Entre cr¨ªmenes y bodas
ENVIADO ESPECIAL, La boda como rito social eterno y hasta hoy inmutable, como momento culminante de la vida y nuestro devenir social, sirve de pretexto a Altman para hacer un an¨¢lisis de la actual sociedad americana. No es el suyo, en esta ocasi¨®n, un humor ¨¢cido, o si se quiere amargo, sino una anotaci¨®n m¨¢s bien risue?a y cauta, aunque directa, rozando en ocasiones lo macabro y t¨®pico, para salir a flote gracias a divertidos gags y a casi cincuenta personajes que se critican, observan o desde?an.Como un mecanismo perfectamente calculado, esta historia de Altman y Causidine se pone en marcha desde el primer fotograma y no se detendr¨¢ hasta que, una vez la fiesta concluida, cada cual quede en su lugar real, bien distinto del asignado en un principio. Las intrigas inocentes, los pueriles rencores, la ilusi¨®n y los sue?os que nunca llegar¨¢n a concretarse se suceden en un ambiente burgu¨¦s y puritano liberado por un d¨ªa, enfrentado por igual a sus propias mentiras y al mundo desde?oso, cuando no ajeno, de los j¨®venes.
Si alguno de los tipos, situaciones y gags recuerdan otros filmes tradicionales en los que se tom¨® como pretexto tambi¨¦n otro acontecimiento o ceremonia para encerrar en un solo lugar, en unas pocas horas, tantos risue?os ego¨ªsmos en torno de una anciana muerta, otros, en cambio, nacidos al amparo de los tiempos actuales, suponen una aportaci¨®n a ceremonia tan tradicional, a esta radiograf¨ªa a un tiempo divertida y reveladora. As¨ª la organizadora, interpretada con acierto y humor por Geraldine Chaplin, o los encargados de la seguridad de la casa, a medias empleados y a medias polic¨ªas, o la moral particular de los m¨¢s j¨®venes en conflicto con la, al parecer, m¨¢s s¨®lida de los mayores.
Se dir¨¢ que Altman en esta comedia s¨®lo divierte, que apenas profundiza y, sin embargo, el balance Final de este singular enfrentamiento entre dos t¨ªpicas familias americanas, por encima de m¨¢scaras y t¨®picos, resulta positivo en un saber contar brillante que evidencia un oficio excelente.
Gonzalo Herralde trajo el a?o pasado a este festival un filme-encuesta en el que Pilar Franco, Alfredo Mayo y la pel¨ªcula Raza serv¨ªan para analizar una ¨¦poca fundamental de Espa?a.
Este. a?o vuelve con otro ensayo parecido, cuyo protagonista es el autor de un doble asesinato que salv¨® la vida tras el juicio al ser amnistiado. Este asesino de un rico matrimonio de Pedralbes nos explica a su modo los Motivos de su crimen, su inclinaci¨®n aberrante por los ni?os, su infancia dura, su vida en la miseria.
Si en su anterior filme Herralde escogi¨® tema y personajes de indudable inter¨¦s, en este caso, en cambio, la importancia est¨¢ en un crimen que, como es l¨®gico, no llegamos a ver y una pena de muerte que ya sabemos no llegar¨¢ a cumplirse. Las opiniones del protagonista sobre la sociedad, los m¨¦dicos, su megaloman¨ªa cuando no su af¨¢n perpetuo de protagonismo, su pasi¨®n por los ni?os repetida hasta la saciedad, su declararse m¨¢s listo, sincero y bueno que el resto de los mortales, es posible que llegue a interesar a psiquiatras y jurados, pero no al espectador un poco porque el personaje, a pesar de su propia opini¨®n, no da mucho de s¨ª, y en parte tambi¨¦n porque, desde el punto de vista cinematogr¨¢fico, este filme viene a ser como un espacio m¨¢s de televisi¨®n, all¨ª donde este medio de comunicaci¨®n realiza tal tipo de encuestas.
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