Una s¨¢tira despiadada
La escopeta nacional
Director: Luis Garc¨ªa Berlanga. Gui¨®n: Rafael Azcona y Luis Garc¨ªa Berlanga. Fotograf¨ªa: Carlos Su¨¢rez. Int¨¦rpretes: Jos¨¦ Sazatornil ?Saza?, Antonio Ferrandis, M¨®nica Randall, Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez, Agustin Gonz¨¢lez y Rafael Alonso. Espa?ola, 1978.
Locales de estreno: Real Cinema y Proyecciones.
Desoyendo los consejos de su difunto padre, para quien la mejor forma de vender eran los viajantes, Jaume Ganivell, industrial catal¨¢n, decidi¨® pagarse una cacer¨ªa en Madrid con el objeto de colocar sus porteros autom¨¢ticos a nivel nacional... Este es el punto de partida de La escopeta nacional, el ¨²ltimo filme de Luis Garc¨ªa Berlanga.
Durante m¨¢s de veinte a?os Berlanga ha sido un insustituible cronista del show celtib¨¦rico. Los problemas censoriales de todos estos a?os hicieron que los representantes del poder estuvieran ausentes de su cine. Y las cr¨ªticas de Berlanga se dirig¨ªan a personajes en off, que eran los causantes directos de las miserias de los personajes que estaban en campo. Los protagonistas de Pl¨¢cido o El verdugo son los pobres, los desheredados, los don nadies... Y Berlanga los filma con un cari?o y una ternura m¨¢s que evidentes. Los detentadores del poder son obligadamente ignorados, a lo m¨¢s que llegaba era a pintar siniestros oficinistas, oscuros funcionarios parapetados tras sus ventanillas y despachos y cuya ¨²nica ocupaci¨®n era jorobar al pr¨®jimo en peque?as pero efectivas dosis.
En La escopeta nacional se echa de menos la ternura de Pl¨¢cido. Pero es que los personajes de esta pel¨ªcula son los poderosos, los primados, los ministros, los pelotas, los miserables por vocaci¨®n. Y Berlanga siente por ellos el m¨¢s cordial de los odios. La escopeta nacional es, probablemente, su pel¨ªcula m¨¢s dura, la m¨¢s despiadada. Un filme directo, sin concesiones, salvaje, en el que destripa, tritura a quienes, durante cuarenta a?os nos han estado haciendo la pu?eta.
Berlanga, tras el par¨¦ntesis europe¨ªsta -obligado- que supuso Tama?o natural, retorna a las fuentes, al estilo de muchos personajes, grandes enredos, planos superlargos y humor corrosivo que hizo que se conozcan como berlanguianos una serie de tipos, situaciones, ambientes, etc¨¦tera.
La escopeta nacional es una pel¨ªcula implacable, en la que Berlanga parece haberse prohibido los sentimientos y los sentimentalismos pero en la que, a pesar de su r¨ªgido pudor, la ternura del autor de Pl¨¢cido asoma inevitablemente. Y lo hace a trav¨¦s de voyeur agujero en la pared por el que creemos vamos a ver alguna deliciosa obscenidad y lo que nos encontramos es con una el¨ªptica historia de amor protagon¨ªzada por un hombre que enga?a a su vieja esposa haci¨¦ndola creer que a¨²n conserva su belleza.
En La escopeta nacional, Berlanga, que siempre se ha llecho el loco en cuestiones t¨¦cnicas, reaparece como el m¨¢s s¨®lido narrador de toda la historia del cine espa?ol -Bu?uel incluido- contando su historia en gigantescos planos secuencias de una efectividad y una pericia dif¨ªcilmente superables.
Babelia
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