Un antiguo condenado muerte

Fui comisario en el Ej¨¦rcito republicano; despu¨¦s fui condenado a muerte por las autoridades franquistas. Antes de nuestra guerra civil (yo dir¨ªa ?incivil?) fui fundador de las juventudes de un partido de izquierda. Permanec¨ª, despu¨¦s de ser indultado de la ¨²ltima pena, cerca de cinco a?os en las c¨¢rceles de Franco.Desde esa ejecutoria, desde los planteamientos ideol¨®gicos que la misma comporta, de los que no tengo por qu¨¦ arrepentirme en absoluto, quiero hacer p¨²blica mi condena, mi indignada execraci¨®n ante los asesinatos del general don Juan S¨¢nchez Ramos-Izquierdo y del teniente coronel don Jos¨¦ Antonio P¨¦rez Rodr¨ªguez.

Si los asesinos son de extrema derecha, no tengo nada que decirles; despu¨¦s de todo responder¨ªan, en tal caso, a la lamentable ejecutoria de la extrema derecha espa?ola, que siempre, rep¨¢sese la historia espa?ola del ¨²ltimo siglo y medio, no repar¨® en medios para abortar cualquier intento de apertura hacia formas civilizadas de vida en nuestro pa¨ªs. Ahora bien, si son de extrema izquierda, yo les dir¨¢ que, adem¨¢s de asesinos, son mendaces y cretinos, ya que sus actos, del todo reprobables, no sirven nada m¨¢s que a la reacci¨®n m¨¢s negra que pensarse puede. Esos asesinatos son s¨®lo ¨²tiles a los a?orantes de la dictadura. S¨®lo a los que desean volver al pasado infausto sirven tales actos.

En las vidas de esos dos militares, respetables como todas las vidas humanas, se ha asesinado, primero, antes que nada, a dos seres humanos, y despu¨¦s un poco, o quiz¨¢ un mucho, a la libertad, a la democracia, a la forma de vida civilizada que, trabajosamente, trata de abrirse paso en esta martirizada Espa?a nuestra.

Rafael S¨¢nchez Micieces Madrid