Las varonas
Lo que no me he perdido yo del Congreso de UCD ha sido a misstress Thatcher, varona y baronesa del conservadurismo ingl¨¦s, Churchill con sost¨¦n, que ha venido, m¨¢s que como estrella invitada, como modelo de alta peluquer¨ªa pol¨ªtica para se?oras bien del palco p¨²blico de las Cortes, un punto m¨¢s all¨¢, en glamour maduro y transparencia, de la l¨ªnea Telva de Covadonga O'Shea y un punto m¨¢s ac¨¢ de las fragancias galaicas de ese bosque animado y femenino que es, Berta Singermann de AP, do?a Mar¨ªa Victoria Fern¨¢ndez Espa?a:-Arias-Salgado no va a acabar con Alianza -ha dicho esta dulce varona en una cena provinciana.
Entre damas anda el juego. Entre varonas. Las varonas es t¨ªtulo que ha puesto de moda una reciente novela hispanoamericana (las egresacas platenses y los pederastas reprimidos dicen latinoamericana). Y las varonas son hoy una presencia entre amaz¨®nica y reaccionaria de la derecha eterna.
La otra tarde estaba yo en un c¨®ctel (a las ocho de la tarde, en Madrid, o te encierras con cincuenta varonas en un c¨®ctel o te encierras con una sola en un motel: hay que elegir) y se me acercaron unas jais de UCD:
-Para que te enteres de que en uced¨¦ hay mujeres. Parece mentira que nos adjudiques de prestado a la Fern¨¢ndez Espa?a.
Lo que pasa es que a m¨ª la Fern¨¢ndez Espa?a me gusta, porque va de antigua total, como va la Thatcher, y como me gustan los curas de sotana, teja y picadura. Lo que no aguanto es el clergyman, el su¨¦ter del p¨¢rroco que ha le¨ªdo a Gramsci en el campanario ni el, progresismo Elle de las liberadas de Mabel P¨¦rez Serrano.
Bueno, pues Su¨¢rez, que est¨¢ en todo, ha ido mucho m¨¢s all¨¢ que yo, y haciendo caso omiso (no hay m¨¢s caso que el omiso: lo contrario es entrega incondicional) del Fernando Onega subyacente que llevo dentro, no, ha invitado a su congreso a do?a Mar¨ªa Victoria, sino a Margaret Thatcher, que ¨¦sa s¨ª que es una varona de derechas y puede ser a las chicas de UCD lo que fue Pilar a las chicas de La Mota.
A monse?or Escriv¨¢, cuando le dijeron en los tiempos fundacionales que en la Opus faltaban mujeres, se le ocurri¨® llamar a las hermanas y t¨ªas de los fundadores y ponerlas a barrer y fregar. UCD lleva desde que naci¨® cojeando de dos carencias fundamentales: un tipo de mujer y un tipo de ideolog¨ªa.
Dos cosas sin las que uno no podr¨ªa vivir. Pero se ve que Su¨¢rez s¨ª. Dos cosas que quiz¨¢ viene a ser la misma. Uno tiene la mujer que se merece y esa mujer tiene la ideolog¨ªa que se merece uno. UCD tiene cabezas (a navaja, rizosas, despeinadas como la de Garrigues, cabezas con o sin grease -?qu¨¦ fue por cierto de Camu?as, el hombre/ brillantina del partido?-), pero UCD no tiene ideas: quiero decir un sistema coherente de ideas, una ideolog¨ªa.
UCD tiene azafatas, muchas azafatas -se ha visto en el Congreso-, pero no tiene mujeres. Su¨¢rez est¨¢ pas¨¢ndose por la horma un tipo de mujer y un tipo de ideolog¨ªa. Primero probaron con B¨¢rbara Rey, que quedaba entre Hollywood y Murcia y de la que Rafael Ans¨®n parec¨ªa hasta enamorado, no s¨¦ si por delegaci¨®n o directamente (antes de su feliz matrimonio con Inmaculada, la mujer que le ha puesto los picaportes, que le ha llenado a la vida de picaportes).
Luego probaron con la Tenaille, que daba bien como Cenicienta de la dulce madrastra Marujona Callaved y como portada de La Actualidad Espa?ola, pero, entre la Mil¨¢ y el Tola, nos la quemaron en aquel programa, y entonces de rabia se ha casado. Mejor dicho, se-me-ha- casado. Mientras los memoriones de UCD buscan una ideolog¨ªa, Su¨¢rez busca una mujer emblem¨¢tica para ganarse todo ese electorado, ya que Carmen Diez de Rivera (otra bella y valiosa varona) se ha quedado a vivir para siempre dentro de su abanico.
Ya que dentro no se encuentra nada, porque el pa¨ªs no da m¨¢s que estrechas o progres, Su¨¢rez ha llamado personalmente a la varona Thatcher, y mientras el presidente defin¨ªa el partido como centro-izquierda, la vieja dama, en su visita, lo asimilaba al centro-derecha de los laboriltas ingleses. Ya nos aclarar¨¢n. Tambi¨¦n ha condenado, desde sus opalescentes sedas de la India de Kipling, el comunismo odioso e imperialista que nos amenaza, pero no hasabido c¨®mo explicar el imperialismo liberaldem¨®crataconservador de la Rock. Deliciosas contradicciones del eterno femenino. UCD necesitaba un modelo de mujer y ya lo tiene. Se tira un aire a Churchill, pero bastar¨¢ con corregirle un poco la sisa y darle unas mechas en el pelo.
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