La discreta presencia de cubanos y chinos en Mozambique
?Una vez combatido el enemigo armado, hay que combatir al enemigo que no tiene armas.? Esta frase de Mao-Tse-tung, colocada de forma destacada en la entrada de una librer¨ªa de Maputo, ilustra la determinaci¨®n del r¨¦gimen mozambique?o por eliminar radicalemente todo aquello que se oponga al despegue econ¨®mico, incrementando la vigilancia.La noci¨®n de sabotaje y el t¨¦rmino de ?reeducaci¨®n pol¨ªtica? adquieren en Mozambique un sentido aleccionador, que, en una sociedad. desarrollada tendr¨ªa, seguramente, acentos de despotismo, del mismo modo que parecer¨ªa retr¨®grada la insistencia en revalorizar, en t¨¦rminos culturales, un pasado hist¨®rico a trav¨¦s de una cr¨ªtica sistem¨¢tica de la civilizaci¨®n occidental y sus nefastos efectos sobre el hombre africano.
Esta voluntad por transformar la mentalidad y formas de vida. del mozambique?o se traduce, por el momento, en una forzada presi¨®n pol¨ªtica para destruir los g¨¦rmenes del individualismo, foment¨¢ndose la denuncia de saboteadores, provocadores y ?en emigos del pueblo?. As¨ª, cuando los vecinos del barrio de Beluluane denuncian a tres esp¨¦culadores de bebidas alcoh¨®licas, ¨¦stos son presentados a la poblaci¨®n con enormes cartelones colgados sobre el pecho donde se exponen las acusaciones... para ser librados inmediatamente a un ?sector de reeducaci¨®n? que, segun nos aseguraron, no es una detenci¨®n carcelaria.
A m¨¢s de trescientos antiguos presos pol¨ªticos de la PIDE portuguesa se les enrola en un curso pol¨ªtico-militar para convertirlos en nuevos, militantes del Frelimo, desminti¨¦ndose que estuvieran en detenci¨®n o en campos de trabajo forzado. ?El objetivo de este curso -afirma el presidente Samora Machel- es elevar el nivel ideol¨®gico de todos los que sufrieron prisi¨®n, permiti¨¦ndoles remontar la fase estrecha del nacionalismo.?
Chinos, coreanos ycubanos...
La promoci¨®n de tales campa?as no tiene nada que ver con un universo concentracionario de ?gulag?, como tampoco se ajustan a la realidad los informes aparecidos en la prensa surafricana y brit¨¢nica a prop¨®sito de la presencia de miles de soldados cubanos, chinos y tanzanios en Mozambique, a la extencia de una base militar sovi¨¦tica en la isla de Baxaruto y a la imposibilidad de salir de Maputo sin verse detenido en las barricadas que el ej¨¦rcito tendr¨ªa instaladas en la carretera.
Lo cierto es que ni en Maputo, Beira, Quelimane y otros puntos visitados existe la menor traza de tropas cubanas o chinas, e incluso es rar¨ªsimo ver a los propios soldados mozambique?os en el centro de las ciudades. La mayor parte de las fuerzas armadas se encuentra concentrada en la zona fronteriza con Rodesia, que tiene una amplitud supcrior a los mil kil¨®metros.
El Destacamento Militar-Femenino, la ¨²nica unidad militar observada en los ochenta kil¨®metros que van de Maputo a la granja estatal de Moamba, evoluciona y realiza maniobra tras maniobra sobre el terreno colindante, pero tampoco aqu¨ª hay indicio de instructores extranjeros, que, por otro lado, hubiera resultado en harto extremo curioso, ya que todos los elementos del referido destacamento son muchachas.
La zona portuaria de Maputo, a la cual se tiene libre acceso, es el centro de una intensa actividad en torno a decenas de nav¨ªos de bandera sovi¨¦tica, alemana y surafricana... pero tampoco aqu¨ª se estaban descargando tanques rusos o aviones Mig en piezas, durante la visita efectuada, y al recorrer detenidamente el puerto, de un extremo a otro, se percibe que no hay zonas reservadas.
En todo el pa¨ªs es visible, sin embargo, la presencia de t¨¦cnicos cubanos, chinos y coreanos de norte. Los hoteles de Maputo est¨¢n llenos de ellos, y su actividad concierne a varios proyectos en curso de realizaci¨®n. Los coreanos construyen una f¨¢brica de l¨¢pices y otra de f¨®sforos; los chinos est¨¢n presentes en numerosos planes agr¨ªcolas y los cubanos han organizado el servicio de radio-taxis de Maputo y est¨¢n tratando de poner en marcha la ?mportante f¨¢brica de az¨²car de Marromeu, perteneciente a la firma brit¨¢nica Sugar Sena States, que jam¨¢s lleg¨® a entrar en funcionamiento desde su construcci¨®n, hace m¨¢s de dos a?os.
