An¨¢lisis superficial
Es por lo menos desilusionante el comprobar su actitud ante asunto tan delicado como el caso argentino. Recuerde que el se?or Kissinger declar¨®. despu¨¦s de una visita hecha hace poco a la Argentina, que ni Europa ni USA conoc¨ªan bien el problema argentino. Siendo un profesor de historia tan cualificado el se?or Kissinger, supongo que al decir esto habr¨¢ hecho una cr¨ªtica realista.Lo que m¨¢s duele en su editorial del d¨ªa 19 es la falta de sensibilidad humanista en un ?manejo de los derechos humanos?, m¨¢s que en un profundo bucear en una realidad vital. Los que hemos vivido en la Argentina durante muchos a?os hemos visto llegar all¨ª a muchos republicanos o no, que pudieron .all¨ª rehacer sus vidas. Hemos visto a la Argentina defender a Espa?a (enti¨¦ndase, el pueblo espa?ol) ante un bloqueo internacional en las Naciones Unidas. V¨¦ase la actuaci¨®n del doctor Arce en ese organismo. Como ve usted, el pueblo argentino se abstuvo de juzgar reg¨ªmenes, s¨®lo pens¨® en ayudar a Espa?a. Aqu¨ª no hubo oportunismo demag¨®gico. En el caso de los republicanos, entonces el Gobierno no cay¨® bajo la f¨¦rula nazi, y en el caso del bloqueo, el Gobierno prefiri¨® ser ?antip¨¢tico? ante las democracias, pero proceder humanitariamente. S¨®lo el que ha vivido en Iberoam¨¦rica sabe del intenso amor, dir¨ªa filial, que esos pueblos tienen por Espa?a, que en su cualidad llega a trascender lo meramente circunstancial; hay una psicolog¨ªa muy especial y muy fina que quiz¨¢ no todos los espa?oles de ac¨¢ puedan captar.
Otro punto francamente superficial de su trabajo es su afirmaci¨®n de que ?los reg¨ªmenes socialistas contrapesan su falta de libertades burguesas con logros generalizados de orden social?.
Otra ?perla?: ?El problema reside en que las dictaduras como las de Videla, etc¨¦tera, son antip¨¢ticas in¨²tiles, carecen de contraprestaciones sociales, secuestran la libertad, pero desprecian al hombre.?
Lo de las ?visitas? recibidas por Videla es otro argumento lanzado sin reflexi¨®n. ?Qu¨¦ me dice usted de las visitas recibidas por los m¨¢ximos representantes del Soviet? Son muchas, verdad? ?Se deduce de ello que los Soviets respetan los derechos humanos?
En cuanto a la simpat¨ªa de los personajes, le doy a usted la raz¨®n: son mucho m¨¢s simp¨¢ticos Fidel y Mao que Videla. Pero si fu¨¦ramos a trabajar cr¨ªticamente y dados sus antecedentes, no s¨¦ qui¨¦n de ellos tendr¨ªa m¨¢s sangre en las manos.
Su argumentaci¨®n sobre los logros sociales es nuevamente una falacia. Las grandes dictaduras como las de Mussolini y Hitler; las de Mao y Fidel han hecho verdaderos milagros de recuperaci¨®n social; ?las justificar¨ªa igualmente s¨®lo por este hecho? El maravilloso esfuerzo chino, que permiti¨® mostrar la realidad verdaderamente encantadora de cientos de inocentes y disciplinados ni?os, llenos de armon¨ªa y candor, est¨¢ asentado sobre un pedestal de sangre que la historia no ha olvidado, aunque los Nixons, Giscards y Parlamento espa?ol, con su oposici¨®n responsable. lo hayan olvidado, por ahora.
Otro factor que por lo menos requiere comprensi¨®n de los que estamos fuera de la Argentina es que el pueblo de esa naci¨®n tiene un deseo enorme de salir de su frustraci¨®n y verg¨¹enza, debidos a los comportamientos de minor¨ªas irritantes y primitivas, todo consecuencia de Gobiernos populistas incompetentes o pretenciosos derechistas llenos tambi¨¦n de incompetencia.
La posible visita de los Reyes de Espa?a, respondiendo espont¨¢neamente a una Invitaci¨®n, ser¨ªa un verdadero roc¨ªo que har¨ªa olvidar muchos sinsabores; ser¨ªa una crueldad in¨²til privara los argentinos de esta alegr¨ªa. Los Gobiernos son transitorios, debemos ver m¨¢s all¨¢ de las circunstancias y los gobernantes deben hacer todo lo posible por salvar a los pueblos. No se olvide que Roosevelt se sent¨® junto a Stalin en Yalta; que Chamberlain se tuvo que humillar ante Hitler.
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