Ysart, contra Pilar Mir¨®
Ante algunas informaciones publicadas en ese peri¨®dico en relaci¨®n con el programa televisivo ?Di¨¢logos constitucionales?, considero ya necesario hacer un par de puntualizaciones que, realmente, hubieran resultado ociosas si los redactores de dicha informaci¨®n la hubieran contrastado conmigo, como director que fui de aquel programa.1. Por parte de nadie relacionado con el espacio especial ?Di¨¢logos constitucionales? se produjo manipulaci¨®n alguna en el contenido de los coloquios por m¨ª mantenidos con la serie de diputados, senadores y no parlamentarios que en ellos intervinieron.
Naturalmente, el contenido del programa, grabado en sesiones pr¨¢cticamente ininterrumpidas y sin gui¨®n previo, hubo de ser acoplado distribuyendo las entrevistas entre los cuatro programas emitidos, eliminando de ellas en el montaje definitivo las reiteraciones existentes y cuestiones marginales al ¨²nico objetivo fijado para el programa: divulgar el contenido del proyecto constitucional. Y, naturalmente tambi¨¦n, el montaje de un espacio es una competencia, profesional de la que sus responsables no pueden abdicar. De la absoluta transparencia de dicha operaci¨®n no cabe discutir; ah¨ª est¨¢n las cintas.
2. Sin embargo, posteriormente se produjo una ins¨®lita manipulaci¨®n, s¨ª, a cargo de la realizadora de TVE Pilar Mir¨®, acompa?ada seg¨²n el mismo peri¨®dico de su direcci¨®n informa (v¨¦ase EL PAIS de 31 de agosto, ¨²ltima p¨¢gina), por el secretario de propaganda de la ejecutiva de su propio partido, el PSOE. Ambos, amparados tal vez en la debilidad de un responsable circunstancial de TVE -ya que del citado programa especial apenas conoc¨ªa su existencia, al parecer- se permitieron modificar un espacio listo para ser emitido sin consultar con su director, exigiendo la emisi¨®n ¨ªntegra de las grabaciones efectuadas a los miembros de su partido, desde el saludo inicial a la despedida.
?Se imagina usted, se?or director, autorizando al secretario de propaganda de cualquier partido la correcci¨®n de la primera p¨¢gina de su peri¨®dico, ya montada en la rotativa?
En esta historia s¨®lo de atropello cabe calificar la acci¨®n de una realizadora de televisi¨®n que, anteponiendo su militancia pol¨ªtica a cualquier consideraci¨®n de ¨ªndole profesional, se permite visionar primero y manipular despu¨¦s un programa al que era absolutamente ajena.
El tema es as¨ª de claro y lamentable. Tan claro que resultar¨ªa est¨²pido imaginar un intento de censura por mi parte sobre nada, y menos a¨²n, si cupiera, sobre el contenido de la futura Constituci¨®n, ¨²nico objeto del programa. Y tan lamentable... De ahora en¨¢delante la opini¨®n p¨²blica habr¨¢ de tener en cuenta la existencia de esos ?nuevos censores? al acecho de los pasillos de TVE. Cabr¨ªa hablar de ?censuras paralelas? si realmente existiera la oficial.
L¨¢stima que algunos sigan arrastrando en este nuevo pa¨ªs los prehuici¨®s y mentalidad de cuando, hace cuatro a?os tan s¨®lo, tuve yo que abandonar aquella casa precisamente por la censura, entonces oficial, que poco parec¨ªa importar a quienes ahora tratan de implantar otra por su cuenta.
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