Si existen instructores militares cubanos o chinos en las bases del movimiento nacionalista de Zimbabwe, ZANU, es algo que no puede comprobarse, aunque no ser¨ªa de extra?ar que as¨ª fuera, como tampoco puede descartarse el que el Ej¨¦rcito mozambique?o siga recibiendo una asistencia en personal especializado chino, so vi¨¦tico o coreano. El diario sur africano Rand Dady Mad afirm¨® d¨ªas atr¨¢s tener conocimiento de la presencia de 5.000 soldados cubanos en Maputo, dirigidos por un general, a los que se le habr¨ªa encargado la misi¨®n de atacar a Rodesia. De tales tropas no hay, en la capital de Mozamique, el menor asomo.
Dificultades de aprovisionamiento
Las mayores dificultades de Mozambique conciernen a la escasez de aprovisionamiento en productos agr¨ªcolas y manufacturados, consecuencia de varios males: estado deficiente del transporte, incapaz de dar salida a toda la producci¨®n agr¨ªcola; falta de personal especializado en las pocas f¨¢bricas heredadas de la ¨¦poca pasada, que disponen adem¨¢s de maquinaria vetusta; necesidad de seguir manteniendo las importaciones de productos esenciales y an¨¢rquicos h¨¢bitos de consumo, de origen tribal o religioso.
La f¨¢brica de zapatos lfa, considerada como una de las mejores, recuerda las im¨¢genes de los viejos cromos de la ¨¦poca victor¨ªana, en Inglaterra. La producci¨®n diaria no supera los cuatrocientos pares de zapatos y botas; en julio se alcanz¨® la cota de los 8.000 pares, que con s tituye una producci¨®n estacionaria. Como resultado de ello, y debido a la importaci¨®n de caucho y lona, que podr¨ªa obtenerse localmente, un par de zapatos oscila entre las 2.000 y 2.500 pesetas. El salario de una obrera,de esa f¨¢brica asciende, por su parte, a las 3.000 pesetas mensuales, al final de la escala, y a las 8.000 en su nivel m¨¢s alto.
Cierto desbarajuste de precios, que se intenta controlar, hace que, por ejemplo, un p¨¢ntal¨®n cueste 1.600 pesetas y un traje 6.000, mientras es posible comer normalmente en un restaurante por s¨®lo doscientas Pesetas.,
En la ?Machamba? o granja estatal de Moamba, 596 trabajadores y trece t¨¦cnicos chinos tienen la responsabilidad de un ¨¢rea de cultivo superior a las mil hect¨¢reas, en las que se encuentran sembradas patata, mijo, cebolla, ajo, tomate y repollo. Se trata de la tercera unidad agr¨ªcola, en importancia, de la regi¨®n de Maputo, y est¨¢ previsto sobrepasar las metas adquiridas,
Intervenir ahora y nacionalizar luego
Contrariamente a lo que podr¨ªa suponerse, en los tres a?os de independencia que est¨¢n por cumplir, el Gobierno de Mozambique no ha llevado a cabo la nacionalizaci¨®n inmediata de todas las unidades de producci¨®n y sectores econ¨®micos y financieros. Las primeras nacionalizaciones concernientes solamente a los sectores de la educaci¨®n, salud, justicia y vivienda; la liquidaci¨®n de la propiedad privada rural s¨®lo se refiri¨® a las grandes haciendas, mientras la peque?a propiedad era incitada a agruparse en cooperativas.
En general, el m¨¦todo seguido ha consistido en intervenir, a trav¨¦s de comisiones de administraci¨®n, en todas aquellas unidades de producci¨®n paralizadas o abandonadas, o en las que se comprobaba que la gerencia promov¨ªa voluntariamente un descenso de la productividad, como en el caso referido de la firma brit¨¢nica azucarera Sugar Sena States.
En este caso, en el que la gerencia manten¨ªa paralizada una planta'ultramoderna, dotada de una capacidad de molienda suficiente para la obtenci¨®n de un mill¨®n de toneladas anuales de az¨²car, a lo que hay que a?adir la existencia de numerosos campos de cafla en estado de semi-putrefacci¨®n, por no haber sido cortada en dos a?os. Las autoridades han nombrado una comisi¨®n administrativa, sin que la f¨¢brica haya sido nacionalizada.
La constituci¨®n de c¨¦lulas del Frelimo en las f¨¢bricas forma parte de la campa?a de estructuraci¨®n del nuevo partido. Se pretende con ello reducir el atraso de una gran, parte de los trabajadores en lo que concierne a la ?visi¨®n pol¨ªtica? de las responsabilidades individuales e impedir todas las formas del ?liberalismo? que, seg¨²n los dirigentes del parl¨ªdo, ?ha dejado de tener cabida en el nuevo Mozambique ... ?.
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