Ropa infantil
Con gusto he le¨ªdo la carta de don Eugenio Cano publicada en su peri¨®dico sobre la carest¨ªa de la ropa infantil, que realmente est¨¢ por las nubes.Sin embargo, creo demasiado fuerte el afirmar que este tema ?asusta a una parte de los futuros matrimonios?, porque, aunque la realidad es que el vestir a un ni?o es muy caro, no lo ser¨¢ tanto si, entre los hermanos, heredan la ropa, cosa que hemos hecho casi todos.
Quiz¨¢ otro medio para que baje el precio de la ropa de los ni?os es hacer una especie de huelga y no comprar todo hecho, aprovechando lo que hay en casa: del abrigo del padre sale otro precioso para el hijo y una falda para la hija. En fin, que nos tenemos que espabilar e ingeni¨¢rnoslas de mil modos. Ya s¨¦ que este sistema no lo podr¨¢n seguir todas las madres, pero incluso en el caso de tener que comprar necesariamente toda la ropa de los ni?os, m¨¢s vale sacrificar el nuevo coche o las entradas del teatro y no dejar el ni?o a la intemperie.
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