Jos¨¦ Bianco: el oficio de cr¨ªtico
Despu¨¦s de casi treinta a?os de alejamiento de la ficci¨®n, Jos¨¦ Bianco (Buenos Aires, 1909) public¨® en 1972 La p¨¦rdida del reino. Esa novela densa y minuciosa, que atrapa a su lector mediante una narraci¨®n donde la complejidad argumental va de la mano de un estilo llano, que revela una gratificante sabidur¨ªa humana, que transita con igual comodidad por la iron¨ªa, el realismo y el tono on¨ªrico, esa novela -en fin- fue recibida con elogios de la cr¨ªtica y del p¨²blico. Antes, Bianco hab¨ªa publicado un volumen de cuentos (La peque?a Gyaros, 1932) y dos nouvelles, que, en su momento, anticiparon varias de las preocupaciones que luego ser¨ªan dominantes en la literatura argentina y, por extensi¨®n, hispanoamericana: Sombras suele vestir (1941) y Las ratas (1943). As¨ª no es extra?o que en los comienzos de los setenta se asistiera a algo as¨ª como un redescubrimiento y revaloraci¨®n de la labor de Bianco como narrador, hasta entonces s¨®lo (re)conocida por unos pocos. Era un acto de justicia hist¨®rica. Pero Bianco, y esto quiz¨¢ no se sabe demasiado, es algo m¨¢s que un escritor sensible: fue secretario de redacci¨®n de la revista Sur entre 1938 y 1961, dirigi¨® una colecci¨®n literaria en una importante editorial bonaerense, es un traductor impecable (Planeta public¨® sus traducciones de Henry James sin siquiera mencionarlo) y un cr¨ªtico inteligente y agudo.Este ¨²ltimo aspecto de su tarea es el que ilustra y ejemplifica Ficci¨®n y realidad, un libro que re¨²ne varios ensayos y art¨ªculos escritos entre 1946 y 1976. Como autor de ficciones y como cr¨ªtico especializado, Bianco aparece razonablemente preocupado por las convergencias y divergencias que hay entre el proceso creador y la realidad, entre la imaginaci¨®n y ese mundo exterior que se trata de descifrar e interpretar a trav¨¦s de ella. Las preguntas que se formula una y otra vez, ya hable de Marcel Proust o de Julien Benda, de Alberto Moravia o de Ambrose Birce, tienen que ver con la manera en que la literatura aprehende la realidad, c¨®mo la recrea o trasmuta, qu¨¦ misterioso y tir¨¢nico influjo hace que la circunstancia atraiga y hasta hipnotice al escritor. Y las respuestas que se entregan no son, por supuesto, definitivas, canceladoras, inapelables: a trav¨¦s de un sistema cr¨ªtico que fia en el sentido com¨²n, en la exposici¨®n p¨²dicamente lineal, en el discurso que va denunciando las contradicciones de lo que analiza, en la sensibilidad muy alerta, Bianco tiende redes que (sin usar ni abusar del dogmatismo y promoviendo la emergencia del punto de vista del lector) al fin cubren un ancho espectro de acci¨®n cargado de sugerencias e implicaciones, deliberadamente ambiguo y plural.
Jos¨¦ Bianco:
Ficci¨®n y realidad (1946-1976).Monte Avila Editores. Buenos Aires. 255 p¨¢ginas.
Los trabajos recogidos en el libro, y Bianco sin duda ser¨ªa el primero en reconocerlo, son de circunstancias y de ¨¦pocas bastante diversas. Tal condici¨®n, que podr¨ªa imponerles severas limitaciones, se convierte por obra de la inteligencia y la sagacidad en una virtud. Me explico: aun cuando comenta autores o t¨ªtulos que han perdido actualidad y vigencia, arroll¨¢dos por el frenes¨ª de la moda y la novedad, Bianco lo hace con tanta sabidur¨ªa y amenidad que el anacronismo no se nota ni importa demasiado.
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