Del congreso saldr¨¢n reforzados Su¨¢rez y el sector m¨¢s progresista
Con el congreso que se inaugura hoy, Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico va a convertirse en un partido bien distinto de aquella coalici¨®n de grupos y personalidades que se agruparon alrededor de Su¨¢rez unas semanas antes de las elecciones generales de 1977. En aquellos momentos se habl¨® de un desembarco de hombres del presidente, ahora puede hablarse de un segundo desembarco, en forma de potenciaci¨®n desde dentro, con un equipo de j¨®venes de la oposici¨®n moderada al franquismo o al menos de imagen moderna y progresista, que se afianzan al lado y casi por encima de los viejos aliados. Y todo ello con una probable v¨ªctima: el sector cat¨®lico conservador.
?Queremos consolidar el partido de la mayor¨ªa, construir el marco prograrn¨¢tico de nuestra actuaci¨®n en los dos pr¨®ximos a?os, y preparar el proceso de regionalizaci¨®n; y queremos hacerlo sin ahogar las corrientes que hay en el seno de UCD, porque son buenas y enriquecedoras. ? Rafael Arias Salgado, 36 a?os, de procedencia socialdem¨®crata, ocupa un despacho en el n¨²mero 1 de la calle Arlab¨¢n, de Madrid, que estos ¨²ltimos d¨ªas se ha visto muy solicitado.Arias Salgado es el candidato del presidente Su¨¢rez a la secretar¨ªa general de UCD, y esto quiere decir que, salvo cat¨¢strofe imprevisible, ser¨¢ el secretario general del partido del Gobierno, cargo que cuenta con un 20% de actividad y decisi¨®n puramente pol¨ªticas y un 80% de ejecuci¨®n de acuerdos y actuaci¨®n administrativa. Era la ¨²nica inc¨®gnita verdaderamente importante del congreso, y el propio Su¨¢rez se ha encargado de desvelarla con varios d¨ªas de antelaci¨®n a su apertura, terminando con la gran ?batalla? antes de que aqu¨¦l empiece.
Y es que el presidente quiere preparar a UCD para dar la r¨¦plica al potente partido socialista y al tambi¨¦n importante Partido Comunista, que son los que le preocupan. Para esto ha pensado renovar y ampliar sus cuadros dirigentes; ya no basta con las ?personalidades? que contribuyeron a hacer el partido en la hora fundacional y el Gobierno post electoral. Adem¨¢s, es otra forma de desarticular las tendencias y tratar de soldar definitivamente a tantos grupos y personas diversas en una ¨²nica estructura partidaria.
En ese nivel, las cosas est¨¢n claras. Tanto, que todo ha sido atado para asegurar que la lista avalada por el presidente -?la lista oficial?- se convierta, en bloque, en la nueva ejecutiva del partido. Existe la posibilidad legal de presentar varias candidaturas, pero al realizarse la elecci¨®n por sistema mayoritario y listas bloqueadas, la del presidente cuenta con todas las posibilidades de ganar.
?En un primer congreso no podemos permitirnos una elecci¨®n con listas porporcionales; lo primero es consolidar el partido, y para ello ha de utilizarse un sistema que permita el pacto pol¨ªtico y que todas las tendencias est¨¦n representadas por consenso?, explican miembros de la actual ejecutiva, y que probablemente pasar¨¢n a la nueva. ?Ah¨ª est¨¢ el problema -arguy¨® una voz de la oposici¨®n democristiana-; es un poco lo que dec¨ªa don Francisco Franco, para qu¨¦ hacer democracia mientras no lleguemos a los mil d¨®laresper c¨¢pita; y despu¨¦s fueron los 1.500, y los 2.000, y segu¨ªamos sin democracia.?
Adolfo Su¨¢rez, presidente indiscutible de UCD, es fundamentalmente un gobernante apegado al poder, que aspira a organizar un partido disciplinado y fuerte, cuya buena imagen apoye a la suya propia para seguir ganando elecciones. Y ese partido no pod¨ªa continuar como una suma de viejas familias, entre otras razones porque las cabezas de ¨¦stas pod¨ªan disputarle poder, y por la conocida tesis de que la mayoriz; sociol¨®gica del pueblo espa?ol ya no se identifica con las ?familias? pol¨ªticas cl¨¢sicas.
