Pol¨ªtica industrial: de la prevenci¨®n a la creaci¨®n
EL GOBIERNO ha aprobado recientemente las ampliaciones de capital y cr¨¦ditos extraordinarios de apoyo al sector sider¨²rgico y a los grandes astilleros. Desde hace algo m¨¢s de un a?o el Ministerio de Industria ha trabajado en la b¨²squeda y encaje de un programa para estos dos grandes sectores, que arrastran una crisis profunda desde 1974. Las imprevisiones del pasado, la megaloman¨ªa del desarrollismo de los a?os sesenta y primeros setenta y la incapacidad para gestionar la crisis de los ¨²ltimos Gobiernos condujeron a la siderurgia -sector b¨¢sico- y a la construcci¨®n naval -uno de los sectores punta en producci¨®n y exportaci¨®n- a una grav¨ªsima situaci¨®n. La crisis no era patrimonio exclusivo de Espa?a, sino que estaba y est¨¢ generalizada por todo el mundo, pero una mejor previsi¨®n y una mayor perspicacia nos hubieran ahorrado parte del coste actual.El Ministerio de Industria ha negociado en los ¨²ltimos meses con los protagonistas de los sectores en crisis. En la siderurgia, administraci¨®n e intereses privados llegaron a un acuerdo de principios y compromisos hace algo m¨¢s de un par de meses, por el cual, los empresarios privados -gran banca fundamentalmente- se deshacen de sus participaciones en Altos Hornos del Mediterr¨¢neo y obtienen una ayuda en Altos Hornos de Vizcaya, a cambio de un precio razonable. Intereses privados y p¨²blicos pagan la crisis, y aunque la negociaci¨®n fue tensa, a medio plazo, todos se sienten satisfechos del resultado. En el caso sider¨²rgico, los trabajadores, aunque han pasado sobresaltos, no pagan un precio demasiado alto, ya que en principio no se ha cuestionado el empleo. El problema se plantea a partir de ahora en que una vez capitalizadas las empresas hay que proceder a la reestructuraci¨®n del sector para tratar de hacerlo viable. La negociaci¨®n de esa reestructuraci¨®n tendr¨¢ que contar con la participaci¨®n de empresas, sindicatos y Administraci¨®n, ya que s¨®lo con el acuerdo de las tres partes se llegar¨¢ a conclusiones razonables.
En el caso naval se procedi¨® ya al acuerdo social de regulaciones de plantillas hasta un 50%, que se considera indispensable para evitar la quiebra del sector. De momento se garantiza buena parte del salario, aunque la cuesti¨®n a plantear es d¨®nde se va a colocar esta mano de obra sobrante localizada en centros muy concretos -C¨¢diz, Sevilla, Bilbao y Ferrol-, en un inmediato futuro. Esta tarea debe ocupar buena parte de la preocupaci¨®n del Ministerio de Industria.
El coste financiero de estas grandes operaciones se cifra en 50.000 millones de pesetas, a los que deben unirse otros tantos que tendr¨¢n que dedicarse para financiar, por v¨ªa de la banca oficial, la construcci¨®n de barcos que garanticen la actividad del sector que se considera recuperable.
El sector p¨²blico recibe una inyecci¨®n del Tesoro para aportaciones de capital en Astilleros, Astano, Ensidesa y Altos Hornos del Mediterr¨¢neo, por valor de 27.800 millones de pesetas -casi una cuarta parte de la inversi¨®n total del INI en este a?o-, adem¨¢s de 19.000 de cr¨¦dito oficial entre este a?o y el que viene. El sector privado se libera de la carga de Altos Hornos del Mediterr¨¢neo y recibe cr¨¦dito para Altos Hornos de Vizcaya por valor de 4.500 millones de pesetas entre este y el pr¨®ximo a?o.
Estas son las acciones preventivas de pol¨ªtica industrial, que cubren buena parte de la tarea del Ministerio del ramo. Pero a ¨¦ste no puede eximirse de la responsabilidad de hacer posible la aparici¨®n de nuevas inversiones, la creaci¨®n de alternativas de empleo y riqueza. La siderurgia y la construcci¨®n naval no son toda la industria del pa¨ªs. Hay sectores punta con fuerte componente de exportaci¨®n y de empleo que requieren tambi¨¦n ayuda o al menos ideas claras de por d¨®nde va a ir la pol¨ªtica econ¨®mica e industrial en el futuro. La fase preventiva debe dar paso a otra creadora que remedie los males actuales.
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