarse al suelo y apagarse con la tierra las llamas y, no correr, ya que la corriente de aire que se forma aumenta la combusti¨®n?. Constituye un valioso consejo ante uno de los muchos peligros, este a?o desgraciadamente c¨¦lebre, que acechan a los seres humanos en verano. Pero hay muchos m¨¢s. Los cambios climatol¨®gicos, el aumento en los desplazamientos y las modificaciones en la forma de vida son grandes focos de riesgos que deben ser conocidos y asumidos. Alfonso Garc¨ªa P¨¦rez informa, entre otros riesgos para la salud en verano, del peligro de las exposiciones solares prolongadas.
Mientras unas razas est¨¢n perfectamente adaptadas a la irradiaci¨®n solar, otras no est¨¢n tan dispuestas a ella, habiendo adquirido con la evoluci¨®n mecanismos de adaptaci¨®n de los que el bronceado de la piel constituye un ejemplo Pero la adaptaci¨®n es muy diferente. Un blanco o un rubio responder¨¢n a la intensificaci¨®n solar segregando sustancias filtrantes en su sudor, modificando ligeramente el color de la piel, etc¨¦tera, pero nunca tendr¨¢n la capacidad de resistencia a la acci¨®n solar de un negro o de un moreno.No todos los seres humanos aceptan estas diferencias gen¨¦ticas y as¨ª nos encontramos con el conocido y curioso fen¨®meno de tantos individuos negros que quieren ser blancos o blancos que quieren ponerse m¨¢s negros. Las consecuencias de estos deseos, muy, propios del ser humano, que constantemente est¨¢ retando a la naturaleza, a veces son muy peligrosas. No se trata simplemente de las quemaduras conocidas de los que, hambrientos de sol, se exponen demasiadas horas a su acci¨®n, con o sin cremas protectoras. Lo m¨¢s peligroso viene despu¨¦s y es consecuencia de las largas exposiciones a la acci¨®n solar. Una de las causas bien conocidas de c¨¢ncer, concretamente del c¨¢ncer de piel, es la acci¨®n solar excesiva. Esta es la raz¨®n de la mayor incidencia de esta grave enfermedad en los pa¨ªses meridionales respecto a otras latitudes.
Un c¨¢ncer de piel, en especial el melanoma, peque?o tumor que se desarrolla muy deprisa, originando r¨¢pidas met¨¢stasis, contra las que la ciencia actual no puede luchar, ocasionando una muerte cada dos casos, es una consecuencia de la acci¨®n solar. En Francia se descubren cada a?o ochenta mil tumores de piel, de los cuales la mayor¨ªa pueden ser bien tratados. ?Frecuentemente se pueden encontrar en los antecedentes de estas enfermedades -aseguraba recientemente el especialista franc¨¦s doctor Lacronique en el diario Le Monde- un exceso de exposici¨®n al sol. Muy pr¨®ximo en su mecanismo biol¨®gico ¨ªntimo, el envejecimiento prematuro de la piel resulta tambi¨¦n de una acci¨®n de los rayos ultravioletas solares sobre los componentes de la c¨¦lula.?
Acci¨®n positiva del sol
Pero no toda la acci¨®n solar es da?ina. Otras investigaciones, sin ,embargo, han demostrado, desde hace tiempo, la acci¨®n positiva de los ba?os de sol ante ciertas enfermedades, incluso de la piel. Esto ha llevado al empleo de luz intensa artificial mediante emisores de radiaci¨®n ultravioleta, como instrumento generalizado, sobre todo, en algunos pa¨ªses, en saunas, hospitales, centros de descanso, etc¨¦tera.Seg¨²n M. J-P. Cesarini, otro especialista franc¨¦s en la materia, citado tambi¨¦n por el doctor Lacronique en Le Monde, existen ocho tipos diferentes de piel basados en la combinaci¨®n fenot¨ªpica de tres grupos de genes, correspondientes a tres colores b¨¢sicos: rojizo, rubio y pardo. Estas combinaciones dan lugar, como se ha dicho, a ocho tipos de piel, de los cuales s¨®lo tres est¨¢n bien dotados frente a la irradiaci¨®n solar: Uno de ellos es del tipo IIIB (Bl-Br), color de los cabellos: rubio; color de la piel en invierno: clara, con presencia de eritema antes del bronceado y despu¨¦s de larga exposici¨®n solar de bronceado habitual medio y f¨¢cil capacidad de aumentar ese bronceado; este tipo de piel est¨¢ grandemente protegida contra la irradiaci¨®n solar. Otro tipo que lo est¨¢ tambi¨¦n es IV (B1-Br): color del pelo: moreno claro; color de la piel en invierno: mate; presencia de eritema antes del bronceado,; bronceado habitual oscuro y muy f¨¢cil capacidad de bronceado. Y un tipo de piel que est¨¢ muy grandemente protegido frente a la irradiaci¨®n solar es el V (Br-Br): color de los cabellos: casta?o; color habitual de la piel: mate; ninguna presencia de eitema; bronceado habitual oscuro y muy f¨¢cil capacidad de bronceado.
Todas las dem¨¢s modalidades de piel est¨¢n expuestas, relativamente, a peligros ante la irradiaci¨®n solar. Frente a ello caben las formas habituales de protecci¨®n, el empleo de cremas que, cada vez en mayor medida, indican con una gradaci¨®n de cero a diez sus posibilidades protectoras, cualidades consideradas por numerosos dermat¨®logos suficientes, siempre que se empleen constantemente -cada noventa minutos.
Ante el sol, como ante cualquier otro agente portador de peligros, el logro de la medida exacta y conveniente es lo que marca la pauta separadora entre lo sano y lo patol¨®gico, entre lo constructivo y lo destructivo. Lo que sucede es que esa frontera es diferente no s¨®lo para cada tipolog¨ªa o raza humana, sino para cada individuo. An¨¢logamente a lo que sucede con el alcohol, el tabaco, la alimentaci¨®n, las drogas blandas, y mil cosas m¨¢s, cada individuo debe llegar a conocer sus posibilidades y sus l¨ªmites. S¨®lo ese conocimiento riguroso, puede evitar el aumento del peligro
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