"Lo ¨²nico que pod¨ªamos hacer era lanzar piedras a los aviones nicarag¨¹enses"
Pregunta. ?Podr¨ªa usted relatarnos brevemente los incidentes fronterizos con Nicaragua?Respuesta. Con mucho gusto. Hemos vivido una experiencia muy particular, y hemos sufrido una situaci¨®n no deseada por nosotros. Cuando se produjo la agresi¨®n, el 12 de octubre, nosotros est¨¢bamos precisamente haciendo esfuerzos por convertirnos en eventuales mediadores en la crisis nicarag¨¹ense. Nuestro canciller hab¨ªa visitado Guatemala, El Salvador y Honduras, se hab¨ªa entrevistado con los presidentes de esos pa¨ªses y hab¨ªamos establecido el compromiso de mantenernos en estrecho contacto por si surg¨ªa la posibilidad de una f¨®rmula que, sin ser intervenci¨®n en los asuntos de Nicaragua, contribuyera a resolver el problema.
En estas circunstancias, se produjo el bombardeo y ametrallamiento de un grupo de profesores y estudiantes del colegio de la Cruz, quienes hab¨ªan ido a la frontera para recibir la antorcha de la independencia, que todos los a?os llega desde Guatemala por estas fechas, portada por atletas. que la llevan hasta Cartago, la antigua capital de Costa Rica. El resto es ya sabido: presentamos una airada protesta ante la Organizaci¨®n de Estados Americanos, que ahora se estudia.
P. ?A qu¨¦ se debi¨® la ayuda militar de Venezuela y Panam¨¢?
R. A la solidaridad entre pa¨ªses amigos, a los tratados internacionales que tenemos con esas naciones, a la buena voluntad y, sobre todo, a la circunstancia que tenemos presente todos los costarricentes, y que yo personalmente viv¨ª el d¨ªa 12, de que lo ¨²nico que pod¨ªamos hacer era recoger piedras y lanz¨¢rselas a los aviones nicarag¨¹enses. Ante esos hechos, me puse en contacto con esos dos Gobiernos para que enviaran lo que luego se demostr¨® eficaz: aviones y helic¨®pteros, que supusieron una contenci¨®n, una persuasi¨®n y un aviso de que no se pod¨ªa llegar impunemente a Costa Rica a matar ciudadanos, y de que hab¨ªa pa¨ªses dispuestos a ayudarnos. Los aviones y helic¨®pteros demostraron que nuestros civiles estaban defendidos. Nosotros nos encargar¨ªamos de defender el pa¨ªs por tierra, aunque no tengamos armas. Hay una frase en nuestro himno que me permito recitarle: Cuando alguno pretenda / tu gloria manchar / ver¨¢s a tu pueblo / valiente y viril /la tosca herramienta/ en arma trocar.? Nuestro pueblo siempre ha sabido reaccionar con valent¨ªa e n estas eventualidades, pero frente a la tecnolog¨ªa avanzada y el armamento moderno necesit¨¢bamos algo m¨¢s para evitar una eventual matanza. Lo que yo no estaba dispuesto a consentir es que se bombardeara alguna ciudad de Costa Rica, como lo han sido ciudades de Nicaragua.
'No intervenimos en los asuntos nicarag¨¹enses'
P. ?No rompe esta actitud el tradicional pacifismo de Costa Rica?
R. De ninguna manera. Nosotros no intervenimos en los asuntos internos de Nicaragua, y por esa raz¨®n protestamos en¨¦rgicamente por la violaci¨®n de nuestra soberan¨ªa nacional. Pero al mismo tiempo creemos con toda firmeza, con una convicci¨®n democr¨¢tica profunda, que todos los pa¨ªses tienen derecho a vivir en paz, y si el nuestro tom¨® la hist¨®rica decisi¨®n de vivir en paz y sin ej¨¦rcito, creernos que tenemos pleno derecho a seguir sin ¨¦l. No vamos a alterar la Constituci¨®n, no nos hemos planteado ni remotamente el establecimiento de un ej¨¦rcito en Costa Rica.
P. ?C¨®mo ve usted, presidente, el futuro de Nicaragua y la soluci¨®n del conflicto?
R. Lo vemos dif¨ªcil y complicado. En cierta medida, ten¨ªa que complicarse esa situaci¨®n despu¨¦s de 44 a?os de Gobierno continuado de una sola familia. Sin analizar el problema pol¨ªtico est¨¢ claro que en Nicaragua se ha constituido un frente, un feudo dominado por un peque?o grupo. Cuando un gobernante tiene todas las facilidades y no tiene ning¨²n afecto por su pueblo (cosa probada en el caso de Somoza, puesto que bombardea a sus conciudadanos), no le preocupa en absoluto que en su pa¨ªs no haya trabajo y no haya para comer.
P. ?Cree usted en la efectividad de la Organizaci¨®n de Estados Americanos?
R. Lo que se va a apreciar en la OEA es una clarificaci¨®n de posturas. El mundo va a tener oportunidad de observar c¨®mo reaccionan los distintos pa¨ªses ante un problema como este. Lo que es imposible es pretender que un organismo internacional como la OEA act¨²e como juez. Tenga en cuenta que hay muchos intereses, que hay Estados con Gobiernos democr¨¢ticos y otros sin ellos, y que es muy dif¨ªcil que determinadas naciones voten en favor de una moci¨®n condenatoria que puede volverse contra ellos el d¨ªa de ma?ana.
P. ?Cree usted que si no se encuentra una soluci¨®n pac¨ªfica al conflicto existe el riesgo de una cubanizaci¨®n de Nicaragua?
R. Yo tengo la impresi¨®n de que siempre se tocan los extremos. Precisamente por eso creo que si no aparece pronto una posici¨®n intermedia. efectivamente ese riesgo existe. De cualquier manera, quiero se?alarle que conozco muy bien al pueblo nicarag¨¹ense Y s¨¦ que es claramente anticomunista. Lo que tiene es una profunda aspiraci¨®n de vivir en un sistema democr¨¢tico.
P. ?No le parece excesivamente ambigua la posici¨®n de Estados Unidos en el conflicto?
R. Yo creo que, precisamente en estos momentos. Estados Unidos est¨¢n actuando con m¨¢s decisi¨®n que al principio, quiz¨¢ precisamente por el riesgo que existe de que se produzca una desestabilizaci¨®n en la zona y porque han comprendido el peligro que entra?a una situaci¨®n de este tipo.
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