El ¨¦xito popular del breve pontificado, influir¨¢ en los cardenales
Los restos mortales del papa Juan Pablo I, que presenta una expresi¨®n serena en su rostro y una cruz entre sus manos, est¨¢n expuestos desde ayer y en la sala clementina del palacio apost¨®lico. Con la muerte del Papa, el gobierno de la Iglesia queda a cargo del Sacro Colegio Cardenalicio, que en su inmediata reuni¨®n deber¨¢ fijar el d¨ªa, la hora y la modalidad del traslado del cuerpo a la bas¨ªlica vaticana y la celebraci¨®n de los funerales. Tambi¨¦n le corresponde romper el anillo del pont¨ªfice fallecido y el sello de plomo utilizado para las cartas apost¨®licas, as¨ª como el comienzo del c¨®nclave para elegir nuevo Pont¨ªfice, que se reunir¨¢ entre el 13 y el 18 de octubre.
Apenas conocida la noticia de la muerte repentina del Papa, en los ambientes eclesi¨¢sticos de Roma empezaron a circular las primeras hip¨®tesis acerca del pr¨®ximo c¨®nclave que tendr¨¢ lugar dentro de. quince o veinte d¨ªas. Podr¨ªa tratarse esta vez de uno de los c¨®nclaves m¨¢s f¨¢ciles de la historia, porque los electores del nuevo Papa ser¨¢n exactamente los mismos que hace 33 d¨ªas eligieron a Juan Pablo I.De los cardenales que eligieron al papa Luciani, s¨®lo cuatro o cinco hab¨ªan participado en la elecci¨®n de Pablo VI. Por otra parte, este ¨²ltimo c¨®nclave fue preparado con mucho tiempo: veinte d¨ªas, el m¨¢ximo que concede el reglamento. Hab¨ªan participado 112 cardenales de todo el mundo y, sobre todo, se hab¨ªan puesto de acuerdo casi de forma un¨¢nime sobre el candidato, los criterios y las caracter¨ªsticas que deber¨ªa poseer el sucesor de Pablo VI. Concretamente: que no fuese simplemente un italiano, un diplom¨¢tico, o un hombre de la curia, sino que fuese exclusivamente un pastor. En materia teol¨®gica ten¨ªa que ser m¨¢s tradicional y menos problem¨¢tico que Pablo VI.
La elecci¨®n de Juan Pablo I respond¨ªa a todas estas exigencias. Y los cardenales que lo eligieron lo hubiesen reelegido a¨²n con mayor fuerza al mes de su pontificado, porque se hab¨ªa revelado realmente un Papa que daba a la gente mucha certidumbre y mucha esperanza y desprend¨ªa una gran simpat¨ªa. El padre Arrupe, superior general de los Jesuitas, declar¨® ayer que quiz¨¢ se trate del primer Papa de la Iglesia que en tan poco tiempo ?logr¨® despertar tanto cari?o en la gente sencilla?
Cautela ante el c¨®nclave
?Ser¨¢ en realidad un c¨®nclave f¨¢cil y r¨¢pido? Todo depende de c¨®mo esta muerte repentina, que ha sorprendido a los cardenales, ser¨¢ interpretada ¨¢ la luz de la fe. Los cat¨®licos dicen que es una gran ?prueba de fe?. ?Una elecci¨®n ?tan del Esp¨ªritu Santo? ha podido tener un final tan tr¨¢gico? ?No podr¨ªa ser interpretado como una se?al parad¨®jica que indique que el peso del papado, como se concibe a¨²n hoy, es demasiado duro para ponerlo sobre las espaldas de un p¨¢rroco sin experiencia de los grandes y complicados mecanismos diplom¨¢ticos y curiales de la Iglesia cat¨®lica? ?O m¨¢s bien la aceptaci¨®n de que el papa Luciani tuvo entre los fieles durante las pocas semanas de su pontificado no podr¨ªa indicar que los cardenales hab¨ªan adivinado con la figura que hoy necesitaba la Iglesia y que se hab¨ªan equivocado s¨®lo nombrando un Papa demasiado enfermo?
En las ¨²ltimas horas antes de su muerte hab¨ªan ya circulado noticias acerca de la preocupaci¨®n que estaba naciendo con este Papa en ciertos ambientes de la curia. Al parecer, hab¨ªan pensado que al no tener el papa Luciani experiencia de la curia les resultaba m¨¢s f¨¢cil manejarlo. El Papa se quejaba a un cardenal de que se lo quer¨ªan dar todo hecho, incluso los discursos. La verdad es que el papa Luciani, muy tradicional en teolog¨ªa y pol¨ªticamente anticomunista, se estaba revelando evang¨¦licamente como muy abierto.
Sus primeros gestos anticonformistas de rechazar la coronaci¨®n, de improvisar sus discursos, hasta el punto de que L'Osservatore Romano se los censuraba o simplemente los resum¨ªa, hab¨ªan empezado a crear una cierta desaz¨®n. Algunos observadores hab¨ªan informado a EL PAIS que se estaba difundiendo en la curia romana la preocupaci¨®n de que este Papa pod¨ªa crear grandes sorpresas. Un cardenal hab¨ªa dicho: ?No me maravillar¨ªa si un dia en una audiencia anunciase que abandona el Vaticano para irse a vivir en una parroquia de Roma.? Su ¨²ltimo discurso, en el cual hab¨ªa hablado de ?limitaci¨®n de la propiedad privada?, hab¨ªa alarmado a la gente de derechas. Y lo que algunos no soportaron es que el Papa contase chistes durante las audiencias generales. El ¨²ltimo fue el siguiente: ?Un obrero se cae de un andamio y se rompe las piernas. Una monjita se acerca llena de caridad y le dice: "hermano, ?se ha hecho mucho da?o al caer?" Y el obrero le responde: "No, hermana; al caer, no; me hice da?o en el suelo."? Sus audiencias se hab¨ªan hecho tan populares, que el mi¨¦rcoles pasado tuvo que celebrar dos, una detr¨¢s de otra; en la bas¨ªlica de San Pedro y en la sala de audiencias, con 17.000 asistentes.
Hay quien piensa que el ¨¦xito que ha tenido entre la gente este Papa en s¨®lo un mes de pontificado no podr¨¢ dejar de influir en el pr¨®ximo c¨®nclave. Pero al mismo tiempo, el cardenal Marty, arzobispo de Par¨ªs, y el cardenal Bennelli, dos personalidades claves del c¨®nclave, han dicho ayer que ?est¨¢n desconcertados?, que los caminos de Dios son inescrutables, que no existen respuestas humanas a lo que ha sucedido, y que s¨®lo Dios tiene la ¨²ltima palabra. El cardenal Benelli dijo textualmente: ?Hab¨ªamos resuelto con gran rapidez el gran problema de la sucesi¨®n de Pablo VI y ahora tenemos que empezar todo de nuevo. Estamos en las manos de Dios.?
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