Ej¨¦rcito-orden p¨²blico-policial/2
Comandante de Ingenieros
Los pa¨ªses m¨¢s democr¨¢ticos y los m¨¢s represivos coinciden en emplear tropas regulares para el control de disturbios, en raz¨®n de que s¨®lo una instituci¨®n bien disciplinada y jerarquizada puede hacer frente a una multitud.
En Estados Unidos se han realizado estudios e investigaciones de importancia sobre esta materia. Hasta el punto que el Congreso de Copenhague de 1976, del Comit¨¦ de Investigaci¨®n sobre Fuerzas Armadas y Sociedad, estuvo dedicado al tema de la intervenci¨®n de los militares en funci¨®n de antidisturbios.
Diferencias claras
Existen, sin embargo, notorias diferencias, de ?forma y fondo?, entre la actuaci¨®n de una fuerza de orden p¨²blico y el combate de un ej¨¦rcito. De acuerdo con Mandeville, Loubet de Bayle y Picard (Defense Nationale, julio 1977), ¨¦stas son:
El soldado o polic¨ªa antidisturbios se ha de asemejar al guerrero antiguo, protegido por casco, escudo y coraza (chaleco parabalas o ropa guateada similar a la de los jugadores de rugby americanos para paliar los golpes recibidos), armados de porras o bastones, avanzando codo a codo, como pudieran hacerlo los antiguos castellanos o navarros en la batalla de las Navas de Tolosa.
Esta ?mesnada? es complementada y protegida por equipos de tiradores con pelotas de goma, granadas lacrim¨®genas, etc¨¦tera. En casos extremos, por tiradores de ¨¦lite, de ¨¢nimo sereno. La actuaci¨®n de todos estos ¨²ltimos, siempre rigurosamente controlada por el jefe de la fuerza. (Seg¨²n algunas opiniones emitidas estos d¨ªas, debe proscribirse el uso de la pistola, arma insidiosa y ruin, de uso demasiado f¨¢cil.)
Los CRS
La proximidad f¨ªsica y social de Francia hace que las experiencias de este pa¨ªs sean particularmente interesantes para su estudio, Hay paralelismo evidente entre la evoluci¨®n social y pol¨ªtica francesa y entre el desarrollo de sus fuerzas de orden p¨²blico, y el caso espa?ol.
El ej¨¦rcito franc¨¦s fue un importante grupo de presi¨®n hasta 1945. A ¨¦l le fue encomendado el orden p¨²blico. Y para ello cre¨®, en 1830, un cuerpo, la gendarmer¨ªa m¨®vil, que presenta similitudes con la Guardia Civil: es un ?arma? del ej¨¦rcito, al igual, que la infanter¨ªa o la artiller¨ªa, y tiene misiones policiales, una de las cuales es el control de disturbios.
Pero en 1941 el Gobierno de Vichy, limitados sus efectivos por el armisticio impuesto por Hitier, organiz¨® los GMR (Grupos M¨®viles de Reserva), unidades policiales civiles encargadas de mantener el orden p¨²blico. Despu¨¦s de la liberaci¨®n, los GMR se transformaron en CRS (Compa?¨ªas Republicanas de Seguridad), funcionarios civiles con dependencia de la Direcci¨®n General de Polic¨ªa, dentro del Ministerio del Interior.
As¨ª, pues, el orden p¨²blico est¨¢ guardado en Fralncia por dos instituciones paralelas: una militar, la gendarmer¨ªa m¨®vil, y otra civil, los CRS. Con el tiempo, y al requerir la legislaci¨®n francesa que el prefecto (o autoridad civil) recabe de la autoridad militar el uso de la gendarmer¨ªa, las CRS han ido monopolizando esta funci¨®n. Y en una relaci¨®n causa-efecto-causa, de hecho, en la actualidad extraordinario el recurso a la gendarmer¨ªa. Lo CRS, organizados militarmente pero con estatuto de funcionario civiles. y entrenamiento espec¨ªfico antidisturbios, son los nuevos profesionales del orden p¨²blico.
Nuevos profesionales
Y es significativo que esta profesionalizaci¨®n coincida con las conclusiones de los soci¨®logos americanos en el citado Congreso de Copenhague. En ¨¦ste, Charles Moskos introduc¨ªa una metodolog¨ªa (Peacekeeping: The quest for Professionalism) para definir que los guardianes de orden p¨²blico han de constituir una nueva profesi¨®n, distinta de la militar y distinta de la policial.
Ser¨ªan distintivos de la nueva profesi¨®n:
- Una misi¨®n espec¨ªfica, que se ha de servir de t¨¦cnicas tambi¨¦n espec¨ªficas.
- Una instrucci¨®n y adiestramiento especial, que en Francia para los CRS, supone seis a doce meses de estudios.
- Una ¨¦tica o sistema de valores diferente del militar, en que el respeto a la legalidad, el autocontrol y la disciplina del cuerpo ocupen la c¨²spide.
- Una influencia cada vez m¨¢s creciente. Mandeville, Loubet Picard dan cuenta, en demostraci¨®n de esta tesis, que los m¨¢s aventajados alumnos de Saint-Cyr (academia militar francesa) escogen la gendarmer¨ªa como cuerpo.
Conclusiones finales
La lucha contra la subversi¨®n es una lucha por la poblaci¨®n, nunca contra ella, dice el Manual de subversi¨®n y contrasubversi¨®n del Ej¨¦rcito. Y a?ade que no es competencia exclusiva de las FAS, sino m¨¢s bien ¨¦stas son una peque?a parte del esfuerzo total.
Se reconoce, por tanto, a nivel oficial, que el Ej¨¦rcito no debe monopolizar Ia lucha contra la subversi¨®n, de la que es parte el control de disturbios. Sin embargo, las dos instituciones encargadas de ello, la Guardia Civil y la Polic¨ªa Armada, son cuerpos militares.
La soluci¨®n del tipo de la de Francia aparece como la m¨¢s encomendable en pa¨ªses que se han alejado de la ?militocracia?, pero no han alcanzado el equilibrio de las sociedades anglosajonas. As¨ª, parece haber sido recogido en el proyecto de ley de Polic¨ªa, que se est¨¢ debatiendo estos d¨ªas. Con una tendencia a que los hoy denominados polic¨ªas armados, a no muy largo plazo, se conviertan en funcionarios civiles del Ministerio del Interior, destinando un n¨²cleo importante de ellos, espec¨ªfica y permanentemente, tras el entrenamiento adecuado, al mantenimiento del orden p¨²blico, por ejemplo. En cualquier caso, no ser¨ªa malo que los propios polic¨ªas interesados participaran en las re formas siquiera por la v¨ªa de la encuesta, manifestando sus preferencias entre otros puntos, sobre su futuro status: civil (funcionario) o militar (soldado raso).
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