La ciudad a¨²n puede ser rescatada para el deporte
Las manifestaciones deportivas populares que se han sucedido por toda Espa?a en este a?o han revelado un inter¨¦s del pueblo hacia la pr¨¢ctica del deporte. Este puede hacerse en la misma ciudad con el debido acondicionamiento del paisaje urbano. El deporte ha adqui rido singular importancia y el pensamiento griego vuelve a la actualidad al cabo de los siglos: ?La inteligencia y la agilidad mental act¨²an mejor con un cuerpo fuerte y sano; si ¨¦ste se desarrolla en un ¨¢mbito de inactividad, se limitan las propias posibilidades del hombre.?
La ciudad a¨²n se puede recuperar para la pr¨¢ctica deportiva. El Consejo Superior de Deportes reparti¨® m¨¢s de 2.000 revistas de AETIDE -Asociaci¨®n Espa?ola de Trabajo sobre Instalaciones Deportivas y para el Esparcimiento- que conten¨ªan informaci¨®n detallada de c¨®mo se pod¨ªa facilitar a los ciudadanos el que hicieran deporte dentro del casco urbano. En todas las ciudades hay parques, zonas verdes, ¨¢reas en trance de urbanizaci¨®n o de edificaci¨®n abierta y terrenos peque?os sin uso delimitado claramente, y que se utilizan para aparcar, que pueden ser empleados para conducir a la poblaci¨®n hacia un entrenamiento deportivo durante toda la vida con instalaciones elementales de bajo costo y mantenimiento.Es una realidad que por el ¨¦xodo del campo a las ciudades, ¨¦stas crecieron deprisa y an¨¢rquicamente. Hubo planteamientos incorrectos en sus concepciones y el hombre perdi¨® el contacto con la naturaleza. La especulaci¨®n ocup¨® todas las zonas sin tener en cuenta que la educaci¨®n del hombre tambi¨¦n debe basarse en el juego, donde los ni?os desarrollan decisivamente sus facultades. El ni?o dej¨® de tener contacto con el suelo y se le recluye en las. casas. Hay piscinas y canchas de tenis, pero no tiene d¨®nde jugar, al haber perdido las ¨¢reas naturales. En los pa¨ªses n¨®rdicos existen campos de aventuras, tambi¨¦n llamados robinsones, que requieren muy bajo costo, y en los que deciden las capacidades creadoras, al no estar programadas las actividades. Este aspecto es importante, y el ejemplo lo tenemos en Holanda. Affi se construy¨® un campo de juegos ordenado, limpio y serio; los ni?os prefer¨ªan jugar en un descampado que exist¨ªa al lado, en el que con los escombros pon¨ªan en movimiento su capacidad creativa.
La actividad deportiva en las ciudades
Existen cuatro tipos de ciudades. Primero, las que tienen menos de 10.000 habitantes, en las que, por ser, la edad media bastante alta, se practican deportes rurales -front¨®n, juego de bolos- Segundo, las de menos de 50.000 habitantes, que suelen tener ¨²nicamente campo de f¨²tbol y piscina municipal. Tercero, las que se sit¨²an con menos de 200.000 habitantes, cuyas instalaciones deportivas est¨¢n generalmente dentro de dotaciones privadas, mientras que los barrios carecen de ellas; los municipios construyen palacios de deportes, deescaso inter¨¦s social. Y cuarto, las grandes ciudades, que se encuentran en un estado l¨ªmite; para la pr¨¢ctica deportiva popular ser¨ªa necesaria la remodelaci¨®n de barrios enteros, la reutilizaci¨®n de grandes edificios -estaciones, mercados, ferias- y la utilizaci¨®n de grandes parques sin deterioro de su calidad espec¨ªfica de zona verde.
Los parques naturales o urbanos a¨²n pueden ser acondicionados para la actividad fisica gracias a los parques trimm o los tests deportivos. Los primeros son adaptaciones del entorno natural, siempre respetando el paisaje. Precisan de una pista de 3.000 metros de trayecto continuo, un campo de ejercicios, que no tiene que ser necesariamente grande -32 x 43 metros-, con diez aparatos para la realizaci¨®n de diversos ejercicios, y un campo de juegos entendidos libremente -f¨²tbol, tenis, ping-pong, petanca, bolos, voleibol, hockey, baloncesto-, y otro de juegos infantiles con desniveles, aparatos de madera, torres de trepar, fqsos de arena. Estas instalaciones se complefan con zonas de descanso que tengan paseos, bancos, verde y ¨¢rboles.
La ciudad tambi¨¦n admite otro tipo de instalaciones en las que se puedan realizar tests deportivos que permitan un autocontrol de la funna fisica sin necesidad de quitarse la chaqueta. El alem¨¢n Jurgen Palm los defini¨® as¨ª: ?De la misma manera que en las ferias es frecuente levantarse las mangas de la camisa para probar la fuerza en cualquiera de los aparatos que all¨ª suelen instalarse, el test deportivo invita a comprobar el estado de fuerza y el de movilidad. Cualquiera puede practicar en todo momento. Ni siquiera se necesita calzado o traje deportivo. Basta quitarse el sombrero y la chaqueta.? En estas instalaciones bastan ocho aparatos para comprobar resistencia, rendimiento, habilidad, fuerza y elasticidad. Unas tablas dan unos puntos seg¨²n resultados, y as¨ª cada uno puede conocer sus progresos y marcarse sus propias metas.
El deporte en la ciudad es todav¨ªa asequible. S¨®lo hay que facilit¨¢rselo a los ciudadanos. Todos los organismos que pueden hacer esto posible disponen de lo necesario: la idea, los planos, y el dinero necesario para ello no ser¨ªa mucho m¨¢s que el coste de una comida multitudinaria que con mayor o menor asiduidad realizan.
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