?Que han hecho las Cortes en un a?o?
Profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona
Nuestras flamantes Cortes han celebrado su primer cumplea?os. No es para menos: las primeras Cortes democr¨¢ticamente electas en cuarenta a?os. Con tan fausto motivo hemos le¨ªdo muchas loas, glosas insustanciales y algunas cr¨ªticas sobre la insensibilidad de los congresistas para con las realidades bastante angustiosas de nuestra vida colectiva. Alg¨²n diputado de la oposici¨®n ha derramado l¨¢grimas de cocodrilo. A m¨ª se me ocurri¨®, animado por un grupo de alumnos, festejar tan destacada efem¨¦rides con un simple recuento de la tarea realizada por nuestros representantes. Es una cuenta simple de lo que han hecho las Cortes, de su t¨ªpico producto: leyes promulgadas. Cosa que cualquier ciudadano puede hacer como bricolaje dominical unido simplemente de una colecci¨®n de BOE.
Al fin y al cabo esa es la esencia del m¨¦todo de los soci¨®logos funcionalistas o de los analistas de producto de las ciencias empresariales. Se computa ¨²nicamente el producto. El producto de un Parlamento son leves, como el de una f¨¢brica de autos son autos o el de la educaci¨®n. educandos. (Por eso, alguien ha escrito ir¨®nicamente que Cristo, con aquello de que ?por los frutos los conocer¨¦is?, fue un precursor del funcionalismo.) A nadie por otra parte, se le ocurrir¨ªa medir la eficacia de la Ford por las discusiones o conversaciones de sus ejecutivos o al ejercito ruso por las elucubraciones de sus oficiales. Tambi¨¦n si se desea, se puede comparar este tipo de an¨¢lisis con el que har¨ªa un antrop¨®logo que llegase a una tribu desconocida en la que observase a algunos de sus miembros reunidos durante largas jornadas para discutir en un idioma que entendiese poco. Un camino corto para el antrop¨®logo ser¨ªa el de averiguar qu¨¦ es lo que hac¨ªan esos conversantes qu¨¦ resultado ¨²til se sacaba de las asambleas. Es decir las leyes.
En el cuadrito que hemos confeccionado no se encuentran, por supuesto, los productos normativos de la Administraci¨®n que cualquiera que haya tenido la Gaceta de Madrid en sus manos sabe que son mucho m¨¢s abundantes que las normas con rango de ley emitidas por las Cortes
Porque las Cortes se reservan, en principio, las materias m¨¢s fundamentales, no el grueso de la legislaci¨®n cotidiana. Pero lo cierto es que en el caso espa?ol materias tan fundamentales como las preautonom¨ªas han salido como disposiciones del Gobierno y no de las Cortes. Tampoco pretendemos hacer aqu¨ª un an¨¢lisis del voto o de los grupos de presi¨®n que han conseguido sacar las leyes adelante. Tampoco de las cuant¨ªas involucradas en las leyes. Quede todo ello para polit¨®logos m¨¢s avanzados. Ni tratamos de la Constituci¨®n. porque no es a¨²n ley, aunque haya ocupado tanto tiempo en las cavilaciones de nuestros padres de la patria. No se incluye en nuestra cuenta la ley general del presupuesto dif¨ªcil de clasificar y merecedora por s¨ª de un an¨¢lisis separado por especialistas.
Quiero advertir por ¨²ltimo, al lector que la clasificaci¨®n que hemos hecho es suceptible de errores tanto de clasificaci¨®n como num¨¦ricos. Cualquiera que dedique el mismo o menos tiempo, que nosotros puede hacerlo mejor. Pero tambi¨¦n que nuestra clasificaci¨®n por muy cruda y muy amateur que sea, es el comienzo de una v¨ªa para analizar un cuerpo legislativo m¨¢s efectiva que el estudio de las ideas o de las palabras de los autores de las leyes. Lo ¨²nico que deseamos es que en el verboso mundo latino en que vivimos cunda el ejemplo y sea mejorado. Por fin, ah¨ª van las cifras:
Leyes publicadas en el BOE del 15/VI/1977 al 22/VI/1978. Materia de las leyes:Protecci¨®n o cr¨¦ditos a empresas p¨²blicas y ciertos sectores de la empresa privada (desde los armadores de pesca a RTVE o RENFE). (N¨²mero 22, 43%)
Funcionamiento de la burocracia (transferencias, mejoras, cr¨¦ditos. etc¨¦tera). (N¨²mero 10, 20%)
Funcionamiento de la clase pol¨ªtica (elecciones, partidos). (N¨²mero 4.8%)
Creaci¨®n o apoyo de ciertas instituciones (cultura, aeron¨¢utica, sanidad). (N¨²mero 3,6%)
Obligaciones con organismos internacionales. (N¨²mero 2. 4%)
Nuevas plazas o centros docentes. (N¨²mero 2,4%)
Modernizaci¨®n jur¨ªdico-penal (amnist¨ªa, procesales, delitos sexuales...). (N¨²mero 6. 12%)
Ajustes fiscales. (N¨²mero 2, 4%)
Total leves: 51.
La primera impresi¨®n que se saca de la lectura de esta tabla es que los frutos legislativos de este a?o de tarea de las Cortes han sido magros. 51 son muy pocas leyes para todo un a?o. M¨¢xime si se tiene en cuenta que se trata del cuerpo que sucede al ¨²nico cambio pol¨ªtico importante (aunque obra de la naturaleza) acaecido en Espa?a en la segunda mitad del siglo y heraldeado como el instrumento m¨¢ximo de la reforma pol¨ªtica. Las org¨¢nicas Cortes anteriores tuvieron por lo menos en su saldo el de su propio harakiri. Y en cuanto al contenido de las leyes salta a la vista que la mitad o m¨¢s -como todas las referidas a sostener la estructura empresarial dominante p¨²blica o privada- se han destinado a mantener el statu quo a no innovar. Solamente en el aspecto jur¨ªdico-penal se han producido novedades. Pero son innovaciones que la sociedad espa?ola va hab¨ªa tomado por su cuenta (como los anticonceptivos) o ped¨ªa a gritos (como la amnist¨ªa). Las leves han corrido detr¨¢s de los cambios sociales. M¨¢s que de leyes innovadoras se puede hablar de su, propia actualizaci¨®n y puesta al d¨ªa. En el aspecto de creaci¨®n de servicios nuevos los resultados son a¨²n m¨¢s escasos: un teatro provincial. un prototipo de avi¨®n, el mantenimiento de un hospital, una Universidad -la mallorquina-pedida hac¨ªa lustros. Sin duda. pues que los cambios pol¨ªticos habr¨¢ que buscarlos en nuestro Parlamento en otra zona: en la que los psic¨®logos-sociales llaman ?¨¢rea expresiva?. En eso los parlamentarios coinciden con el aumento general de libertad expresiva -aun con las limitaciones que evidenci¨® el caso de los Joglars; tal era de bajo el nivel anterior, perceptible por cualquier observador de nuestras paredes o medios de comunicaci¨®n.excepto TVE-.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.