"Se fabricar¨¢n nuevas aleaciones met¨¢licas en laboratorios orbitales"
Quiz¨¢s dentro de no mucho tiempo estaciones espaciales sovi¨¦ticas alberguen grupos de cosmonautas-metal¨²rgicos creadores de nuevas aleaciones met¨¢licas imposibles de producir en la superficie terrestre. Esta posibilidad, la de fabricar nuevos materiales para las diversas necesidades humanas de la Tierra, es tan s¨®lo una de las muchas que abre a la humanidad la exploraci¨®n pacifica del cosmos, seg¨²n ha declarado a EL PAIS Vladimir Dzanibekov, 36 a?os, experimentado astronauta sovi¨¦tico, presente estos d¨ªas en Madrid para asistir a los actos a celebrar en el marco de la amistad y cooperaci¨®n entre Espa?a y la URSS.
La exploraci¨®n del espacio no supone p¨¦rdida de tiempo ni dinero. Desde arriba, seg¨²n el astronauta ruso, se puede hacer mucho contra la vida humana y mucho a favor de ella. ?Una hora y media basta para dar una vuelta al planeta -afirm¨® Dzanibekov-. Desde all¨ª se sienten ganas de decir a todos los seres humanos, a cada uno, que los hombres somos due?os de nuestra tierra: podemos no dejar nada vivo o tambi¨¦n podemos desarrollar la vida, hacerla mejor. Creo que esto ¨²timo es preferible.?Dzanibekov explica a EL PAIS los objetivos de la investigaci¨®n espacial sovi¨¦tica: ?Las perspectivas est¨¢n claras: desarrollar estaciones como Salyut-6. Son las estaciones de serie m¨¢s baratas cada d¨ªa. Se pueden acoplar unas con otras, ofreciendo mayores dimensiones. Son m¨¢s habitables, m¨¢s seguras y efectivas. En estas estaciones se pueden llevar a cabo investigaciones de todo tipo: cient¨ªficas, m¨¦dicas, t¨¦cnicas.?
Seg¨²n el astronauta sovi¨¦tico, la URSS est¨¢ realizando, sobre todo, experiencias ¨²tiles, es decir, trabajos que incidan sobre una mejora de la calidad de vida en nuestro planeta. En esta l¨ªnea se encuadra la investigaci¨®n sovi¨¦tica sobre recursos. En efecto, a distancia parecen observarse mejor muchos de los fen¨®menos que tienen lugar en nuestra atm¨®sfera y en nuestro subsuelo. La detecci¨®n de yacimientos de minerales ¨²tiles puede ser m¨¢s factible desde estaciones orbitales. Lo mismo sucede con la preparaci¨®n de ciertos productos: en ¨®rbita se est¨¢n creando aleaciones de aluminio ywolframio, por ejemplo, que no existen en la Tierra.
?Tom¨¦ en serio mi sue?o?
Todo empez¨® para Dzanibekov hace muchos a?os, siendo un ni?o. ?Me gustaba mucho la ciencia-ficci¨®n desde peque?o -dice-. Desde los cinco a?os so?aba con ser aviador. Despu¨¦s de so?ar con el cielo, empec¨¦ a so?ar con el cosmos.? El lanzamiento del primer Sputnik, en 1957, ?di¨® un gran impulso? a los sue?os del ni?o Dzanibekov. Las primeras experiencias fueron impresionantes para el cosmonauta Sovi¨¦tico. El lo cuenta as¨ª: ?Los primeros d¨ªas en ¨®rbita no quedaba tiempo para emociones. Hab¨ªa que llevar a cabo un programa muy apretado de experiencias. Los d¨ªas a bordos eran tensos de trabajo, sobre todo cuando iba a producirse el acoplamiento. Sab¨ªamos que hab¨ªa otra nave a 10.000 kil¨®metros con la que ¨ªbamos a acoplarnos. Tras m¨²ltiples maniobras, ten¨ªa que producirse el encuentro. Y nuestra tarea s¨®lo era de control y atenci¨®n. Los sistemas autom¨¢ticos hac¨ªan el resto.?Al llegar a este punto de su relato le brillan especialmente los ojos y me dice con orgullo. ?Sent¨ª una enorme emoci¨®n cuando est¨¢bamos a treinta cent¨ªmetros de la otra nave. Sent¨ª la dignidad de todos los seres humanos, de toda la humanidad. Ve¨ªa la grandeza del ser humano, de nuestra mente, de nuestra capacidad de realizar grandes creaciones t¨¦cnicas ... ?
Se refiere VIadimir Dzanibekov a algo que sucedi¨® el 11 de enero de este mismo a?o de 1978: un acoplamiento entre naves de trabajo que hab¨ªa supuesto cientos de horas de preparaci¨®n. Tras el ¨¦xito, el regreso: ?Cuando la nave se pos¨® sobre la superficie de la Tierra, all¨ª hab¨ªa tractores, camiones, coches... Me sent¨ª feliz estrechando las manos musculosas, del trabajo, de aquellas personas que sonre¨ªan al vernos. Ante sus caras alegres, pens¨¦: "He hecho lo que he podido."?
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