La dif¨ªcil uni¨®n de los dem¨®cratas
Termin¨¦ mi art¨ªculo anterior consagrado a este tema preconizando la constituci¨®n de un frente estrechamente unido de todas las fuerzas democr¨¢ticas para aplicar con rigor un plan pol¨ªtico complementado con las medidas policiales oportunas, Ese frente, cuya solidez y cuya solidaridad no deber¨ªan presentar ninguna falla, y cuyos componentes habr¨ªan de resistir toda tentaci¨®n de maniobrar unos contra otros mientras persista la gravedad de la situaci¨®n actual es -a mi modesto entender- la ¨²nica r¨¦plica eficaz que nuestra democracia puede dar al reto amenazador de los fascismos. S¨¦ muy bien que su creaci¨®n y su mantenimiento en toda Espa?a, y singularmente en el Pa¨ªs Vasco (que es donde resulta m¨¢s necesario), ser¨¢n dif¨ªciles de conseguir. Pero no s¨®lo creo, sino que estoy firmemente persuadido de que, si ese frente no se constituye, ser¨¢ todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil, si es que no imposible, salvar el naciente r¨¦gimen democr¨¢tico de los peligros inminentes y grav¨ªsimos que sobre ¨¦l se ciernen como consecuencia del terrorismo desencadenado en Vasconia.Reconozco que los obst¨¢culos se amontonan, d¨ªa tras d¨ªa, embarazando el camino que conduce a esa soluci¨®n. El PSOE y la UCD, que parecen entenderse bien entre bastidores, cara al p¨²blico se tratan mutuamente en forma tal que sus respectivos seguidores tendr¨¢n mil dificultades para digerir el pacto que llegado el caso, habr¨ªa de servir de fundamento al frente unido. Nada digamos del PNV, cuya distanciaci¨®n de los dem¨¢s partidos democr¨¢ticos se acent¨²a por su empe?o en propugnar la postura abstencionista en el refer¨¦ndum constitucional. Por otra parte, los graves sucesos ocurridos en Mondrag¨®n el 15 de noviembre demuestran -despu¨¦s de los del verano pasado en Renter¨ªa y en Pamplona- que las fuerzas de orden p¨²blico pierden demasiado a menudo el autocontrol, la disciplina y el sentido de responsabilidad que son indispensables para lograr una eficacia y para mantener un prestigio, a falta de los cuales se convierten en factor de desmoralizaci¨®n en lugar de ser factor de orden y de seguridad, poniendo insensatamente baza tras baza en manos de quienes desean destruir la tranquilidad p¨²blica. Y lo ocurrido en el seno del Ej¨¦rcito el 16 y el 17 de noviembre es -por muchas declaraciones apaciguantes que se nos prodiguen- demasiado elocuente y demasiado alarmante para que no nos preguntemos angustiados si ser¨¢ posible que el frente unido para defender la democracia, en el caso de que llegue a constituirse, pueda contar, adem¨¢s de con una polic¨ªa eficaz y serena, con un Ej¨¦rcito unido y disciplinado, que habr¨ªa de ser su respaldo indispensable.
Sensatez y catastrofismo. Mientras los partidos mayoritarios (tanto en el conjunto de Espa?a como en las provincias vascas) no pierden ocasi¨®n de debilitarse unos a otros con maniobras y acusaciones mutuas cuya puerilidad mover¨ªa a risa si no fuesen tan lamentables, el Partido Comunista parece monopolizar la sensatez, por ejemplo, neg¨¢ndose a firmar el 18 de noviembre un comunicado demag¨®gico y cobarde en el que varias fuerzas pol¨ªticas guipuzcoanas tratan de explotar la animosidad suscitada en la poblaci¨®n por los excesos culpables de la fuerza p¨²blica, y en el que se omite la condena que merece la criminal actitud del terrorismo que ha provocado directamente tales excesos y que comparte, en consecuencia, la responsabilidad de los mismos. Sin necesidad de buscar m¨¢s lejos las explicaciones de semejante sensatez (y sin negar que haya, adem¨¢s, otras), est¨¢ clar¨ªsimo que lo que m¨¢s le aterra al PC es esa reacci¨®n de la extrema derecha, apoyada en una insurrecci¨®n militar, que -si hay l¨®gica en el mundo- acabar¨¢ produci¨¦ndose en el caso de que el terrorismo etarra contin¨²e haciendo de las suyas, y una de cuyas primeras y m¨¢s castigadas v¨ªctimas ser¨ªa, inevitablemente, el propio PC. ?Ser¨¢ por no creerse tan directa y gravemente amenazados por lo que los dem¨¢s partidos democr¨¢ticos se comportan como s¨ª la hip¨®tesis catastrofista tuviese unas probabilidades m¨ªnimas de realizarse o no fuese a realizarse jam¨¢s? Pues ¨¢ndense con cuidado y no sesteen en su optimismo.
