M¨¢s sobre universidades laborales
En el n¨²mero de su diario del 5 de octubre se inserta la contestaci¨®n de don Gabriel Cisneros, jefe del Servicio de Universidades Laborales, a las cuestiones planteadas hace d¨ªas por la carta de don R. H. Carrascal, profesor de la Universidad Laboral de Alcal¨¢ de Henares. Perm¨ªtaseme tambi¨¦n opinar...La opini¨®n p¨²blica es mayoritariamente desconocedora del present¨¦ de estos centros y de su futuro y un silencio impuesto nos obliga a los trabajadores de los mismos a utilizar ¨²nicamente la prensa como pla.taforma,de opini¨®n por la inexistencia de cauces democr¨¢ticos de control y participaci¨®n.
Baste como ejemplo la vigencia en nuestra democracia del estatuto de Personal de Universidades La borales del 23 de agosto de 1966, que legaliza esta inexistencia y mantiene en puestos de m¨¢xima e intermedia responsabilidad a per sonas de clara ideolog¨ªa autoritaria que frenan cualquier intento de mocratizador.
Hoy se han derrumbado por su propia inercia los objetivos pol¨ªticos y econ¨®micos por los que fueron creadas las Universidades Laborales, cuales fueron desclasar a los hijos m¨¢s inteligentes del proletariado y redimirlos, convirti¨¦ndolos en buenos profesionales de la industria.
As¨ª entendi¨®, en este aspecto, la dictadura la lucha de clases a la que no falt¨® una buena dosis de dema gogia al crear estos centros d¨¦ un lujo desproporcionado, lujo que ocultaba c¨®mo el trabajador pagaba doblemente la educaci¨®n de sus hijos: una por el mutualismo, la otra por los impuestos como ciudadano.
Este planteamiento caduco hace que el Ministerio de Trabajo no quiera recoger de nuevo estos centros del que dependieron largos a?os, hoy adscritos de forma surrealista al Ministerio de Sanidad y Seguridad Social.
En consecuencia, hace tiempo que se plantean su reconversi¨®n y adscripci¨®n definitiva a un M¨ªnisterio que la l¨®gica de los acontecimientos deber¨ªa llevar al de Educaci¨®n y Ciencia.
La irresponsabilidad en la resoluci¨®n de ambos han tra¨ªdo un deterioro f¨ªsico y pedag¨®gico de los centros y la no resoluci¨®n, a su debido tiempo, de los problemas presupuestarios el que el presente curso no haya comenzado.
La soluci¨®n de los problemas no debe venir por una operaci¨®n administrativa de gran altura ni por las presiones de una camarilla ultramontana que fuerza para que la reconversi¨®n y adscripci¨®n adm in istrativa se haga ¨²nicamente de acuerdo con sus intereses.
Las necesidades educativas del pa¨ªs, la clarificaci¨®n pedag¨®gica, la rentabilidad administrativa, exigen un debate clarificador y democr¨¢tico en el que est¨¢n implicados los partidos pol¨ªticos, las centrales de clase que hasta el momento no han dado una alternativa y los trabajadores de estos centros.
Con ¨¦l ganar¨ªamos todos...
Profesor de la Universidad Laboral de Chesle
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