Una provocaci¨®n demasiado burda

Los terroristas, todav¨ªa desconocidos, que asesinaron en Madrid a dos militares de alta graduaci¨®n debieron pensar, como los Brigadas Rojas que asesinaron a Moro, que hac¨ªan penetrar su lucha en el coraz¨®n mismo del Estado por el peso enorme que tiene todav¨ªa el Ej¨¦rcito en la Espa?a posfranEs evidentemente dif¨ªcil medir sobre la marcha las repercusiones de este crimen en el seno de una instituci¨®n que por principio es enemiga de las manifestaciones p¨²blicas. S¨ª se puede afirmar, en cambio, que la reacci¨®n de la clase pol¨ªtica y de las fuerzas vivas del pa¨ªs ha estado a la altura del desaf¨ªo que una vez m¨¢s les ha sido lanzado.

La trampa era demasiado burda: atacar al Ej¨¦rcito para incitarlo a la rebeli¨®n y as¨ª provocar cualquier tipo de levantamiento popular. Este es un esquema que podr¨ªa haber ilusionado a los montoneros argentinos -con los resultados que ya conocemos-, pero que ya no enga?a ni a los m¨¢s so?adores de los marxistas-leninistas espa?oles. En cambio, s¨ª se puede ver cu¨¢l es el partido que la extrema derecha puede sacar, y de hecho ya ha sacado, de sangrientas provocaciones como la del viernes.

, 24 julio