"Time Out", los diez a?os de una prensa alternativa
Time Out ha cumplido felizmente su d¨¦cimo aniversario. Cualquiera que haya ido a Londres ha visto una revista que ayuda a desentra?ar los secretos de una urbe inmensa y desconocida m¨¢s all¨¢ de los recintos cl¨¢sicos de Westminster, la City Kensingtons u Oxford Street. Time Out es la gu¨ªa imprescindible para moverse en esa ciudad de m¨¢s de diez millones de habitantes. En ella se encuentran cines, conciertos, teatros, conferencias, cr¨ªtica de libros, radio, televisi¨®n y todo ello tratado con una independencia rayana en la agresividad.Bien, pero Time Out no es s¨®lo eso, sino adem¨¢s una de las pocas revistas underground que han conseguido sobrevivir sin integrarse descaradamente en el sistema.
Sus comienzo por el a?o 68 eran todo lo contracultural que impon¨ªan los tiempos. Su formato era m¨¢s peque?o y su periodicidad quincenal. En un principio se trataba de la gu¨ªa del rollo londinense indicando conciertos y obras teatrales de avant garde, cine alternativo, conciertos rock y dem¨¢s. Por otra parte, y al poco, intent¨® tambi¨¦n cubrir desde un punto de vista diferente la actualidad de Londres, as¨ª como m¨¦todos de superviviencia en la ciudad para los miles de desharrapados que llegaban a las islas.
Un giro fuerte de Time Out tuvo lugar en los comienzos de los setenta, cuando se convirti¨® en la ¨²nica revista de circulaci¨®n convencional que defendi¨® desde el principio a Oz, publicaci¨®n marginal que habr¨ªa de sufrir un inefable juicio y una condena injusta y brutal por presunta obscenidad y corrupci¨®n de menores.
A los pocos a?os de su creaci¨®n la tirada de Time Out hab¨ªa crecido enormemente, pasando de un ambiente alternativo al consumo de masas. En el transcurso, la publicaci¨®n no ha perdido su independencia, aunque, acompas¨¢ndose al ritmo de los tiempos, sus art¨ªculos se han ido haciendo m¨¢s pol¨ªticos. El dossier que prepararon este verano (fechas de m¨¢xima venta) sobre las instalaciones militares en Londres y sus posibles utilidades represivas era todo un modelo.
Lo interesante de Time Out es que no s¨®lo ha tomado los grandes problemas, sino tambi¨¦n las peque?eces que muestran la il¨®gica de lo en apariencia l¨®gico. Su incre¨ªble status es el resultado de un contenido informativo perfecto en el cual se incrustan terribles cr¨ªticas.
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