No a las relaciones sexuales prematrimoniales
La eran responsabilidad que el matrimonio lleva consigo exige una profunda preparaci¨®n entre los futuros esposos y no son posibles las relaciones sexuales prematrimontales.En un mundo tan placentero como el actual, resulta dif¨ªcil a muchos comprender la seriedad del matrimonio: ?La uni¨®n de un hombre y de una mujer para siempre?.
Una caracter¨ªstica del noviazgo es la posibilidad de cambio o la opci¨®n a rectificar a una elecci¨®n noacertada.
Pero no es sensato pretender abolir lo que constituye la esencia del noviazgo con cualquier enamoramiento adolescente o adulto.
Ante el verdadero sentido del noviazgo, en el que los futuros esposos jeb¨¦n de edificar su conviz vencia sobre un cari?o mutuo. sincero v limpio. que ha de estar inspirado por ese amor puro. se contrapone el af¨¢n ego¨ªsta y de placer sexual que destroza la intimidad de dos personas que ya no se puedan mirar noblemente a la cara: de ah¨ª la necesidad e importancia de vivir castamente el noviazgo, que constituye una earant¨ªa para ese futuro niatrimonio y desechar las acciones de lujuria que se puedan dar en el noviazgo.
Entender esta etapa fr¨ªvolamente, a la Iigera vcomoun medio para satisfacer la sensualidad, es caer en un grave error que tiene grav¨ªsimas consecuencias.
Da pena ver esas parejas de j¨®venes vagabundos, sucios y trotamundos. que recorren las carreteras y caminos por todo el mundo. No son novios ni probablemente quieren serlo: son amantes en el m¨¢s pobre sentido y bajo de la palabra. Estas personas no saben que el amor humano exige fidelidad, sacrificio y ayuda mutua. Pero con estas relaciones rebajan la condici¨®n del hombre y se comportan como simples animales que matan ese amor grande por ese amor que les causa un erave da?o.
La verdadera preparaci¨®n del matrimonio es la pureza. el amor mutuo. el dominio mutuo sobre las pasiones.
S¨®lo puede entregarse el cuerpo cuando con ¨¦l se entrega la vida entera en el compromiso indisoluble. social y sacramental del matrimonio.
Es cierto que el noviazgo lleva consigo una serie de circunstancias que pod¨ªan ser consideradas ocasi¨®n de pecado, pero ellos deben dictectar por s¨ª mismos cu¨¢ndo se presentan esas ocasiones.
Podemos decir entonces que si un matrimonio es limpi¨® es fruto de un noviazgo limpio Y. por el contrario. a un noviazgo sucio le sucede un matrimonio sucio.
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