La Bolsa, ?recuperaci¨®n?
Agente de BolsaLa Bolsa, el t¨¦rmino m¨¢s abstracto y menos cuantificable del vocabulario financiero convencional -moneda, oro, banca-, es una forma de expresi¨®n cualitativa de la confianza o desconfianza en la inversi¨®n privada y de los problemas y factores que la condicionan, sintetizados en las expectativas de beneficios empresariales. Sin embargo, aun cuando la Bolsa es un indicador de los Estados de opini¨®n colectiva, mayoritaria, de empresarios y ahorradores sobre la oferta y demanda de recursos financieros, las motivaciones que les impulsan o retraen a invertirlos ahondan sus ra¨ªces ¨²ltimas en zonas m¨¢s profundas de la vida sociopol¨ªtica. Por ello, las crisis burs¨¢tiles, los cambios de tendencia de los precios de las acciones no s¨®lo significan alteraciones del precio del dinero, pol¨ªtica monetaria, tasas de inflaci¨®n, pagos exteriores, paro, etc¨¦tera, sino tambi¨¦n demuestran las modificaciones de los esquemas psicosociales fundamentales que subvacen en las decisiones o abstenciones inversionistas.
Un momento burs¨¢til como el presente, caracterizado por la estabilizaci¨®n de los cambios y aton¨ªa de la negociaci¨®n, que ha superado, no obstante, la depresi¨®n 1974-1978, autoriza a establecer algunas previsiones sobre la eventual recuperaci¨®n de la Bolsa. La mejor metodolog¨ªa puede ser analizar las razones que originaron la crisis anterior, el estado actual de su posible reducci¨®n, y la consecuente remoci¨®n de obst¨¢culos a la inversi¨®n privada.
Crisis 1974-1978
El encarecimiento de una de las fuentes b¨¢sicas de energ¨ªa del proceso econ¨®mico, el petr¨®leo, incidi¨® desfavorablemente sobre las perspectivas de beneficios empresariales y produjo unos desequilibrios econ¨®micos, interiores y exteriores, que retrajeron la inversi¨®n privada. La traducci¨®n de este fen¨®meno mundial a la econom¨ªa espa?ola estuvo netamente influida por la situaci¨®n de transici¨®n pol¨ªtica en la que nuestra naci¨®n se encontraba ya en 1974, cuando comenzaron a sentirse los primeros efectos de los nuevos precios energ¨¦ticos. La mayor dificultad para abordar inmediata y adecuadamente la crisis se deriv¨® de la incapacidad de los m¨¦todos e instrumentos pol¨ªtico-econ¨®micos al alcance de las empresas en aquellos momentos para hacerle frente, y la ineludible exigencia de revisar los planteamientos empresariales ante la Administraci¨®n, el fisco, la banca y, sobre todo, ante los sindicatos. Los problemas suscitados no pod¨ªan estudiarse ya desde el ¨¢ngulo oficial exclusivamente, sino que hab¨ªa que afrontarlos representativa, democr¨¢ticamente y se carec¨ªa de las instituciones id¨®neas.
Falta de libertad en los tipos de inter¨¦s
A estas causas nucleares se agregaba la m¨¢s general, relativa a la climatolog¨ªa de la metamorfosis pol¨ªtica, al ?estado de duda? que impregna, en este tipo de per¨ªodos, las convenciones y organizaciones tradicionales, y la subsiguiente erosi¨®n de la seguridad y confianza de la inversi¨®n privada. Y, finalmente, la raz¨®n m¨¢s espec¨ªficamente financiera y burs¨¢til del descenso de las cotizaciones radic¨® en la falta de libertad de los tipos de inter¨¦s, que imped¨ªa la retribuci¨®n del ahorro de acuerdo con su precio y determin¨® la canalizaci¨®n burs¨¢til ¨²nica de los fondos de los ahorradores libres por el cauce de las acciones con el criterio de la revalorizaci¨®n -con abandono del concepto de rentabilidad- y por el procedimiento contradictorio, si se emplea indefinidamente, de las ampliaciones de capital.
?Han agotado su impacto estos hechos cuya huella sobre las cotizaciones burs¨¢tiles ha sido al final de los cuatro a?os el descenso del 65% desde la cota m¨¢s alta (abril- 1974)?
Estabilizaci¨®n
La cotizaci¨®n burs¨¢til m¨¢s baja se registr¨® el 17 de marzo de este a?o, pero la estabilizaci¨®n media tiene m¨¢s de seis meses. Arranca del establecimiento de las bases pol¨ªticas y econ¨®micas, despu¨¦s de las elecciones del 15 de junio y acuerdos de la Moncloa del pasado a?o. El nivel actual de la Bolsa es aproximadamente el mismo de hace un a?o, aunque la imagen p¨²blica de la evoluci¨®n burs¨¢til no refleja este equilibrio. Ello es debido a la mayor agresividad difusora de la dispersi¨®n, es decir, de la diferencia entre los puntos m¨¢ximos y m¨ªnimos del gr¨¢fico de cotizaciones, que ha sido excesiva. La cotizaci¨®n media. aunque revela m¨¢s exactamente el curso temporal de los precios, participa de la menor luminosidad informativa de los valores abstractos elaborados estad¨ªsticamente.
