Muri¨® el piloto de f¨®rmula 1 Nilsson, v¨ªctima de c¨¢ncer
?La pr¨®xima temporada volver¨¦ a formar parte del circo de la f¨¢rmula 1?, declaraba optimista el sueco Gunnar Nilsson en una repentina aparici¨®n en p¨²blico, con ocasi¨®n del Gran Premio de Inglaterra, a mediados del pasado mes de julio. Hab¨ªa estado retirado de la competici¨®n durante toda la temporada, aquejado de un virulento c¨¢ncer. Su optimismo contrastaba con su estado f¨ªsico. Hab¨ªa perdido m¨¢s de veinte kilos de peso -qued¨¢ndose en poco m¨¢s de cuarenta- y estaba completamente calvo. Sin embargo, s¨®lo tres meses m¨¢s tarde entraba en un coma profundo, irrecuperable, que le llevaba a la muerte en la ma?ana de ayer.
Gunnar Nilsson hab¨ªa nacido en Helsiriborg (Suecia) el 20 de noviembre de 1948. Iba a cumplir, pues, treinta a?os. En un pa¨ªs con gran tradicl ¨®n automovil¨ªstica, Nilsson quiso seguir los pasos de su compatriota Peterson -recientemente fallecido tras el tr¨¢gico accidente ocurrido en el circuito de Monza-, en lugar de volcarse hacia los rallyes, pruebas en las que los pilotos n¨®rdicos han despuntado desde hace tiempo, favorecidos por las especiales condiciones de las carreteras y el clima de su pa¨ªs.Nilsson se sent¨ªa m¨¢s inclinado por los circuitos, y, dentro de ellos, por los monoplazas. Sin embargo, no pudo comenzar su actividad en esta especialidad hasta que termin¨® su servicio militar, en una secci¨®n de submarinismo de la Marina sueca. Entonces, en 1972, era quiz¨¢ demasiado viejo para empezar, porque contaba ya con veinticuatro a?os de edad, pero Nilsson se esforz¨® en recuperar el tiempo perdido.
En s¨®lo tres temporadas, desde sus comienzos en la f¨®rmula 5, Gunnar NiIsson lograba conquistar el campeonato brit¨¢nico de f¨®rmula 3. Esta actividad es una de las que utilizan los cazatalentos para descubrir posibles figuras, y el sueco tuvo la fortuna de que Colin Chapman, manager de Lotus, se fijara en ¨¦l y le fichara para formar parte de su equipo de f¨®rmula 1.
Pese a lo brusco del salto dado por el piloto sueco, ¨¦ste se adapt¨® r¨¢pidamente a la tremenda potencia de estos coches. No eran buenos tiempos para los Lotus, que ten¨ªan que inclinarse ante los m¨¢s competitivos McLaren y Ferrari, pero, pese a todo, Nilsson logr¨® en dos ocasiones terminar en tercer lugar.
Su labor como segundo de Andretti fue del agrado de Chapman, quien le renovaba el contrato para seguir corriendo en Lotus en la siguiente temporada, 1977. En ella, Gunnar Nilsson lleg¨® a alcanzar un sue?o dorado para todos los pilotos que corren en f¨®rmula 1: ganar un Gran Premio. Algo que est¨¢ reservado para los aut¨¦nticos superclase que, adem¨¢s, tengan suerte, y que muchos de los que hoy d¨ªa componen el circo no han saboreado -y quiz¨¢s no saborear¨¢n- jam¨¢s.
Sin embargo, al final de la pasada temporada, Nilsson se sinti¨® repentinamente- indispuesto. El c¨¢ncer hab¨ªa hecho ya mella en ¨¦l. Su enorme fortaleza f¨ªsica, su juventud, eran armas que se volv¨ªan en su contra, al multiplicarse el maligno virus con mucha mayor rapidez e intensidad. El sueco estaba pr¨¢cticamente condenado a muerte. Durante los nueve meses que ha durado su desesperada lucha, Nilsson se ha dedicado, con febril actividad, a recaudar fondos para la investigaci¨®n del c¨¢ncer. Casi sesenta millones de pesetas ha sumado en ese tiempo, a los que habr¨¢ que a?adir lo que se recaude por los pilotos en una carrera que se celebrar¨¢ coneste fin en homenaje al ef¨ªmero gran piloto sueco ya desaparecido.
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