Las jais
Nada, que iba yo a irme al Festival de Cine de San Sebasti¨¢n, o sea que me han invitado, y ahora, me parece que me quedo, porque se van a ver muchas m¨¢s jais aqu¨ª, en las Jornadas de la Condici¨®n Femenina, y adem¨¢s vestidas, que tiene mayor morbo, porque la cosa ginecol¨®gica ya nos la sabemos todos por dentro, a base de herirnos en nuestra sensibilidad con la crudeza de las escenas al respecto, y mira que nos lo hab¨ªan advertido los anuncios de los filmes ?S?.Estas Primeras Jornadas de (la) Condici¨®n Femenina vienen auspiciadas, me parece, por el ministro de la cosa, o sea Cabanillas, y yo le dir¨ªa a P¨ªo, lo primero:
-Mira. P¨ªo, la jai es como la cultura, que te lo digo yo, que me he dedicado mucho a ello, mientras t¨² te dedicabas al lac¨®n con grelos y a salvar la patria o, las patrias (que ahora queda ya m¨¢s decente en plural). A lo que iba, ministro, que lo ideal de un Ministerio de Cultura es que no exista, como te han dicho ya varias veces. Bueno, pues lo ideal de un Ministerio de la jai, que al parecer tambi¨¦n es el tuvo, lo ideal es que no exista.
Porque vamos a ver, dejando ya a don P¨ªo que siga con su lac¨®n y sus grelos: me llama ayer tarde Elena Mar¨ªa Tejeiro, fina actriz, llena de matices rubios, y a la que he seguido de lejos desde los primeros tiempos, para decirme eso que luego ha divulgado la prensa: que el Ministerio de Cultura no subvenciona una obra de Mihura porque Mihura no es cultura. Miguel, maestro, t¨², un cl¨¢sico Castalia, y no es locura, que est¨¢s ya en la ilustre colecci¨®n fundada por el inolvidable Rodr¨ªguez Mo?ino, con Lope y Buero, has tenido que morirte de tu pierna (que en seguida se ve¨ªa de qu¨¦ pierna te ibas a morir) para que un director general de cuyo nombre no quiero acordarme, P¨ªo, salga diciendo que t¨² eres poco. Parece que ni de muerto te mereces una subvenci¨®n, Miguel, as¨ª como de vivo no te mereciste una subvenci¨®n de respeto, porque, como dec¨ªa Ruanor, y como me advierte a m¨ª siempre M¨¢ximo, en este pa¨ªs, matricularse de humorista es un error, ya que el energumenismo nacional de derecha/izquierda cree que el humor y la poes¨ªa l¨ªrica son cosa de maricones.
Pues con la mujer pasa lo mismo. Humoristas, poetas y mujeres nunca hemos acabado de ser tratados en serio por los recios varones nacionales. soberanos en su casa a la hora de? co?ac de lo mismo, y piensan o pens¨¢is, P¨ªo, que a la mujer se la puede programar desde arriba, como a la oveja merina.
Las feministas de verdad ya se han encampanado, claro, y con raz¨®n. Qui¨¦nes se van a reunir para tratar de la oveja merina en el Palacio ese de Exposiciones y cosas? Por ejemplo, Efigenio Amez¨²a, autosex¨®logo por no s¨¦ d¨®nde, cuyo ¨²ltimo libro tuve ocasi¨®n de glosar antes del verano, y que, entre la ciencia y el chascarrillo, se queda en la obviedad m¨¢s hortera. Tambi¨¦n veo en la Cuarta Mesa, que es la dedicada a La mujer y su participaci¨®n social y pol¨ªtica, a do?a Mar¨ªa Victoria Fern¨¢ndez Espa?a, que es la Berta Singermann de Alianza Popular, la Eleonora Duse de ambas C¨¢maras, la musa d¨¦bil de la derecha fuerte.
El moderador de tal Mesa, en la que no creo que haya mucho que moderar, pues ya de por s¨ª parece una mesa moderada, es don Joaqu¨ªn Ruiz-Jim¨¦nez, ciudadano por encima de toda sospecha, pero que tiene demasiados hijos como para saber algo de la mujer. Cuando uno se ha dedicado a tener tantos hijos, don Joaqu¨ªn -con todo respeto-, le queda poco tiempo para conocer a las mujeres. Porque una de dos: o conoces a la mujer o la fecundas. Las dos cosas no puede ser.
Finalmente, la moderadora de la Quinta Mesa es Mabel P¨¦rez-Serrano, bella mujer que lleva con denuedo una causa burguesa y que crele ciegamente en el divorcio, como otras, o quiz¨¢ las mismas, creen en el matrimonio. Entre lo sacramental y lo judicial no vamos a ninguna parte. Las feministas por libre acaban de sacar una revista, Siana. Como las feministas por libre no lo arreglen, Espa?a seguir¨¢ siendo un pa¨ªs de ovejas merinas, con perd¨®n.
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