Ense?anza y Constituci¨®n

La carta del se?or Herrero de Mi?¨®n, aparecida en EL PA?S el pasado domingo 10 de diciembre, nos ha llenado de una profunda satisfacci¨®n, al comprobar c¨®mo nuestra Constituci¨®n avala realmente las tesis de la Federaci¨®n de Ense?anza de CCOO (FECCOO) respecto a la - inviabilidad de los ?idearios de centro?. -En efecto, el se?or Herrero de Mi?¨®n, todo un ponente constitucional, ha-tenido que renunciar a seguir utilizando la Constituci¨®n y recurrir a la legislaci¨®n ordinaria del franquismo, para apoyar sus incre¨ªbles posturas.Sin embargo, es preciso matizar sus aseveraciones., Tras dar por sentada una inexistente e improbable realidad de que haya colegios comunistas o vegetarianos (!), que, de existir, no vendr¨ªan sino a ratificarnos en los efectos disgregadores que socialmente tienen los ?idearios?, hace una afirmaci¨®n que compartimos: su reconocimiento de la escuela privada como ?empresa? y de los profesores como ?trabajadores de la ense?anza? (lo que no creemos que compartan sus afines, que hablan de ?comunidades educativas? y ?profesionales de la ense?anza?, respectivamente). Sin embargo, esta afirmaci¨®n obedece a razones diferentes: a querer conducir el silogismo a trav¨¦s de una legislaci¨®n obsoleta que la propia Constituci¨®n establece renovar por un estatuto de los trabajadores (art¨ªculo 35-2), que adecue la legislaci¨®n laboral al marco democr¨¢tico y civilizado en que, afortunadamente, se encuentra Espa?a.

Quede tranquilo el se?or Herrero y no recurra al trasnochado y feudal principio de ?fidelidad?, o a una imposible ?concurrencia? en el campo educativo. La irrenunciable defensa de la libertad de expresi¨®n y de c¨¢tedra y del pluralismo ideol¨®gico consecuente parte,

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