El tema de la pena de muerte, tratado por la Asamblea francesa

A salto de mata, la Asamblea Nacional francesa evoc¨® ayer por primera vez desde hace setenta a?os el problema de la pena de muerte. Francia es el ¨²nico pa¨ªs de Occidente en el que a¨²n se aplica la pena capital. Durante los ¨²ltimos diez a?os han sido ejecutados siete condenados. A pesar de las enganchadas, p¨²blicos y solicitudes m¨²ltiples en ¨¦pocas diversas sobre la cuesti¨®n, todos los Gobiernos franceses que se han sucedido desde el a?o 1908 se negaron a abrir un debate consagrado a la pena de muerte.El Gobierno actual, como los que le precedieron de una u otra forma, ha justificado su negativa estimando que ?el momento no es oportuno?.

El actual ministro de Justicia, Alain Peyrefitte, elabor¨® un informe sobre la pena de muerte por encargo del presidente de la Rep¨²blica. Esto sucedi¨® pocos meses antes de que el autor de Cuando China despierte a¨²n no era ministro y, en el estudio antedicho, se pronunciaba contra la pena capital.

Pero desde que se hizo cargo de la cartera de Justicia, en varias ocasiones, ha alegado la inoportunidad de la supresi¨®n de la guillotina y de una discusi¨®n sobre el problema en el recinto parlamentario.

Este ostracismo por parte de las autoridades gubernamentales incit¨® ayer a dos diputados a meter el problema en la Asamblea por la puerta trasera: aprovechando la discusi¨®n, en el hemiciclo, del presupuesto del Ministerio de Justicia, el diputado socialista Raymond Forni y el gaullista Pierre Bas, presentaron dos enmiendas que proponen la supresi¨®n de los cr¨¦ditos correspondientes a la guillotina y al verdugo encargado de su funcionamiento: 185.000 francos en total, equivalentes a tres millones largos de pesetas anuales.

En la discusi¨®n que dedic¨® la Asamblea Nacional en 1908 para estudiar la posibilidad de abolir la pena capital los argumentos expuestos entonces por defensores y enemigos fueron exactamente los mismos que arguyen hoy sus sucesores. La ¨²nica diferencia entre aquel momento y el presente rad¨ªca en la actitud del Gobierno. El de entonces era favorable a la supresi¨®n, contrariamente al actual. Pero tras cuatro sesiones de debate, la C¨¢mara decidi¨® el mantenimiento. por 330 votos contra 201.