Un antisionista
Con gran inter¨¦s he le¨ªdo la magn¨ªfica cr¨ªtica de su colaborador Juan Cueto a prop¨®sito de la serie QB VII. Y tambi¨¦n con inter¨¦s he le¨ªdo las cartas sorprendentes de Claudio Lijalad y de Mar¨ªa lonel Mihalovici. Ante todo, c¨¢beme la satisfacci¨®n de felicitar al se?or Cueto por su texto, y tambi¨¦n la diversi¨®n de haber le¨ªdo las torpes tentativas de estafa de los otros dos firmantes. El se?or Cueto acierta con gran ¨¦xito al detallar el peligro que la serie de TV contiene; los otros dos enga?an deliberadamente y sin la menor consideraci¨®n (cosa francamente lamentable en el caso de la mujer, que es una monja), al objeto de amparar con sus mentiras una operaci¨®n de propaganda,repug nante en favor de criminales reco nocidos y condenados por la ONU, como es el caso concreto del sio nismo israel¨ª.
Es bien cierto y conocido que el sionismo ha creado un Estado racista en la antigua Palestina y que sus antiguos habitantes, musulmanes, cristianos y jud¨ªos (aunque estos ¨²ltimos en menor medida) fueron expulsados de sus tierras para que ¨¦stas fueran ocupadas por extranjeros de apellido jud¨ªo. Hay jud¨ªos en las c¨¢rceles de Israel por luchar en la resistencia palestina, por haber preferido ser palestinos antes que sionistas. El propio monse?or Capucci sufri¨® cruel prisi¨®n por causa de este hecho.
El se?or Cueto no aparece, al menos en este texto, como antisemita. Critica una serie de televisi¨®n falsaria, que defiende intereses francamente sucios. Y lo hace con su humor habitual y con una gran finura en el an¨¢lisis. ?A qu¨¦ se deben las salidas de tono de los dos firmantes de las cartas contra Cueto? A que Juan Cueto declara lo que el spot publicitario suele ocultar: la intencionalidad que persigue.
Que un estudiante israel¨ª conteste en t¨¦rminos tan osados a un periodista de tan reconocida solvencia, sobre un art¨ªculo tan preciso, es comprensible si se tiene en cuenta lo que el mismo estudiante declara: que persigue emplear los cr¨ªmenes nazis con el objeto de favorecer al Estado sionista de Israel (a pesar de que este Estado racista, esto no lo dice elfirmante, sea tan criminal con los palestinos como con losjud¨ªos lo fueron los nazis, y a pesar tambi¨¦n, esto tampoco lo dice el estudiante de que ese Estado est¨¦ gobernado por criminales como su primer ministro, quien tiene prohibida la entrada en Inglaterra como conocido terirorista que ti?¨® sus manos con la sangre de ancianos, mujeres y ni?os).
Pero que una monja se atreva a intervenir con frases cercanas a la calumnia, como cuando dice que Cueto ?es profundamente antijud¨ªo? (cosa completamente ajena a la inteligencia de este art¨ªculo) y gravemente imprecisas, como llamarle antisemita, cuando, al ser los ¨¢rabes tan semitas como losjud¨ªos, esta afirmaci¨®n equivale a llamar al se?or Cueto racista de amplio espectro (tanto m¨¢s cuanto esta afirmaci¨®n se hace para defender a un Estado que s¨ª es racista), es realmente excesivo.
Es sobradamente conocido que las monjas de Si¨®n tienen firmes intereses en Israel. Lo que no pod¨ªamos sospechar es que, adem¨¢s, fueran sionistas.
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