Su¨¢rez se propuso el objetivo de acabar pr¨¢cticamente con esas viejas familias, y lo ha conseguido casi por completo, aunque no ha podido evitar que prosiga una discreta actuaci¨®n de los grupos de presi¨®n. Estos pueden resumirse hoy en tres: los que ante las elecciones se llamaron independientes, los que se podr¨ªan llamar en general, dem¨®crata-cristianos, y los socialdem¨®cratas, estos ¨²ltimos, generalmente, en alianza con algunos liberales.
Los independientes juegan normalmente a seguir la pol¨ªtica de Su¨¢rez, sin mayores problemas, y por eso no tienen l¨ªder definido, aunque el ministro del Interior puede funcionar como tal en determinados momentos.
Entre los dem¨®crata-cristianos, los antiguos miembros del Partido Dem¨®crata-Cristiano, que encabe zaba Fernando Alvarez de Miranda, parece que no han entrado en las escaramuzas pre-congreso, sino m¨¢s bien los antiguos t¨¢citos, que pasaron a formar el ala cat¨®lica del Partido Popular. En general, se quejan de que UCD hace una pol¨ªtica inclinada a la izquierda, siendo su electorado de derecha. Sus cr¨ªticas se han volcado en el tema de que falta democracia interna en el partido.
Y los socialdem¨®cratas est¨¢n dirigidos por Arias-Salgado, aunque deben su ?peso? principal al ministro Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. Este sector, del que procede tambi¨¦n Luis Gamir, forma parte del grupo de j¨®venes de la oposici¨®n moderada al franquismo -o al menos de imagen m¨¢s moderna y progresista- que Su¨¢rez est¨¢ potenciando, y entre los cuales cabe citar tambi¨¦n al democristiano Oscar Alzaga, o al que va a presidir el congreso, P¨¦rez Llorca, as¨ª como al actual ministro de Trabajo, Calvo Ortega.
La lucha de los dem¨®crata-cristianos
Los compromisarios, 1.800 personas que en su mayor¨ªa s¨®lo se dicen de UCD y no participan de las lucha! que se desarrollan en la c¨²pula, van a discutir unas ponencias y a votar una sola opci¨®n: UCD, es decir, Su¨¢rez.La gran batalla del congreso se ha librado ya: la secretar¨ªa general, ¨²nico ¨®rgano unipersonal del poder en el partido -al margen del presidente-, puesto que no est¨¢ prevista la existencia de un vicepresidente. Precisamente este ¨²ltimo tema es ahora caballo de batalla de un grupo de compromisarios dem¨®crata-cristianos, que tratan de defender la necesidad de que haya vicepresidentes. Parlamentarios dem¨®crata-cristianos celebraron ayer una reuni¨®n en el palacio de las Cortes.
Las razones de los socialdem¨®cratas para aspirar al poder no suponen un secreto, sino que son simplemente el deseo de hacerse con el control -y en este sentido han obtenido un ¨¦xito con la secretar¨ªa general-; pero tambi¨¦n sin mucho que perder, pues la mayor¨ªa tiene buena prensa o son pol¨ªticos j¨®venes sin quemar. Las razones de los cat¨®licos son bien distintas: casi todos est¨¢n en puestos administrativos o gubernanientales no demasiado brillantes, y ten¨ªan su ¨²ltima oportunidad en este congreso para hacerse con m¨¢s poder en el partido, o para entrar en el cementerio de los colosos, porque sin la imagen que da una UCD suarista no pueden aspirar a la victoria electoral.
Otras personas y ?grupos de presi¨®n? han actuado en estas escaramuzas, pero con menor peso e importancia. ?Todo esto acabar¨¢ en una corriente m¨¢s conservadora y otra m¨¢s progresista dentro del mismo partido, como es normal en todos los pa¨ªses del mundo?, dice uno de los j¨®venes ucedistas con puesto seguro en la nueva ejecutiva.
Finalmente, no cabe olvidar a un grupo de personas que no han participado en la lucha anterior al congreso, porque ninguno lo necesita: el vicepresidente Fernando Abril, el ministro Mart¨ªn Villa, y el presidente del Grupo Parlamentario de UCD, Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca, brazos de Su¨¢rez en las principales tareas pol¨ªticas y que no hay inconveniente en considerar "por encima de UCD".
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