Zao Wou-ki
Para el mundo occidental, el contacto con la pintura china siempre ha sido dif¨ªcil. A la distancia kilom¨¦trica se le ha a?adido una distancia ideol¨®gica, fruto de la ignorancia y el desconocimiento de las culturas orientales en general. Con el triunfo del mao¨ªsmo, el abismo cultural a¨²n se ensanch¨® m¨¢s. Pese a que la diplomacia y la econom¨ªa chinas est¨¢n tratando de establecer puentes entre el viejo imperio y los pa¨ªses m¨¢s desarrollados de occidente, hay unos factores de idiosincrasia personal que siempre nos resultar¨¢n distantes y dif¨ªciles de entender. La Filosof¨ªa, la religi¨®n, las costumbres, la ¨¦tica, la caligraf¨ªa y el arte chinos siguen siendo para nosotros un misterio.Por eso, la experiencia solitaria de Zao Wou-ki, pintor nacido en Pek¨ªn en 1921, enraizado en Par¨ªs desde 1947 y que dispone de un estudio en Ibiza desde 1970 resulta doblemente interesante, por lo pict¨®rico en s¨ª y por lo sociol¨®gico. La personalidad de Zao Wou-ki es indisociable. A la condici¨®n de pintor a?ade la de ser chino, ¨¦tnica y educacionalmente. La adecuada conjunci¨®n de valores de este binomio ha transformado a este artista en una de las figuras m¨¢s prestigiosas de la pintura abstracta contempor¨¢nea.
Zao Wou-ki
Galer¨ªa Joan Prats.Rambla de Catalu?a, 54. Barcelona.
La cr¨ªtica de arte especializada ha hablado de ¨¦l como de un impresionista de la abstracci¨®n, por el tono moderado y vibrante de muchas de sus grandes telas, que a los descubrimientos del informalismo a?ade un gesto y unos valores caligr¨¢ficos propios de la cultura china. Alain Jouffroy, en un l¨²cido an¨¢lisis interpretativo de la pintura wou-kiana, habl¨® en 1954 de ?una visi¨®n china del universo, en la cual lo et¨¦reo y lo lejano reflejan el esp¨ªritu de contemplaci¨®n m¨¢s que la cosa contemplada? y que coincide plenamente con muchas experiencias de destacados pintores de nuestro siglo, como Paul Klee, Mark Tobey o Henry Michaux.
La huella de su pa¨ªs natal -ahora es ciudadano franc¨¦s- obedece a razones de nacimiento y formaci¨®n. Educado en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Hang-Tcheu. fue encauzado dentro del clasicismo Song y Ming. Gracias a la relaci¨®n internacional de su familia y a libros y revistas llegados de Francia se despert¨® en ¨¦l un inter¨¦s por los cl¨¢sicos de la modernidad: Picasso. Matisse, Modigliani. Klee, etc¨¦tera. La creciente curiosidad por la pintura europea le lleva a Par¨ªs, donde tiene la posibilidad de entrar en contacto con el inquieto mundo parisiense y con las principales capitales art¨ªsticas del continente. Pero en 1959 y gracias a un viaje a Estados Unidos traba amistad con los expresionistas abstractos de la escuela de Nueva York, particularmente con Kline, Marca-Relli, Gottlieb, Baziotes, Steinberg y Hoffman. En esta circunstancia hist¨®rica se produce la simbiosis entre los arquetipos pl¨¢sticos del ciudadano chino con la riqueza expresiva de la abstracci¨®n americana. Zao Wou-ki se sit¨²a en el punto medio. Su pintura se enriquecer¨¢ de las dos componentes. Las t¨¦cnicas de pincelaci¨®n, el tratamiento del color, el qesto caligr¨¢fico ser¨¢n chinos, los valores pl¨¢sticos, la riqueza mat¨¦rica y la libertad expresiva ser¨¢n propios del informalismo occidental. Esta confluencia ha sido analizada por Ren¨¦ Char como una estrecha ligaz¨®n entre grafismo, mutaci¨®n crom¨¢tica y docilidad de las formas.
La actual exposici¨®n barcelonesa formada por veinti¨²n ¨®leos sobre tela, diez acuarelas sobre papel y una serie de grabados litogr¨¢ficos. corresponde a la ¨²ltima fase del artista, acaso la m¨¢s madura y relajada, la que interrelaciona del modo m¨¢s estrecho y casi inapreciable lo que es de Oriente y lo que es de Occidente.
La aportaci¨®n de Zao Wou-ki resulta enormemente estimulante en el actual momento pict¨®rico, en especial cuando los pintores j¨®venes adscritos al ?support-surface? estudian atentamente la rica escala de valores que la pintura oriental puede aportar a su pl¨¢stica. S¨®lo que ellos empiezan el camino de ida y Zao Wou-ki ya est¨¢ de vuelta.
Babelia
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