Escasa participaci¨®n gitana en la peregrinaci¨®n internacional a Sevilla
Del medio mill¨®n de gitanos que hay en Espa?a, el 75% viven en chabolas, el 84% carece de trabajo fijo, el 73 % de los mayores de catorce a?os son analfabetos, hay m¨¢s de cien mil ni?os sin escolarizar, la esperanza media de vida son 42 a?os y s¨®lo el 3% pasa de los sesenta.-Pues es una pena, porque se hab¨ªa hablao de tanta gente...
-Ya, dec¨ªan que iban a venir treinta.
-Ma, ma. Por aqu¨ª des¨ªan que si ochenta mil, que si yo qu¨¦ s¨¦. Y ahora da una penita ve las tiendas vas¨ªas...
Javier, ese chico sevillano que acaba de entrar en el Secretariado Gitano, organizaci¨®n que, junto a Apostolado Gitano, ha puesto en marcha la peregrinaci¨®n internacional a la Macarena, no oculta su decepci¨®n. El es payo y bien payo, pero tiene muchos amigos cal¨¦s. Como Raimundo, ese gitanillo cobrizo de diecinueve a?os que toca en el grupo Veneno. Est¨¢ casado con una chavalilla de diecis¨¦is, espera un hijo y vive con sus padres y hermanos en una casita ¨ªnfima del pol¨ªgono Sur sevillano.
-Yo creo que lo ?gitano? pasamos de religi¨®n y pol¨ªtica -dice Raimundo-, vamo, que de eso na de na. Estoy aqu¨ª porque mi familia somo artista, y vamos a actu¨¢ y quer¨ªamo ver un poco la fiesta y todo eso. Pero lo que se dice religi¨®n..., nosotros ni estamo bautisao...
Los barracones y las tiendas que el Ej¨¦rcito ha cedido est¨¢n montados en Los Remedios, frente a donde se celebra la sofisticada y aristocr¨¢tica Feria de Abril. Y hay muchas tiendas vac¨ªas, s¨ª, que dicen que han repartido cinco mil acreditaciones en el Secretariado, cinco mil gitanos que uno desde luego no llega a ver, cuyo n¨²mero no se aprecia, desperdigados como est¨¢n en el campo:
-Pero, bueno, es que esto es indignante...
Lo dice Ram¨®n, un rom (gitano) de Madrid que ha llegado con otros amigos, mochila al hombro, ?dispuesto a pas¨¢rmelo bien unos d¨ªas?. ,
-Nos dijeron que iba a haber agua y luz y colchones en los barracones y esto no es ni para fieras...
Los barracones tienen el suelo de tierra, no hay luz, no hay agua y unos jergones de ¨¢spero saco relleno de paja hacen las veces de colch¨®n sobre el suelo.
-?Y las tiendas? ?Hab¨¦is visto las tiendas?
-Peor, son peor a¨²n, con un calor que no hay quien entre con unos sacos peores...
-No pueden ser peores -dice uno que a¨²n no ha visto.
-S¨ª, lo son, porque est¨¢n rotos y se les, sale la paja y se te clava -inventa otro, seguramente llevado por la rabia- Dicen que esto es para elevar al gitano, s¨ª, s¨ª. Esto es la bajeza del gitano: te tratan como a un bicho.
Delante de las lonas recalentadas de los barracones hay carteles a bol¨ªgrafo que indican la procedencia: Badajoz, Valladolid, Burgos ... ; en una tienda alguien ha pegado con alfileres un folio ingenuo, en el que se lee: ?Ojo, perros rabiosos?.
-Es que estamos hartos, hombre, es que llegan y levantan la lona para mirarte, como si fueras un animal. Esto parece el parque zool¨®gico, aqu¨ª los tigres, all¨ª los elefantes...
-?Qui¨¦nes miran?
-Pues los payos, que vienen a vernos como a sacos.
Dicen que Juan de Dios Ram¨ªrez Heredia, el diputado, ha quemado esta ma?ana unos colchones alegando que eran inutilizables para seres humanos. Dicen de Juan de Dios muchas cosas, como que lleva tres d¨ªas viviendo en una chabola del Cerro del Aguila, aqu¨ª, en Sevi lla, ?que ya est¨¢ er t¨ªo montando su n¨²mero?. Mientras tanto, en la oscuridad del campo, algunas personas montan su fiesta privada, un corrito aqu¨ª, otro all¨¢, gitanos de un mismo clan y un mismo punto de procedencia con los suyos, compitiendo por ver qui¨¦n canta m¨¢s alto, qui¨¦n calla a los otros.
-?Ayyy!, qui¨¦n tir¨® la bomba, la bomba- qui¨¦n tir¨®, t¨².
-Noooo ...
-T¨².
-Noooo ...
