Catedr¨¢tica enfadada
Me veo en la obligaci¨®n de salir al paso de unas declaraciones difamatorias para mi_persona y dignidad profesional que se insertan en la carta titulada ?Expedientes en el Instituto Santamarca?, del d¨ªa 22 de julio de 1978 firmada por Luis Froufe Carlos y cinco firmas m¨¢s.Los se?ores Froufe y dem¨¢s firmantes tienen el perfecto derecho, si lo consideran oportuno, a indignarse contra la apertura de un expediente disciplinario a la directora y al jefe de estudios -aunque tal indignaci¨®n debieran expresarla m¨¢s a t¨ªtulo personal que no como representantes de la junta rectora de la Asociaci¨®n de Padres, por los motivos que ellos argumentan contra la administraci¨®n. Pero lo que no estoy dispuesta a tolerar es que me involucren en una cuesti¨®n en la que no tengo participaci¨®n y se profieran extremos contra mi persona y mi actividad profesional.
Dichos se?ores aluden a los graves problemas creados por la catedr¨¢tica de Geograf¨ªa e Historia, que seg¨²n dicen, ha hecho perder a los padres ?horas de trabajo pidiendo soluci¨®n r¨¢pida a la administraci¨®n?, y han obligado a la direcci¨®n a recurrir a una denuncia ante el juzgado de guardia contra mi persona. Ante afirmaciones tan peregrinas me veo en el deber de plantear los siguientes puntos:
En primer lugar me gustar¨ªa saber qu¨¦ tiene que ver la existencia de tales problemas entre la direcci¨®n y yo y la incoaci¨®n de un expediente por presunto incumplimiento de los deberes de la directora y del jefe de estudios. Sinceramente no se desprende del escrito del se?or Froufe y los dem¨¢s firmantes la misma conexi¨®n entre ambas cuestiones, dada la lamentable redacci¨®n del mismo.
En segundo lugar, es absolutamente falso el que se haya presentado contra m¨ª ninguna denuncia ante ning¨²n juzgado de guardia, porque ning¨²n juez podr¨ªa apreciar el menor indicio de una actuaci¨®n delictiva en mi conducta.
Lo menos que pod¨ªan hacer el se?or Froufe y los dem¨¢s firmantes que se atribuyen el derecho de representar a los padres de los alumnos de Santamarca es el de abstenerse de lanzar afirmaciones contrarias a la verdad.
En tercer lugar, cuando se lanzan a la opini¨®n p¨²blica acusaciones de tal entidad contra mi actuaci¨®n profesional y se autoriza la inserci¨®n de las mismas en un diario de amplia difusi¨®n, deber¨ªan expresarse cuando menos el contenido de tales acusaciones y las pruebas en que se fundamentan.
No estoy dispuesta a tolerar el que se utilice y ensucie mi dignidad humana ni profesional por aquellos que hacen uso de la m¨¢s burda demagogia en su defensa, y no paran mientes en vilimpendiar a quienes verdaderamente nos hemos entregado a lo largo de 43 a?os al noble oficio de instruir, educar y formar ¨¦ticamente a futuros ciudadanos y a personas en su integridad.
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