Su¨¢rez y sus travoltas
O sea, tron, que ha empezado el Congreso del travoltismo, no veas, un desmadre, Su¨¢rez y sus travoltas, todos en plan convenci¨®n, tipo Carter, el de las pipas o los cacahuetes, o lo que fuese, que ahora le rehabilita Jefferson, o sea a la viceversa, ya ves, con lo que ha llovido, y de la que va, aprovecha para encargarse m¨¢s celdillas neutr¨®nicas, la afici¨®n que tiene este hombre por lo torrefacto, lo cual que le viene seguro de? cacahuete, y en la cosa uced¨¦ yo no digo que mande, pero un modelo s¨ª que es un espejo como si dij¨¦ramos, para los neodem¨®cratas tipo Colegio Mayor Cisneros, que de ah¨ª salieron todos, si te fijas.Quitando que los memoriones de este peri¨®dico ya lo han puesto por su sitio, la derecha sociol¨®gica, eso es, uced¨¦, con Convenci¨®n o sin, lo cual que no es faltar, que frente a la derecha sociol¨®gica est¨¢ la derecha mitol¨®gica, tipo Pedrosa Latas, Fraga, Covisa y otros hipogrifos violentos que corrieron parejas con el viento de la Cruzada, no veas.
Su¨¢rez, el primer Travolta, normal, que dice que dicen que ha dicho que se va a cambiar de la navaja a la grease, que tienen que ocupar el espacio pol¨ªtico de la brillantina, o sea la derecha militante que ha hecho de California 47 el Alc¨¢zar de Toledo, pero sin Moscard¨®, que Moscard¨® era un h¨¦roe, un militar, un profesional, y ¨¦stos son aficionados de jugar a las guerras con el rojillo peatonal. Para que te aclares, uced¨¦ ante su primer congreso, que lo llaman convenci¨®n porque se tira un aire cortefiel a base de mucha pasarela para la ideolog¨ªa de entretiempo oto?o/invierno de un partido que naci¨® sin m¨ªstica, o sea sin rollo.
Dos mil gentes entre simpatizantes, curiosos y convencidos, y los seis supertravoltas del presi, mayormente Arias Salgado, Luis Gamir, Joaqu¨ªn Garrigues, Paco Ordo?ez, Landelino T¨¢cito Lavilla y P¨¦rez-Llorca, el Coyote de UCD, que ha sobrevivido al franquismo californiano de Jos¨¦ Mallorqu¨ª para hacer justicia caballeresca y encabritar jais vivarachas cuando se pone el antifaz constitucional y se pega la cabalgada por los esca?os, hasta el banco azul, entre polvo de estrellas.
Arias Salgado, hombre-para-siempre de UCD, dicen que, tras pegarse una pingaleta travolta, le ha preguntado al retrato del ministro moral:
-?Qu¨¦ hiciste en la censura, papi?
Es el tir¨®n din¨¢stico de las democracias de colegio mayor. Luis Gamir tiene 36 tacos y sabe de econ¨®micas, el chorvo, o sea que un respeto. Joaqu¨ªn Garrigues, liberal Chicago a?os treinta, es el que queda m¨¢s travolta de todos y puede aggiornar al ?partido? en lo pol¨ªtico y en lo rockero para que se dejen de boleros sentimentales en la cadena de discotecas del Opus, que era donde ¨ªbamos Van-Halen y yo a ligar chicas decentes -tipo pap¨¢ -me-hace-estar-en -casa -a- las-diez.
Conseguimos putrefaccionar algunas, tron, pero la mayor¨ªa se metieron en casa a las diez, hace diez a?os, y todav¨ªa no han salido. Paco Ord¨®fiez escapa del travoltismo cheli/ uced¨¦ y entra en los cartones de Goya y tauromaquias espa?olas, por su nombre de torero de derechas y por c¨®mo se ha liado y desliado la faja del presupuesto fiscal haciendo que aforen los que no ten¨ªan m¨¢s remedio que aforar. Un respeto.
Landelino T¨¢cito Lavilla Alsina, siendo como es el que lleva m¨¢s brillantina travolta en el peinado retro, parece el menos coherente con los otros groupiers, y luego se ha sabido que usa grease y agua bendita a partes iguales para conseguir esa cabeza Pi?ar/De Lorenzo/Tois¨®n, si bien alegrada por una brisa de ricitos que le expulsa del dormitorio/p¨®ster de cualquier rockera. Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca, el Coyote de nuestra infancia, jubilosamente recuperado para intrigar entre los rododendros y dondiegos de noche de la democracia cheli, es el ¨²ltimo supertravolta de la Convenci¨®n uced¨¦. Mucha brillantina, mucha juventud y algunas chicas decentes para bailar. Pero a la ideolog¨ªa la est¨¢n peinando. A ver si al disc-jockey se le ocurre algo.
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