-Tirititi, tiritito.
Y palmean con precisi¨®n perfecta las mujeres de largos pendientes y peque?os ni?os colgados de los brazos mientras se jalean con guasa.
Diferencias
M¨¢s all¨¢ est¨¢n las lujosas caravanas, los Mercedes Benz de los gitanos transpirenaicos: franceses belgas, holandeses, h¨²ngaros. Est¨¢n en un terreno aparte, bien separados de esos ?primos? hambrientos y paup¨¦rrimos de Espa?a. Como dec¨ªa Cristinne, una francesa madre de familia:-Es que hay que distinguir entre los gitanos-gitanos y los que no somos gitanos de raza, pero que por nuestro trabajo somos n¨®madas
Cristinne y su familia se dedican a la venta ambulante de alfombras, un trabajo ciento por ciento cal¨¦. Pero, sin embargo, habla de esos ?gitanos que est¨¢n cuatrocientos a?os atrasados, como hombres de las cavernas?, y dice con orgullo que ella no, que en su familia ?hay profesores y polic¨ªas?, que es otra cosa.
Son los extranjeros precisamente los que componen principalmente la comitiva que har¨¢ el ?Via Crucis? por el campo. Apenas doscientas personas siguen a la imagen mariana, mientras alguien va rezando en voz alta, en franc¨¦s: ?Se?or: somos los pobres, Se?or: quiere a los pobres.? El resto de los rom ve pasar el cortejo sin inmutarse, sin cesar en sus palmas, en su fiesta.
-?Qu¨¦ e ezo, una bandera anarco? -dice un muchacho al ver pasar los pendones morados y blancos de la procesi¨®n.
-Nosotros esper¨¢bamos m¨¢s gente, pero como muchos que hab¨ªan prometido ayudarnos resulta que ahora no nos ayudan, hemos tenido que decir a muchos que no vinieran.
Lo dice Antonio Gonz¨¢lez Heredia, gitano, coordinador nacional del Secretariado.
-Porque el Ayuntamiento nos hab¨ªa prometido pagar la luz, por ejemplo, y ahora resulta que nos ha cobrado 230.000 pesetas a nosotros.
Dice el coordinador que la organizaci¨®n va a costar m¨¢s de dos millones. Que la peregrinaci¨®n sirve para rendir culto a la Virgen, para lograr la concentraci¨®n del pueblo gitano y demostrar que est¨¢ unido. Para conocer los problemas de otros pa¨ªses y del propio.
Problemas
-Pero ?se va a hablar de los problemas del gitano en esta peregrinaci¨®n?-Directamente no, puesto que se trata de un encuentro religioso -dice Juan de Dios. Juan de Dios, el diputado, atraviesa el campo con paso danzante, envuelto en una brillante, sedosa camisa verde-. Pero indirectamente sirve para unirnos, para sabernos parte de un pueblo de doce millones y medio de personas, para resaltar los problemas enormes que tenemos a trav¨¦s de entrevistas, de manifestaciones..., al margen de cualquier pol¨ªtica, de cualquier religi¨®n. Esto puede servir de aldabonazo para concienciar la situaci¨®n gitana, la necesidad de soluciones tanto a nivel cultural (es decir, el derecho a ser lo que somos) como a nivel asistencial, el paro, la seguridad social, la educaci¨®n... todos esos problemas que se inscriben dentro de la lucha del pueblo obrero.
-Qu¨¦ bien habla... -dicen algunos gitanos que le han rodeado, en api?ado corrillo, con admirado y absorto tono.
-Que conste que a los curas que trabajamos desde hace a?os con los gitanos nadie nos ha preguntado nada sobre esta peregrinaci¨®n, no hemos sido consultados -dice Emilio Calder¨®n, p¨¢rroco del Pol¨ªgono Sur. En el Pol¨ªgono Sur viven hoy de 3.000 a 5.000 gitanos. Hay setecientas casas prefabricadas, en pie desde hace quince a?os, pese a su provisionalidad: casas de agobiante uralita, comidas por las ratas.
-El d¨ªa 7 de septiembre sali¨® precisamente en los peri¨®dicos la noticia de un ni?o del barrio mordido por las ratas...
-No han contado con nosotros -dice Rafael Fern¨¢ndez Santiago, vendedor ambulante y con ocho hijos-, con los gitanos, para nada a la hora de hacer esto de la peregrinaci¨®n. Ser¨¢ precioso esto, ser¨¢ precioso: mucha fiesta, mucha procesi¨®n, todo eso. Pero el lunes ser¨¢ otra vez la miseria: los gitanos, a pedir limosna, y los payos sin trabajo, ech¨¢ndonos en cara el despilfarro de un dinero utilizado para la peregrinacion y que hubiera podido servir para otra cosa...
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