La pol¨ªtica econ¨®mica para 1979
?El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Econom¨ªa est¨¢ transmitiendo al pa¨ªs dos ideas muy claras: que el patrimonio econ¨®mico heredado de 1978 es muy diferente del de 1977 y que, como consecuencia de las sensibles mejoras conseguidas durante este a?o en t¨¦rminos de menos inflaci¨®n, mayor equilibrio exterior y mejoras en los excedentes empresariales y en la distribuci¨®n de la renta, la pol¨ªtica econ¨®mica para los pr¨®ximos tres a?os puede tener un signo diferente.Es cierto que, por razones conocidas, a finales de 1977 est¨¢bamos al borde del colapso econ¨®mico. Pero frente a 1979, a?o de transici¨®n, cabe pensar ya en una mayor tasa de crecimiento que permita no aumentar el desempleo y sin que la misma suponga agudizar nuevamente las tensiones inflacionistas. En definitiva, se puede afirmar que es posible elaborar una pol¨ªtica econ¨®mica muy ¨²til, teniendo en cuenta lo que le interesa al pa¨ªs y aprovechando al l¨ªmite posible el margen que est¨¢ disponible como consecuencia de la favorable evoluci¨®n econ¨®mica durante 1978.
Claro est¨¢ que las crisis econ¨®micas no pueden resolverse con s¨®lo medidas t¨¦cnicas, sino que falta un nuevo marco ¨¦tico.
Conociendo el planteamiento del Gobierno es l¨®gico que apoyemos el enfoque de la nueva pol¨ªtica econ¨®mica para 1979, que se proyecta, insistimos, hacia la reducci¨®n de la tasa de inflaci¨®n, creando paralelamente puestos de trabajo, lo que supone aceptar que en estos momentos es posible un mayor crecimiento sin que se agudicen las tensiones inflacionistas. Se trata de una pol¨ªtica econ¨®mica que intenta "nacionalizar", en primer lugar, los propios intereses del pa¨ªs y a la que ninguna fuerza pol¨ªtica ni social creemos puede oponerse, menos a¨²n si se tiene en cuenta que no existe ninguna otra alternativa razonable y v¨¢lida. Que el gobierno elabore esa pol¨ªtica econ¨®mica ¨²til para el pa¨ªs y que no regatee esfuerzos para que prospere, aunando las mayores voluntades posibles, es lo que pedimos. De esta forma podr¨¢ tenerse la garant¨ªa de que en 1980 y 1981 -se consolidar¨¢ el proceso de superaci¨®n de la crisis y entraremos en una nueva fase econ¨®mica, lejos de los avatares y de las dificultades insuperables soportadas desde finales de 1973, con sus elevados costes para todos los ciudadanos, pero en particular para los m¨¢s afectados por situaciones graves de inflaci¨®n y paro, que no son precisamente los que tienen una mayor capacidad econ¨®mica.?
, 21 diciembre
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