Estreno de "Dr¨¢cula", seg¨²n las versiones de los a?os veinte
Un revival del Dr¨¢cula que pudo verse en las pantallas cinematogr¨¢ficas y en los escenarios de los a?os veinte fue estrenado en el teatro de la Comedia de Madrid, bajo la direcci¨®n de Jaime Azpilicueta. Es una coproducci¨®n teatral hispano-norteamericana que interpretan Narciso Ib¨¢?ez Menta, Jaime Blanch, Nicol¨¢s Due?as, Cristina Galb¨®, Pedro Sempson, Fernando Valverde, Mary Carmen Yepes y Jos¨¦ Luis Pellicena.
Jaime Azpilicueta, el director, define la obra como ?un homenaje a las pel¨ªculas de terror que se hac¨ªan en la d¨¦cada de los veinte. Es un espect¨¢culo fundamentalmente divertido, realizado con el ¨²nico objetivo de entretener durante dos horas al p¨²blico?.Dr¨¢cula, de Hamilton Deane y John L. Valderstone, se representa en Madrid con los mismos ingredientes teatrales que la han llevado a ser un gran ¨¦xito en Broadway. El p¨²blico estadounidense ha respondido como Azpilicueta espera que respondan los espa?oles.
Para el director de la versi¨®n espa?ola, ?ha sido muy divertido hacer este Dr¨¢cula en serio, con un a t¨¦cnica de hace muchos anos. El anacronismo del montaje es lo que convierte en c¨®mico este terror escenificado. Puede decirse de la obra que ante ella nos asustamos muertos de risa?.
Otro de los objetivos del montaje de Dr¨¢cula ha sido hacer que el espectador se sienta como un ni?o ante una historia que se ha realizado para ser cre¨ªda. ?Este tratamiento del terror?, dice Azpilicueta, ?no tiene precedentes en Espa?a?, al menos a nivel teatral. Se ha respetado escrupulosamente el texto que utiliz¨® Bela Lugosi, en 1927, para hacer su versi¨®n de Dr¨¢cula. Este es el mismo texto que se usa en Nueva York para la producci¨®n que de esta obra se hace en la actualidad y en la que se inspira enteramente el montaje espa?ol.
Lo m¨¢s importante del ejercicio teatral que se estren¨® anoche, seg¨²n Azpilicueta, es que el p¨²blico se integra en el montaje y se divierte, tanto como los actores, con la teor¨ªa de efectos especiales puestos en juego. Otro elemento de distracci¨®n del espectador lo compone la m¨²sica de la obra, lograda con la conjunci¨®n de bandas sonoras de los a?os veinte.
Estos efectos musicales se complementan con otros que Azpilicueta no quiere revelar para que el,espectador desprevenido reaccione ante ellos con la misma hilaridad que lo hace el que ve la obra en Broadway.
Jaime de Azpilicueta cree que este ensayo de terror c¨®mico podr¨ªa tener ¨¦xito entre los espa?oles, aunque acepta que a¨²n debe poner entre interrogantes la posibilidad de esa reacci¨®n favorable.
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