La hip¨®tesis catastrofista es aquella por la que han apostado, a la vez, la extrema derecha y el terrorismo etarra. Cosa l¨®gica, pues solamente una cat¨¢strofe permitir¨ªa, a la primera como al segundo, lograr sus objetivos (objetivos incompatibles entre s¨ª, de modo que el sangriento y decisivo choque final se producir¨ªa cuando ambos quedasen solos, frente a frente; pero primero har¨¢n lo necesario para quedar solos). Y cuando vemos que ETA amontona millones de pesetas y multiplica asesinatos y atracos, cada vez con mayor eficacia; y que Fuerza Nueva moviliza unas masas cada d¨ªa m¨¢s numerosas, cuyo incremento proporciona a la oficialidad levantisca del Ej¨¦rcito una tranquilidad de conciencia, una confianza y un aplomo cada vez mayores, tendr¨ªamos que estar ciegos para no ver que las probabilidades de que la hip¨®tesis catastrofista se cumpla aumentan sin cesar.
Lo cual no significa que las fuerzas democr¨¢ticas no tengan ya posibilidad alguna de evitar la cat¨¢strofe: que no puedan unirse para aplicar un programa pol¨ªtico razonable completado por las medidas policiales que la situaci¨®n exija y, as¨ª, proteger la democracia contra la doble amenaza que constituyen el terrorismo de ETA y la efervescencia y el envalentonamiento de la extrema derecha. Pero ?lograr¨¢n forjar esa uni¨®n y -lo que es igualmente indispensable- mantenerla por un tiempo que, forzosamente, habr¨¢ de ser bastante largo? ?Lo lograr¨¢n, sobre todo, en el Pa¨ªs Vasco, donde la cooperaci¨®n del PNV parece indispensable para el ¨¦xito de la empresa? Estas interrogaciones son angustiosas porque, si la respuesta ha de ser negativa, lo m¨¢s probable (y ojal¨¢ me equivoque) es que los d¨ªas de la democracia en Espa?a est¨¦n contados.
Prepararse para un combate largo
Y aun cuando -por ventura- no fuera as¨ª, ser¨ªa excesivamente optimista pensar que la formaci¨®n de ese frente unido y la aplicaci¨®n rigurosa de su programa bastar¨¢n para convertir el Pa¨ªs Vasco en una balsa de aceite. Bastar¨¢n, s¨ª, para que la democracia venza; pero, para que venza en una lucha ¨¢spera que no ser¨¢ corta. Por eso es indispensable que el frente dure, que no se deshaga mientras las amenazas no se hayan alejado y no est¨¦ despejado el horizonte.
La guerrilla urbana, cuando ha alcanzado las dimensiones y la intensidad con que la practica hoy ETA, resulta dificil¨ªsima de eliminar: no creo que, al decirlo, est¨¦ descubriendo nada nuevo. Las fuerzas democr¨¢ticas tienen, por consiguiente, que estar preparadas para un largo combate, contando con la asistencia de la polic¨ªa (la del Estado y la de la comunidad aut¨®noma) y con el respaldo, en ¨²ltimo t¨¦rmino, del Ej¨¦rcito. Pues la aplicaci¨®n del programa pol¨ªtico, por puntual y r¨¢pida que sea, no producir¨¢ por s¨ª sola el milagro de acabar con el terrorismo. Es preciso que las medidas pol¨ªticas vayan creando el vac¨ªo en torno a los terroristas; y no lo crear¨¢n en grado suficiente hasta que no hayan demostrado su eficacia, lo que necesitar¨¢ meses en unos casos, y a?os en otros. Mientras tanto, hace falta que el frente democr¨¢tico permanezca unido y que los gobernantes controlen bien la polic¨ªa y merezcan la confianza del Ej¨¦rcito. Es preciso que los partidos lo vean as¨ª claramente y obren en consecuencia.
Especialmente decisiva ser¨¢ la actitud que adopte el PNV. Si se une a las otras fuerzas democr¨¢ticas y permanece fiel a ellas, quiz¨¢ empiece perdiendo sus elementos m¨¢s exaltados (en el supuesto de que no los haya perdido ya para estas fechas), pero sus perspectivas mejorar¨¢n a la larga y le permitir¨¢n garantizar que el triunfo de la democracia sobre el terrorismo no implicar¨¢ el aplastamiento del nacionalismo vasco, como los sectores m¨¢s radicalizados de ¨¦ste pretenden hacer creer, empe?¨¢ndose en pintar como fascistas a los dem¨®cratas, cuando la verdad es que los fascistas son ellos. Si el PNV sucumbe, en cambio, a la tentaci¨®n de no desvincularse del nacionalismo extremista, ser¨¢ v¨ªctima de su ambig¨¹edad, porque, entonces, har¨¢ imposible la formaci¨®n, o causar¨¢ la ruptura, del frente unido de los dem¨®cratas vascos, con lo cual el terrorismo proseguir¨¢ hasta provocar la insurrecci¨®n del fascismo espa?olista; y entonces, si la suerte de los dem¨¢s dem¨®cratas ser¨¢ poco envidiable, a¨²n lo ser¨¢ menos la de los peneuvistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- UCD
- Democracia
- Pol¨ªtica nacional
- Opini¨®n
- PCE
- EAJ-PNV
- Orden p¨²blico
- Seguridad ciudadana
- PSOE
- Pa¨ªs Vasco
- Pol¨ªtica antiterrorista
- Lucha antiterrorista
- ETA
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Partidos pol¨ªticos
- Ultraderecha
- Comunidades aut¨®nomas
- Grupos terroristas
- Gobierno
- Ideolog¨ªas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Terrorismo
- Administraci¨®n Estado
- Administraci¨®n p¨²blica
- Justicia