El secretario general de Amnist¨ªa Internacional hace gestiones en Madrid
?Rodolfo Mart¨ªn Villa me ha dado toda clase de garant¨ªas de que ning¨²n aut¨¦ntico refugiado pol¨ªtico ser¨¢ expulsado del pa¨ªs.? Con estas palabras resum¨ªa Mart¨ªn Ennals, secretario general de Amnist¨ªa Internacional, sus entrevistas sucesivas con los ministros espa?oles del Interior y de Asuntos Exteriores.Ennals, un brit¨¢nico de ojos cansados y manos impacientes, completaba as¨ª una intensa jornada de consultas y antesalas, cuyo antecedente hab¨ªa sido la audiencia que le concedi¨® el rey Juan Carlos el jueves. ?Mi entrevista con el Rey respondi¨® a los presupuestos de una visita de cortes¨ªa; pero en ella trat¨¦ de cubrir dos objetivos: informar a don Juan Carlos sobre los esquemas generales de Amnist¨ªa Internacional y exponerle nuestra satisfacci¨®n por los favorables cambios hacia el respeto a los derechos humanos que se han producido en los ¨²ltimos a?os en Espa?a.?
Semana del ?prisionero de conciencia?
La vida del secretario general de Amnesty suele transcurrir siempre cerca de los palacios y las celdas; los derechos que su organizaci¨®n defiende est¨¢n indefectiblemente ligados a la privaci¨®n de libertad de los hombres por razones pol¨ªticas, religiosas o raciales, ?y este esp¨ªritu de defensa anima precisamente la Semana del prisionero de conciencia, que ahora estarnos desarrollando?.Seg¨²n Martin Ennals, el discurso de Marcelino Oreja ante la Asamblea General de las Naciones Unidas situ¨® a Espa?a ?en un puesto de liderazgo para la defensa de los derechos humanos en todo el mundo, y especialmente en el continente suramericano?. A pesar de ello, la promulgaci¨®n de un reciente decreto-ley ?en el que se estipula que los refugiados sin permisos de trabajo o de residencia sean expulsados de Espa?a sin posibilidad de apelaci¨®n? provoc¨® una cierta alarma en Amnist¨ªa Internacional. ?La primera raz¨®n de mis entrevistas era, pues, solicitar informaci¨®n sobre el futuro de los contingentes de refugiados que actualmente residen en Espa?a, uno de los cuales, quiz¨¢ el m¨¢s significativo, es el de argentinos.? Y las dudas de Ennals parecen haberse disipado en el despacho de Mart¨ªn Villa.
Un problema permanentemente renovable
En un apretado an¨¢lisis de la evoluci¨®n del tema derechos humanos en el mundo, Martin Ennals confiesa un moderado pesimismo: ?Por desgracia, este es un problema permanentemente renovable.? Conf¨ªa en que las sociedades cambien en la medida precisa para que sea una preocupaci¨®n del ciudadano, ?y conf¨ªo en, ello porque los derechos humanos son un asunto demasiado importante como para dejarlo exclusivamente en manos de los Gobiernos?, y asegura que su Amnesty es una sociedad apol¨ªtica y aconfesional, ?aunque, seg¨²n la nacionalidad o el credo pol¨ªtico de los presos a quienes defendamos, decide que sus opresores nos sit¨²en a la derecha y a la izquierda?.En el breve despacho de Amnesty en Madrid. coexisten un crucifijo, probablemente refugiado, y varias esculturas tot¨¦micas. Los objetos ap¨¢tridas dan al despachito un ambiente indefinido, pero apacible; ?tropezamos con graves problemas: en Siria, por ejemplo, ni siquiera conocemos. el nombre de los represaliados o los desaparecidos?. A veces, en unos segundos inevitables, Ennals parece sacudirse una cierta pesadumbre, que inmediatamente desaparece cuando su colaboradora, Silvia Escobar, matiza una nueva pregunta.
Luego sigue hablando de la Semana del prisionero de conciencia, una semana probablemente destinada a transferir la mala conciencia de los perseguidores hasta la buena conciencia de las gentes.
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