Los jugadores despreciados federativamente
A los jugadores profesionales se les ha tomado el pelo durante a?os y, por tanto, hacen bien en plantear una serie de reivindicaciones, algunas de las cuales incluso han sido sentenciadas favorablemente en las m¨¢s altas magistraturas del pa¨ªs. La Federaci¨®n, regida por los clubs de Primera, se ha negado casi sistem¨¢ticamente a atenderles debidamente. En determinados casos m¨¢s que marginaci¨®n ha habido desprecio.
Ahora que se presume de tener presidentes elegidos democr¨¢ticamente bueno ser¨¢ recordar que el se?or Porta est¨¢ en su puesto a trav¨¦s de un escrutinio que, como m¨ªnimo, ha de ser catalogado de an¨®malo. Las agrupaciones de futbolistas profesionales, seg¨²n las normas electorales, ten¨ªan. en sus manos cincuenta votos. El n¨²mero es discutible porque esos cincuenta supon¨ªan bastante menos que todos los clubs de Tercera juntos, menos que los de Segunda y naturalmente tambi¨¦n menos que los de Primera, entre los cuales, como siempre, hab¨ªa esa infamante discriminaci¨®n a favor de los que han obtenido t¨ªtulos de Liga y Copa.Los cincuenta votos de los jugadores fueron emitidos por un se?or que est¨¢ en la Federaci¨®n a t¨ªtulo personal puesto que nunca ha habido una elecci¨®n para designar al representante de los jugadores. El se?or Porta, que es profesional del Derecho, sabe perfectamente que la representatividad que se otorgaba digitalmente a Jes¨²s Alonso es motivo suficiente para que los jugadores puedan librar una justa batalla por este tema.
Los futbolistas tienen en la Federaci¨®n un puesto que les corresponde. Mientras no lo consigan no podr¨¢ definirse a la propia Federaci¨®n como Espa?ola de F¨²tbol. Donde los jugadores no tienen que insistir es en la consecuci¨®n de un puesto en el Comit¨¦ Organizador del Mundial 82. Ese no es su tema, porque, entre otras cosas, no pueden ser considerados representantes del resto de las selecciones que han de participar en la competici¨®n. De su ¨²ltimo manifiesto puede deducirse, adem¨¢s, que no quieren esa representatividad puesto que arremeten contra la importaci¨®n de jugadores, la cual ha de ser regulada, pero por criterios mucho m¨¢s amplios y de futuro. La ordenanza laboral que persiguen no ha de ser diferente en lo sustantivo a las otras que rigen en el pa¨ªs. Espa?a en el futuro estar¨¢ integrada en el Mercado Com¨²n y las normas comunitarias tambi¨¦n afectar¨¢n a los futbolistas, unos trabajadores m¨¢s.
Los profesionales del f¨²tbol tienen raz¨®n en casi todo cuanto plantean, pero deben ser prudentes para no estropear una operaci¨®n
La Federaci¨®n tiene por delante un tema de muy dif¨ªcil soluci¨®n. La norma heredada de la ex Delegaci¨®n de Deportes sobre el n¨²mero de jugadores no v¨¢lidos para la selecci¨®n no podr¨¢ ser aplicada a rajatabla. La Federaci¨®n se encontrar¨¢ con el problema l¨®gico que le presentar¨¢n los clubs respecto a los jugadores que est¨¢n fuera de la norma, y ¨¦stos son, naturalmente, los que han adquirido la nacionalidad espa?ola y cuyos derechos, como ciudadanos, son superiores a los de cualquier reglamentaci¨®n deportiva. Veamos un ejemplo: el Atl¨¦tico se queda con Pereira y Leivinha, que son extranjeros, y se queda con Ayala al que no quiere echar porque es espa?ol. Sirve el ejemplo para el Madrid, Valencia, Barcelona, por Guerini, Wolff, Kempes y compa?¨ªa.
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