"La Inquisici¨®n buscaba la conservaci¨®n de una sociedad teocr¨¢tica cerrada"
Pr¨®xima apari¨®n de una revista para analizar esta instituci¨®n
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En 1979 aparecer¨¢ el primer n¨²mero de una revista que con car¨¢cter y periodicidad anual se titular¨¢ Inquisici¨®n y Sociedad. Dicha revista ser¨¢ el fruto de la colaboraci¨®n entre el departamento de Etnolog¨ªa de la Universidad de Copenhague, el departamento de Historia Moderna de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, y la Fundaci¨®n Universitaria Espa?ola.
La simple aparici¨®n de este proyecto de revista indica el creciente inter¨¦s por el estudio interdisciplinario de esta importante instituci¨®n pol¨ªtico-eclesi¨¢stica,que fue definida ?como un gran aparato polic¨ªaco represivo que buscaba la conservaci¨®n de una sociedad teocr¨¢tica urrada?, pero qtre, como est¨¢ demostrando el primer simposio internacional de Cuenca, no puede ser analizada con esquemas simplistas y maniqueos. Es probable, aunque esto ya entra dentro del terreno de las hip¨®tesis, que la mencionada revista sea la base de una Sociedad de Estudios Internacionales sobre la Inquisici¨®n.Las ponencias, todas ellas de gran rigor cient¨ªfico, demuestran la enorme complejidad del tema, al que recientemente se a?aden an¨¢lisis elaborados desde disciplinas inhabituales en el estudio de la Inquisici¨®n, tales como el derecho, la econom¨ªa, la sociolog¨ªa, e incluso, la psiquiatr¨ªa y la sexolog¨ªa.
Varias de las ponencias se centraron en un intento dedefinici¨®n de la personalidad de los funcionarios, en sus distintos niveles jer¨¢rquicos, del Santo Oficio. Se comprueba perfectamente el distinto origen de dichos funcionarios seg¨²n los reinos que conformaban la Corona de Espa?a. As¨ª, el profesor Garc¨ªa C¨¢rcel, en su comunicaci¨®n Sociolog¨ªa de los familiares valencianos, pon¨ªa de manifiesto la importancia de] origen campesino y artesano de las familiaturas del reino de Valencia, lo que no coincid¨ªa con los an¨¢lisis elaborados por el profesor Bravo Lozano referentes a Castilla, y con los de Coronas Tejada, sobre la Inquisici¨®n en Ja¨¦n, a mediados del siglo XVII.
El profesor Bartolom¨¦ Bennassar, que no pudo desplazarse a Cuenca por problemas de salud, envi¨® una ponencia sobre El control de la jerarqu¨ªa, Las visitas de los tribunales por los delegados del consejo de la General y Suprema Inquisici¨®n, en la que, entre otras cosas, se pon¨ªa de manifiesto, como ya lo hab¨ªa hecho por otra parte Julio Caro Baroja, la enorme implicaci¨®n personal de los inquisidores con los vicios y virtudes de la ¨¦poca.
La figura del inquisidor, tras estos estudios, se revela Como mucho m¨¢s humana de la que un simplismo excesivo hab¨ªa tenido a bien aceptar tradicionalmente.
El profesor Berinassar menciona casos concretos de inquisidores, como el de C¨®rdoba, Crist¨®bal de Valdesillo, que en 1589 tuvo que responder a 106 acusaciones, o el de Alonso Jim¨¦nez de Reinoso, que fue acusado de vicios tan cotidianos como el de amancebamiento y cohecho. Estas visitas, que efectuaban por orden de la Suprema quienes ella delegaba, justificadas en la mayor parte de los casos por las numerosas denuncias presentadas por ciudadanos ante los tribunales de distrito, sirven tambi¨¦n para comprobar la eficacia del control interno del Santo Oficio.
Resulta dif¨ªcil hoy en d¨ªa imaginar juicios similares a los que la Suprema hac¨ªa con frecuencia sobre sus propios funcionarios inquisidores en nuestros d¨ªas, en los que la mayor parte de los funcionarios de la administraci¨®n de la justicia, o,de cualquier otro organismo estatal, suelen actuar sin tener que dar cuenta de sus actos.
El profesor Jaime Contreras present¨® la ponencia El Santo Oficio en Galicia: An¨¢lisis de una estad¨ªstica, que, en realidad, se centr¨® m¨¢s en la imporitante cuantificaci¨®n elaborada por el profesor Contreras en base a las relaciones de causas despachadas por los tribunales del Santo Oficio entre 1560 y 1700.
No es tanto un an¨¢lisis ontol¨®gico como la indispensable y -necesaria labor recopilatoria para tener una idea m¨¢s precisa de los procesos de la Inquisici¨®n. Entre 1560 y 1700, es decir, 140 a?os de actividad, el profesor Contreras ha sistematizado cerca de 50.000 causas, exactamente 49.092 condenados.
Estas casi 50.000 causas suponen, a juicio del ponente, el setenta o 75 % del total de las realizadas por los distintos tribunales, -tanto los de la Secretar¨ªa de Arag¨®n ' como los dependientes de la de Castilla, salvo el tribunal de Cuenca. Quiz¨¢ el dato m¨¢s revelador de este trabajo sociol¨®gico sea el de que el 60 % de las causas recopiladas suponen delitos contra la moral y la ¨¦tica predominante en la ¨¦poca, mientras que los delitos espec¨ªficamente her¨¦ticos son el 40 % de los procesos cuantificados. En este sentido, se se?ala que si bien el tribunal de la Inquisici¨®n conced¨ªa prioridad a los delitos de judaizantes, moriscos y luteranos, la mayor parte de su trabajo se dedicaba a la persecuci¨®n de aquellos que atentaban contra la moral establecida, en un amplio abanico de delitos, que iban desde la bigamia a las supersticiones, homosexualismo, bestialismo y un amplio etc¨¦tera.
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