Incertidumbre ante la elecci¨®n del nuevo Papa

A una semana de la iniciaci¨®n formal del c¨®nclave de cardenales -o de los padres conclavistas, seg¨²n la correcta terminolog¨ªa can¨®nica-, predomina la incertidumbre sobre la orientaci¨®n que se imprimir¨¢ a la Iglesia en el nuevo pontificado y sobre el nombre de qui¨¦n la guiar¨¢. Resulta casi imposible evadir el juego de especulaciones que ha desatado la prensa italiana. En relaci¨®n con la desenfrenada propuesta de candidaturas de los peri¨®dicos, se ha llegado a desear que ?en estos d¨ªas el Esp¨ªritu Santo no lea demasiado los diarios?.En realidad, se le ahorrar¨ªan muchos disgustos. Hoy se llega a hablar de cardenales que ?ni siquiera se saludan cuando se encuentran?. Otros acu?an la expresi¨®n pope makers y los definen como los purpurados que han renunciado a eventuales ambiciones para poner su influencia al servicio de una candidatura que se presume vencedora. Como un inspirador de alianzas entre los montinianos y los progresistas se identiflica al arzobispo de Viena, cardenal Franz Koenig.

Todos los sectores pol¨ªticos opinan sobre el prec¨®nclave. Los comunistas, m¨¢s mesurados, dedican an¨¢lisis extensos al pontificado de Pablo VI, reconociendo sus m¨¦ritos, y sugieren formas de Gobierno colegiado para la Iglesia, con precisas referencias al S¨ªnodo de Obispos. En general, la prensa partidaria guarda una actitud respetuosa ante el acontecimiento. Pero son los diarios independientes los que arriesgan m¨¢s especulaciones. De ellas se deduce que el sector progresista, identificado inicialmente en los cardenales Eduardo Pironio y Joannes Wildebrand, ha perdido terreno. La negociaci¨®n se concentrar¨ªa en los grupos montiniano de centro y conservador.

De un acuerdo entre esos dos sectores tendr¨ªa que salir el nuevo Papa. Por supuesto, ser¨ªa italiano. Los nombres m¨¢s sonados hoy eran Sebastiano Baggio, prefecto de la Congregaci¨®n de los Obispos: Sergio Pinedoli, presidente del Secretariado de los no Cristianos: Antonio Poma, arzobispo de Bolonia: Paolo Bertoli, miembro de la curia romana y con antecedentes diplom¨¢ticos: Michele Pellegrino, ex arzobispo de Tur¨ªn, Salvatore Pappalardo, arzobispo de Palermo, y Albino Luciani, arzobispo de Venecia.

En ese grupo conviven personalidades de distintas tendencias, como el patriarca de Venecia, Luciani, y el ex arzobispo de Tur¨ªn, Pellegrino. El primero pertenece al sector conservador, mientras que Pellegrino se acerca a los progresistas. En el juego de la libre especulaci¨®n sobre el futuro Pont¨ªfice hay quien cree ver una prueba de que los misterios que circundan el poder de la Iglesia parecen menos misteriosos. Dentro de una semana se comprobar¨¢ si las tendencias y negociaciones en el seno del Colegio de Cardenales son tan sencillas y lineales como se pretende.

Un sacerdote progresista, el padre David Mar¨ªa Turoldo, se prequnta: ?Despu¨¦s de haber asistido a la elecci¨®n del jefe del Estado (en referencia a la elecci¨®n del presidente italiano Sandro Pertini, hace dos meses) aguardamos -sin asistir- conocer el resultado de la elecci¨®n del jefe de la Iglesia. El contraste es estridente: de una celebraci¨®n de la democracia a un rito impenetrable de secta secreta. ?Por qu¨¦ tanto misterio para designar el Papa que deber¨¢ ser de todos los cat¨®licos? Porque la Iglesia no est¨¢ todav¨ªa madura, no tiene coraje para obrar diversamente.?

Para individualizar al padre Turoldo, basta recordar que su acci¨®n est¨¢ destinada a acercar el pueblo cristiano a una Iglesia ?que deber¨ªa ser revolucionaria por definici¨®n y que en cambio, est¨¢ destinada a defender a la burgues¨ªa?. En el otro extremo, se encuentra en Roma desde hace dos d¨ªas y permanecer¨¢ hasta despu¨¦s del c¨®nclave el disidente franc¨¦s monse?or Francois Ducaud Bourget, hombre de confianza del obispo Marcel Lef¨¦bvre. Ha insistido en defender el veto de Lef¨¦bvre a la elecci¨®n del Papa sin la participaci¨®n de los cardenales mayores de ochenta a?os.

El grupo cat¨®lico integrista Civilidad Cristiana, que sigue en Italia los postulados de monse?or Lef¨¨bre, declar¨® anoche que ?en la grave hora que atraviesan la Iglesia y la Humanidad toda, es necesario que el Papa sea el priricipio de unidad testimonio y maestro de verdad en el magisterio y en las obras de gobierno, que rechace y y condene con firme y paternal solicitud la agresi¨®n al dep¨®sito de la fe como nos ha sido encomendado y como ¨¦l tiene la obligaci¨®n de conservar ¨ªntegro en la responsable sabidur¨ªa de que la caridad deriva de la verdad y de la justicia?.