Jardiel no era ni f¨¢cil ni dif¨ªcil

El critico teatral de EL PAIS Enrique Llovet acaba de decir en su cr¨ªtica con motivo de las representaciones-homenaje a Jardiel Poncela en el Centro Cultural de la Villa de Madrid (montando Gustavo P¨¦rez Puig la inmemorial Angelina o el honor de un brigadier), que el gran maestro del absurdo espa?ol era un ?hombre admirable y ¨¢spero, de obra f¨¢cil y trato dif¨ªcil?. Nada m¨¢s desafortunado este calibrar del cr¨ªtico, una vez m¨¢s entre los cr¨ªticos de su tiempo y casi de hoy. Tengo que responderle como bi¨®grafo, estudioso de su obra y_persona y amigo (salvando una distancia de edad que nunca fue impedimento no s¨®lo conmigo, sino con otros muchachos de entonces como Alfonso Sastre, Jos¨¦ Gord¨®n, Ignacio Aldecoa, Domingo Almendros, Alfonso Paso, Julio Math¨ªas, Miguel Mart¨ªn, Gustavo P¨¦rez Puig y otros muchachos y menos muchachos de finales de los a?os cuarenta hasta 1952 en que Jardiel muri¨®) que jam¨¢s fue ?¨¢spero?, ni de ?trato dif¨ªcil? ni con nosotros ni con la gente que ve¨ªamos se le acercaba. Enrique Llovet desconoce o quiere desconocer su lucha contra el anacronismo teatral de su tiempo, que le obligaba a no bajar la guardia y que bien explico en mi libro M¨ªo Jardiel (primera biograf¨ªa completa de Jardiel Poncela, y que data de 1966), quebrantando su salud, que se complic¨® con problemas sentimentales y su enfermedad final. Tampoco encaja lo de su ?obra f¨¢cil?. Precisamente, por todo lo contrario al p¨²blico y cr¨ªtica de aquel tiempo, sufri¨® amarguras e injusticias. ?O es que Enrique Llovet es a estas alturas la reencarnaci¨®n de Jorge de la Cueva, Crist¨®bal de Castro y dem¨¢s cr¨ªticos que se volv¨ªan de espaldas hasta fisicamente ante el fen¨®meno de Enrique Jardiel Poncela?