El presidente surafricano, implicado en un escandalo de corrupci¨®n
El Watergate-surafricano estall¨® ayer cuando un juez del Tribunal Supremo, encargado de vigilar irregularidades econ¨®micas en el Ministerio de Informaci¨®n, revel¨® en Johannesburgo que hay amplias pruebas de corrupci¨®n oficial y de malversaci¨®n de fondos p¨²blicos, que llegan a implicar al propio jefe del Estado, adem¨¢s de varios ministros y el jefe de la polic¨ªa pol¨ªtica.La oposici¨®n ha pedido una convocatoria urgente del Parlamento, despu¨¦s de que el juez Anton Mostert, desafiando una prohibici¨®n expresa del primer ministro, Pieter W. Botha, hiciera p¨²blicos en una rueda de prensa los resultados de sus investigaciones.
En un intento de ?desactivar? las consecuencias pol¨ªticas del, esc¨¢ndalo que sume al Partido Nacional en su crisis m¨¢s profunda desde que llegara al poder, hace treinta a?os, el jefe del Gobierno ha decretado una ?completa indagaci¨®n judicial?. Pero horas antes, el se?or Botha hab¨ªa amenazado, ampar¨¢ndose en la ley de secretos oficiales, con secuestrar los peri¨®dicos que informaran del tema y encarcelar a sus directores. Seg¨²n las noticias llegadas a Londres, la amenaza s¨®lo ha surtido efecto en la radiotelevisi¨®n estatal.
Se financi¨® un peri¨®dico
Las pesquisas del juez Mostert establecen que m¨¢s de mil millones de pesetas de fondos estatales fueron malversados en el lanzamiento, en 1976, de un peri¨®dico de extrema derecha, The Citizen, presuntamente independiente y destinado en realidad a ganar para el Partido Nacional los votos de la minor¨ªa blanca anglo-parlante en las elecciones de 1977.El diario, financiado con los fondos oficiales a trav¨¦s de una entidad suiza, era teledirigido desde el Ministerio de Informaci¨®n, cuyo titular de entonces, y reciente candidato a la presidencia de la R¨¦p¨²blica, es el hoy ministro de Relaciones Raciales, Connie Mulder.
El conjunto de la operaci¨®n recibi¨® el visto bueno del primer ministro, John Vorster, actualjefe del Estado, y del general Van der Bergh, jefe del espionaje y la polic¨ªa pol¨ªtica. El ministro de Educaci¨®n y el subsecretario de Informaci¨®n, Eschel Roodie, este ¨²ltimo aut¨¦ntico ?director? del peri¨®dico, conoc¨ªan tambi¨¦n todos sus detalles.
The Citizen, vendido este a?o por su propietario nominal, Louis Luyt, un financiero amigo personal del se?or Vorster, a un grupo de hombres de negocios ultraconservador, fue puesto en pie en un tiempo reduc¨ªd¨ªsimo y lleg¨® a tener gran influencia entre la minor¨ªa angl¨®fona. Con anterioridad, los dirigentes del partido gobernante implicados en el esc¨¢ndalo hab¨ªan intentado, sin ¨¦xito, comprar la cadena de Peri¨®dicos Surafricanos Asociados, que edita alguno de los diarios de mayor circulaci¨®n del pa¨ªs y no comparte la l¨ªnea pol¨ªtica del Gobierno de Pretoria.
De las diligencias del juez Mostert se desprende tambi¨¦n que cuando comenzaron a filtrarse las irregularidades del Ministerio de Informaci¨®n, el general Van der Bergh propuso una investigaci¨®n sobre el tema, que permanecer¨ªa secreta en virtud de la ley de secretos oficiales.
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