Se teme por la vida de otras ochocientas personas del poblado de Jonestown

Las autoridades de Guyana informaron ayer que el n¨²mero total de cad¨¢veres encontrados en la comuna de la secta religiosa El Templo del Pueblo asciende a 409, entre hombres, mujeres y ni?os. Unos cuarenta supervivientes han sido hasta ahora hallados en la selva por el Ej¨¦rcito, pero el n¨²mero de desaparecidos, por cuya suerte se teme, oscila entre seiscientas y ochocientas personas.

En un espect¨¢culo dantesco, los cad¨¢veres de los seguidores del reverendo Jim Jones sembraban todo el poblado de Jonestown y muchos de ellos aparecieron abrazados entre s¨ª, o con las manos unidas. Salvo en tres casos, las muertes se produjeron por envenenamiento. Los miembros de la secta bebieron uno a uno de un gran barre?o, en el que se hab¨ªa mezclado un refresco con cianuro pot¨¢sico. Un m¨¦dico y varias enfermeras dirigieron el suicidio masivo, mientras el l¨ªder religioso predicaba la belleza de la muerte y aseguraba a sus seguidores que ?nos encontraremos en otro lugar?.El llamado reverendo Jones, un paranoico que en ocasiones cre¨ªa ser la reencarnaci¨®n de Jesucristo y en otras la de Lenin, apareci¨® muerto de un tiro en la sien junto al altar de la iglesia del poblado. No existe certeza de que se trate de un suicidio y, seg¨²n declaraciones de alg¨²n testigo que logr¨® escapar a la masacre, muchos de los envenenados lo fueron a la fuerza, bajo la amenaza de guardianes armados que impidieron la fuga. Otros en cambio aceptaron d¨®cilmente el veneno.

El hijo del reverendo Jones, Steven, de diecinueve a?os, declar¨® ayer en la capital de Guyana que odiaba a su padre, que ¨¦ste se hab¨ªa convertido en un fascista y que hab¨ªa desacreditado el socialismo con su comportamiento. Para el hijo del fan¨¢tico religioso su padre enga?¨® a sus seguidores dici¨¦ndoles que se trataba de un nuevo ?entrenamiento? para el suicidio, si milar a otros practicados regular mente por la secta, pero en esta ocasi¨®n con veneno de verdad.

Ante el horror creado en el mundo por la masacre y las preguntas sobre por qu¨¦ las autoridades de Guyana permitieron el establecimiento de la comuna de El Templo del Pueblo, el Gobierno de Georgetown se ha apresurado a hacer p¨²blicas las cartas de recomendaci¨®n que recibi¨® de importantes pol¨ªticos norteamericanos en favor de Jim Jones. Entre otras, destacan las misivas enviadas por Rosalynn Carter, esposa del presidente; por el vicepresidente, Walter Mondale; el ministro de Sanidad, Joseph Califano, y una docena de congresistas, entre ellos el fallecido senador Hubert Humphrey.

Patrullas militares de Guyana realizan batidas por la jungla, en busca de los restantes habitantes del poblado. Se cree que la comuna de Jonestown, llamada La Tierra Prometida por el l¨ªder religioso, lleg¨® a tener 1.200 personas, a las que se les confiscaba el dinero y el pasaporte nada m¨¢s llegar. Corren rumores sobre la posibilidad de que centenares de fieles de la secta hayan sido asesinados en la selva, pero hasta el momento no hay constancia de ello.