Criterios irreconciliables en la primera sesi¨®n pesquera hispano-comunitaria

Una voluminosa documentaci¨®n t¨¦cnica, que no aporta ninguna novedad en el fondo, fue la argumentaci¨®n espa?ola presentada ayer en Bruselas a los responsables comunitarios de la pol¨ªtica pesquera. En definitiva, la delegaci¨®n dirigida por V¨ªctor Moro, subsecretario de Pesca y de la Marina Mercante, repite continuamente sus argumentos t¨¦cnicos frente a los o¨ªdos sordos de los comunitarios.Ante la imposibilidad de Espa?a de ofrecer contrapartidas en materia pesquera, los nueve de la CEE se cierran en banda y son reacios, por no decir contrarios, a incrementar el n¨²mero de licencias -121 en la actualidad- que conceden a barcos espa?oles para sus capturas en la zona de las doscientas millas de aguas de pesca comunitarias. La reunion de ayer no aporta nada nuevo, por el momento. Los expertos, una vez m¨¢s, proseguir¨¢n su di¨¢logo de sordos en la jornada de hoy y, posiblemente, d¨ªas sucesivos. Espa?a quiere m¨¢s licencias para pescar y pretende conservar sus antiguos privilegios en las zonas de pesca irlandesa y francesa -convertidas hoy en aguas ?comunitarias?- y los comunitarios se niegan a una pol¨ªtica aperturista ante las presiones de sus propios pescadores, que han tenido que reducir tambi¨¦n sus capturas debido a la escasez y necesidad de preservar ciertas especies, y frente, a sus propios problemas internos para definir una ?pol¨ªtica com¨²n de la pesca? a la que se oponen los brit¨¢nicos.

El litigio pesquero hispano-comunitario est¨¢ bastante envenenado por falta de confianza mutua. Por un lado los comunitarios argumentan que los pescadores espa?oles no respetan la pesca bajo licencias en aguas de la CEE. Los espa?oles replican que el aspecto social del cerrojo comunitario en el sector pesquero afecta indirectamente a casi medio mill¨®n de personas y que, en cualquier caso, es imposible pescar el cupo concedido por la CEE con s¨®lo 121 licencias que, operacionalmente, se convierten en realidad en concesiones para que s¨®lo puedan faenar ?legalmente? 87 barcos.

La reuni¨®n de ayer se desarroll¨®, en un primer tiempo, bajo un clima de tensi¨®n. La delegaci¨®n comunitaria, presidida por Raymond Simonet, director de Pesca de la Comisi¨®n Europea, critic¨® a las autoridades espa?olas por su alentaci¨®n a la ?rebeld¨ªa? de los pescadores al pagar las multas que impone la CEE a los barcos espa?oles que no respetan las normas comunitarias. V¨ªctor Moro y el embajador Raimundo Bassols replicaron que no se trataba de ning¨²n pago directo, sino de subvenciones para el sector pesquero espa?ol, afectado por las reglas comunitarias.

La impresi¨®n general al t¨¦rmino de esa precipitada sesi¨®n negociadora, una m¨¢s de las m¨²ltiples que vienen desarroll¨¢ndose en la capital belga desde hace, tres a?os, es que el meollo del asunto contin¨²a siendo pol¨ªtico. El sector pesquero europeo est¨¢ en crisis y necesita una reestructuraci¨®n. Ante las propuestas de la propia Comisi¨®n Europea los Estados miembros de la CEE son, en algunos casos, -Gran Breta?a e Irlanda-, reacios a programas a largo plazo, frente a unos pescadores-electores. La problem¨¢tica espa?ola debe abordarse desde una ¨®ptica de adhesi¨®n, con todas las consecuencias que ello implica. La responsabilidad final est¨¢ en manos del propio Gobierno, y en este caso, de su encargado de Relaciones con las Comunidades Europeas, el ministro Leopoldo Calvo Sotelo. Lo dem¨¢s es una repetici¨®n general de interminables reuniones ?t¨¦cnicas? en las que cada bando saca sus propios argumentos, irreconciliables a primera vista.