Transformaci¨®n de su entorno
Los motivos por los que la Bolsa alcanzar¨¢ el fondo de la baja se sit¨²an en la transformaci¨®n de su entorno socioeconomico: asentamiento de la comunidad pol¨ªtica, iniciaci¨®n de la institucionalizacion de los medios representativos econ¨®mico-sociales (asociaciones de empresarios, sindicatos de trabajadores), pactos para resolver los temas inapelables y urgentes, consecuci¨®n de los primeros resultados correctores en las alzas de precios y d¨¦ficit exterior, turismo, cosechas, exportaci¨®n, hidrolog¨ªa, entre los m¨¢s importantes. En resumen, la Bolsa ha dejado de bajar porque tambi¨¦n han dejado de empeorar los determinantes globales de las expectativas de beneficios empresariales, tanto econ¨®micos, como institucionales. Ahora bien, aunque vaya clarific¨¢ndose el entorno empresarial, no se ha generado todav¨ªa una demanda pluralizada de inversi¨®n; por ello tampoco ha comenzado la recuperaci¨®n burs¨¢til.
?Recuperaci¨®n?
La estabilizaci¨®n burs¨¢til dar¨¢ paso al alza de las cotizaciones cuando una pol¨ªtica expansiva se pacte entre las fuerzas que intervienen en el proceso econ¨®mico -empresarios y trabajadores-, apoyadas por la Administraci¨®n, y esos acuerdos revelen un incremento en las expectativas de resultados econ¨®micos favorables. Ah¨ª est¨¢ la clave de la recuperaci¨®n burs¨¢til; no s¨®lo en el marco oficial, sino en la aplicaci¨®n de los principios de representaci¨®n y negociaci¨®n, en el restablecimiento de la solidaridad econ¨®mica sobre las nuevas bases: en la superaci¨®n de la quiebra institucional que prolong¨® y agrav¨® la crisis econ¨®mica espa?ola. Las ¨®rbitas conc¨¦ntricas que forma la climatolog¨ªa socio-econ¨®mica van superando sus problemas m¨¢s generales y cuando alcance su centro -la empresa-, la Bolsa lo exteriorizar¨¢ con su cl¨¢sico efecto ¨®ptico de anticipaci¨®n.
?Responder¨¢ el alza burs¨¢til consumable al recuerdo de las anteriores? ?Ser¨¢ un alza irreflexiva y repartida indiscriminadamente a todos los valores? No es probable, ni deseable, porque tampoco puede afirmarse que aquellos incrementos en los precios burs¨¢tiles dotaran de granseguridad a la inversi¨®n burs¨¢til.
La solidez, vinculada a la reforma
La calidad y solidez de la recuperaci¨®n burs¨¢til se halla vinculada a ese conjunto de problemas que se engloban bajo la denominaci¨®n de reforma de la Bolsa y cuyo objetivo primario es lograr el cumplimiento m¨¢s fiel de los criterios y fines perseguidos por ahorradores y empresarios al aportar y recibir los fondos. La v¨ªa inexcusable es el avance en la comunicabilidad e informaci¨®n entre la empresa y el accionista, la Bolsa y el inversionista, que garantice las conexiones entre beneficios y cotizaciones y evite los excesos de artificio, de excipiente mercantil -riesgo de todo mercado- en las cotizaciones. Mayor diversidad de criterios inversionistas -seguridad, rentabilidad, revalorizaci¨®n a largo plazo, plusval¨ªa a corto, liquidez- y mayor selecci¨®n empresarial ser¨¢n las consecuencias.
El pluralismo que aflora en nuestra vida social tambi¨¦n regir¨¢ la evoluci¨®n burs¨¢til, ni todos los ahorradores deben asumir los mismos riesgos ni aspirar a iguales resultados financieros, ni todas las entidades emisoras resisten la crisis de id¨¦ntico modo y, por tanto, tienen un futuro an¨¢logo.
Esta mayor compenetraci¨®n y diversificaci¨®n para responder al nuevo marco, a los nuevos esquemas en los que se desarrollar¨¢ la inversi¨®n constituyen los ¨²nicos m¨¦todos v¨¢lidos para que la confianza en los valores convencionales que autopropulsan la vida e instituciones financieras, y entre ellas, la Bolsa, pueda generar la energ¨ªa social necesaria para el cumplimiento de sus funciones.
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