Derrota espa?ola ante una discreta Italia

La joven selecci¨®n espa?ola salv¨® con cierta dignidad el dif¨ªcil compromiso ante Italia. El equipo jug¨® con orden y buen sentido de media para atr¨¢s y eso bast¨® para frenar a la selecci¨®n italiana, en la que se not¨® cierta desgana y que incurri¨® en algunos fallos. La diferencia de nivel t¨¦cnico entre uno y otro equipo fue suficiente para decidir el partido, aunque decepcionas en los dos ni?os mimados del f¨²tbol italiano, Rossi y Giordano.Kubala present¨® en el Ol¨ªmpico de Roma un equipo bien estructurado, con orden y sentido del juego suficientes como para no dejar notar que era un equipo de noveles. Puso adem¨¢s al servicio de su esquema t¨¢ctico, sacrificio y atenci¨®n, y gracias a todo ello consigui¨® que Italia no jugase c¨®moda. El cabezazo de Graciani a los dos minutos, que no fue gol gracias a una buena parada de Urruti, dej¨® la falsa impresi¨®n de que para Italia todo iba a ser un paseo, porque el delantero hab¨ªa cabeceado totalmente desmarcado. Pero a partir de entonces Italia tuvo que trabajar sus ocasiones, salvo alg¨²n que otro fallo aislado de la defensa espa?ola. En lo que se refilere al despliegue hacia los contraataques, Espa?a ya no estuvo tan bien. Argote y Satr¨²stegui entraron poco en juego y aunque este ¨²ltimo supo colocarse en posici¨®n de gol en el minuto ocho, tras excelente pase de Leal (y tir¨® inocentemente), lo cierto es que Zoff no tuvo que intervenir nunca con grandes apuros.

El partido tom¨® pronto el tono aburrido habitual en los encuentros vulgares en cualquier campeonato. Un equipo visitante que contiene bien, pero que no sale al ataque y un equipo de casa que no encuentra las v¨ªas de penetraci¨®n hacia el gol. Para combatir el aburrimiento Bearzot sustituy¨® en el minuto veintis¨¦is a Graziami, que no se hab¨ªa vuelto a dejar ver desde su cabezazo, por Giordiano, el ¨ªdolo del Lazio. Pon¨ªa as¨ª en juego el t¨¢ndem de ataque Rossi-Giordano, del que esperan los aficionados italianos grandes gestas en el futuro. La cosa se anim¨® algo, pero no mucho, y por Italia siguieron jugando bien los mismos de antes: Causio, excelente dominador de bal¨®n; Cabrini, que ejerci¨® un mando absoluto en su banda y ridiculiz¨® a Leal cuando ¨¦ste quiso frenarle; Benetti, de continua presencia en eljuego, y Gentile, oportuno en el apoyo de ataque. Rossi aprovech¨® un rebote a la salida de un comer para marcar casi sin ¨¢ngulo e Italia dispuso de alguna que otra ocasi¨®n m¨¢s, pero no muchas. El resultado con que se lleg¨® al descanso podr¨ªa considerarse justo.

En la continuaci¨®n, Italia no introdujo de salida m¨¢s novedad que el portero, en tanto Kubala colocaba a Alonso por Argote y a Zamora por S¨¢nchez. Despu¨¦s tendr¨ªa que retocar dos veces m¨¢s el equipo por las lesiones de Marcelino, al que sustituy¨® Gordilloy Leal (menos ostensible la de ¨¦ste), por Canito. Italia jug¨® con cierta pereza y el partido mejor¨® algo en ritmo y emoci¨®n, porque Espa?a gan¨® en confianza y subi¨® al ataque con m¨¢s hombres, lo que permitir¨ªa a su vez a los italianos realizar sus avances sobre terreno m¨¢s despejado.

El so?ado t¨¢ndem Rossi-Giordano result¨® un fracaso. Los dos j¨®venes ¨ªdolos fallaron clamorosas ocasiones de gol, y aparte de esto, que se puede culpar a la mala suerte, fueron incapaces de hacer una sola jugada. El debutante Botubot, que hab¨ªa dado una buena nota en la primera mitad, estuvo sobresaliente en la segunda en su tarea de anular a Giordano, aunque con dos borrones en sendos fallos espectaculares. Rossi fue sucesivamente marcado por Marcelino, San Jos¨¦ y Canito y no pudo con ninguno.

El partido se fue endureciendo, poco a poco, gracias, en gran parte, al ¨¢rbitro, que consinti¨® mucho a los italianos y provoc¨® con ello el l¨®gico enfurecimiento de los espa?oles. A medida que transcurr¨ªan los minutos Espa?a se fue conformando con la derrota m¨ªnima y puso algo menos de inter¨¦s en sus ataques, que, por otra parte, nunca estuvieron lo bastante bien montados como para crear peligro. El partido se cerr¨® con la pobre victoria italiana, con el solitario gol de Rossi, y para Espa?a no tiene otra utilidad que la de haber a?adido cuatro nombres (los de Botubot, Zamora, Alonso y Canito) a su lista de internacionales. El tono general fue de aprobado, que eso podr¨ªa ser suficiente de no haberse notado un claro desinter¨¦s entre los divos de la selecci¨®n italiana, lo que resta algo de valor al discreto papel realizado por los j¨®venes espa?oles.