Declaraciones de T. Fern¨¢ndez Miranda
?-?Cu¨¢les son sus relaciones con el presidente del Gobierno? ?Tan malas como se dice ... ?-No son ni buenas ni malas; sencillamente, inexistentes.
-Tambi¨¦n se dice que sus visitas a la Zarzuela ponen muy nerviosas a determinadas personas, ?ser¨¢ por aquello de su influencia sobre el Rey?
-Mire, no me gusta la palabra influencia, por dos cosas; primera, porque parece que no tiene en cuenta la personalidad e independencla de criterio de don Juan Carlos, y segunda, porque parece ignorar que yo jam¨¢s he utilizado al Rey, simplemente le he servido.
-?Cu¨¢les el rasgo de la persorialidad de don Juan Carlos que usted estima m¨¢s?
-Para m¨ª, su mejor cualidad es aquella que podr¨ªa calificar de su obsesi¨®n por ser el Rey de todos los espa?oles; algo que en ¨¦l no es una frase sino un sentimiento muy concreto, el de lograr la solidaridad profunda de todos los espa?oles en la realizaci¨®n de la convivencia por la justicia para todos.
No cree usted en ?la voluntad de consenso? o ?la estrategia para la concordia?, etc¨¦tera?
-Bueno, ah¨ª o en otras palabras estar¨ªa una de las notas inicialmente positivas, pero yo tendr¨ªa que preguntar inmediatamente, ?pero el consenso conduce a la democracia o la elude?
-Expl¨ªquese m¨¢s, por favor.
-Voy a intentarlo. Los ingleses, pongo por ejemplo, me parece que tienen algo que ense?ar en cuestiones de Gobierno representativo y valoran el debate p¨²blico. Este no radica en que la mayor¨ªa convenza a la oposici¨®n o viceversa, pues esto nunca se logra, sino en que el elector se entere de la conducta y comportamiento de sus representantes, del juicio pol¨ªtico, en una palabra. Y, a fuerza de pactos y consensos, el ciudadano no se siente representado, no sabe a qu¨¦ juega pol¨ªticamente, lo que le lleva a la decepci¨®n y al cansancio del sistema.
-Con las cenas y pactos de consenso, la gente dice que el Gobierno no gobierna...
-En fin, no voy a eludir su pregunta. Creo que gobernar es, entre otras cosas, el esfuerzo por dirigir los hechos y no de eludir problemas, y confieso que muchas veces los actos y palabras de los miembros del Gobierno me producen no s¨¦ si admiraci¨®n o sorpresa.
-Vamos a pisar terreno de compromiso, quiero un ejemplo de ello.
-Mire, a prop¨®sito de la reciente discusi¨®n constitucional del t¨¦rmino ?nacionalidades?, una alta personalidad del Gobierno ha dicho, aproximadamente con estas o similares palabras, que este t¨¦rmino ?ha tenido que ser aceptado en la Constituci¨®n por v¨ªa de consenso, pero que lo que hay que hacer es vac¨ªar esta palabra de tensi¨®n y contenido pol¨ªtico?. No lo entiendo. ?Qu¨¦ objeto puede tener consagrar una palabra pol¨¦mica en la Constituci¨®n para despu¨¦s vaciarla de contenido? Es evidente que no juzgo la Constituci¨®n sino el modo peregrino que esta destacada personalijad del Gobierno tiene de entenderla.?
, 23 julio
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