Estricto secreto de las deliberaciones del c¨®nclave
El c¨®nclave que elegir¨¢ al sucesor de Pablo VI ser¨¢ electr¨®nico. En los ¨²ltimos a?os se hab¨ªa dicho que el papa Montini hab¨ªa eliminado el secreto en las normas que elabor¨® sobre el funcionamiento del c¨®nclave. La abolici¨®n del secreto vendr¨ªa dada por su inexistencia pr¨¢ctica. A pesar de todos los juramentos, siempre han salido a la luz detalles de las deliberaciones de la curia cardenalicia. En realidad, hoy conocemos con pelos y se?ales todos los aspectos de las discusiones que precedieron a la elecci¨®n de Juan Bautista Montini, el Pont¨ªfice muerto. Esto ha ocurrido tambi¨¦n con respecto a los Papas que le precedieron. Pero a Pablo VI no debi¨® gustarle demasiado que uno de los cardenales que estuvo en el c¨®nclave que le eligi¨® revelara a un periodista sus apuntes escritos durante aquellos d¨ªas de ?secuestro cardenalicio?, cuando se debat¨ªa qui¨¦n deb¨ªa suceder a Juan XXIII. Gracias a aquellos apuntes se conoci¨® hasta qu¨¦ punto result¨® dif¨ªcil la designaci¨®n del cardenal Montini como Sumo Pont¨ªfice de la Iglesia cat¨®lica.
Quiz¨¢ fue esa la raz¨®n por la que Pablo VI no s¨®lo no aboll¨® el secreto del c¨®nclave, sino que hizo lo posible por hacer a¨²n m¨¢s severas las normas que lo rigen. Para el Papa muerto, c¨®nclave debe seguir diciendo lo que significa en lat¨ªn: ?cerrado con clave?.
En este c¨®nclave todo ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil. Pablo VI decretco antes de morir que todos los cardenales estuvieran solos durante el c¨®nclave. Hasta ahora pod¨ªan llevarse dos acompa?antes o tres, si alegaban problemas de salud. Ahora no podr¨¢n ir acompa?ados de nadie. Les ser¨¢ prohibida la lectura de peri¨®dicos o revistas. La correspondencia les ser¨¢ controlada. El cardenal Villot, que estos d¨ªas sustituye temporalmente al fallecido Pont¨ªfice, ser¨¢ una especie de jefe de polic¨ªa, y se dar¨¢ de vez en vez una vuelta, junto con tres cardenales y dos expertos en electr¨®nica, para comprobar que se observa fielmente el nuevo reglamento del c¨®nclave. Las funciones de esta inspecci¨®n peri¨®dica es la de descubrir si hay micr¨®fonos ocultos o c¨¢maras de cine que puedan captar las deliberaciones que preceden a la ?fumata blanca? con la que se anuncia que ya hay Papa.
Tambi¨¦n habr¨¢ ?fumata blanca?, por cierto, a pesar de lo que se hab¨ªa dicho en c¨ªrculos pr¨®ximos al Vaticano. Por supuesto, la caldera de la que saldr¨¢ el humo blanco se ha preparado, asimismo, para que haga posible el anuncio de que a¨²n no es posible elegir al Pont¨ªfice. Mientras la indecisi¨®n persista habr¨¢ humo negro.
La novedad es que esta vez se quemar¨¢n simult¨¢neamente las papeletas de las diversas votaciones junto con todos los apuntes que los cardenales tomen.
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