El futuro pol¨ªtico de Servan-Schreiber se decide en septiembre
Jean Jacques Servan-Schreiber se ha lanzado de nuevo a la guerra ideol¨®gica para defender el ¨²ltimo basti¨®n de su patrimonio pol¨ªtico: su esca?o de diputado, gravemente amenazado.
El Consejo de Estado invalid¨® su elecci¨®n como diputado de la primera circunscripci¨®n de Meurthe et Moselle (Lorena) en las pasadas elecciones legislativas, por un legalismo vanal: repartir varios cientos de panfletos de propaganda horas despu¨¦s de cerrarse oficialmente la campa?a electoral.
El pr¨®ximo 24 de septiembre, J. J. S. S. deber¨¢ someterse a una nueva elecci¨®n legislativa parcial, enfrent¨¢ndose a otros once candidatos, socialistas, comunistas, de extrema derecha, derecha, liberales. J. J. S. S. despierta una animosidad muy viva, te?ida de violencia o desprecio, tanto en la oposici¨®n de izquierda como en las mismas filas de la mayor¨ªa conservadora-liberal en el poder, y el presidente de la Rep¨²blica, Valery Giscard d'Estaing, tiene que ampararlo personalmente para que el antiguo director de L'Express, el semanario de mayor tirada en Francia, (660.000 ejemplares en 1977), no sea dinamitado pol¨ªticamente.
J. J. S. S. inici¨® a ¨²ltima hora de ayer su campa?a electoral bajo un eslogan tecnocr¨¢tico: ?Construyamos la Lorena de ma?ana?, y recurriendo a un ofrecimiento de eficacia: ?M¨¢s votos nos da usted, m¨¢s podremos luchar por usted.?
El entourage pol¨ªtico de J. J. S. S. anunci¨® un ?lanzamiento de campa?a de inter¨¦s nacional?, pero los prop¨®sitos pol¨ªticos anunciados, pura y espec¨ªficamente locales, no han despertado la algarada de un pasado dorado, cuando imaginativos proyectos pol¨ªticos (el poder regional, denunciando al Estado como ?enemigo p¨²blico de los ciudadanos?) catapultados desde las portadas en cuatricom¨ªa de L'Express, desencadenaban vivos estados de opini¨®n.
Todos contra ¨¦l
La derecha gaullista del Reagrupamiento para la Rep¨²blica (RPR) recurrir¨¢ a la oratoria no exenta de brutalidad del alcalde de Par¨ªs, Jacques Chirac (enemigo pol¨ªtico n¨²mero uno, tanto del presidente de la Rep¨²blica, como de J. J. S. S.), para dinamitar a Servan-Schreiber. El Partido Socialista movilizar¨¢ a sus patricios m¨¢s notables, Mitterrand, Rocard, Chevenement para defender a su candidato. Los comunistas anuncian una movilizaci¨®n para subrayar el alto nivel de paro obrero de la regi¨®n.J. J. S. S. defiende el ¨²ltimo basti¨®n de su patrimonio pol¨ªtico. Perdido su control de L'Express, perdida la unidad y el esplendor del anta?o poderoso Partido Radical (hoy escindido en facciones), s¨®lo le queda por defender un esca?o de diputado, amparado por una notable fortuna personal.
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